En
artículos anteriores me he referido a las teorías de la conspiración y sus
secuaces, los conspiranoicos, sujetos que no descansan, siempre están ahí, al
acecho ante nuevas evidencias, para tratar de demonizarlas y confundir a la
sociedad inventando cualquier locura con tal de desacreditar sobre todo
estudios científicos; y siempre apañados por los “mercenarios” medios de
comunicación y muchos “sistemas” religiosos. Ahora, como no podía ser de otra
manera, le tocó el turno a las vacunas contra el Covid-19.
El
sitio web de ciencias “Richard Dawkins
Fundación para la Razón y la Ciencia” ha
publicado un esclarecedor artículo de BBC News escrito por Flora Carmichael y Jack
Goodman con contribuciones de Kris Bramwell, Olga
Robinson y Marianna Spring (Equipo Reality Check) sobre los rumores
falsos difundidos sobre las vacunas contra el coronavirus.
Dicho
artículo menciona cuatro rumores difundidos obviamente sin ningún tipo de fundamento.
Alteración
del ADN. Esta es una de las teorías más frecuente en las redes sociales. Alguna
de las vacunas creadas usan fragmentos del material genético del virus o ARN
mensajero. “Inyectar ARN a una persona no cambia nada el ADN de una célula humana”
explicó el profesor Jeffrey Almond de la Universidad de Oxford. Los mensajes en
las redes han señalado que la tecnología de inoculación con ARN mensajero
(ARNm) "nunca ha sido puesta a prueba o aprobada antes"; lo cual es
cierto, pero como toda nueva vacuna ha sido analizada y sometida a rigurosos
procesos de seguridad para que pueda ser aprobada para uso general. “En la Fase 1 y Fase 2 de los ensayos
clínicos, las vacunas se prueban en un pequeño grupo de voluntarios para
verificar si son seguras y para determinar la dosis exacta. En la Fase 3, se
prueban en miles de personas para comprobar su efectividad. Tanto el grupo que
recibe la vacuna como el grupo de control que recibe un placebo son
cuidadosamente monitoreados en caso de cualquier reacción adversa -efectos
secundarios-. Ese monitoreo de seguridad continúa después de que la vacuna ha
sido aprobada.”
Bill
Gates y los microchips. Esta teoría de conspiración ha dado la vuelta al mundo.
Ya hemos escuchado en el inicio de la pandemia que el coronavirus es un plan
encubierto para implantar en la gente microchips rastreables y que Bill Gates,
el cofundador de la empresa de tecnología Microsoft, está detrás de este. Por
ahora “No Existen” las vacunas con "microchip" y no hay evidencias
que se esté planeando hacer esto en el
futuro. Los rumores se propagaron cuando Gates dijo en una entrevista que en un
futuro "tendremos unos certificados digitales" que podrían mostrar
quién se ha recuperado, hecho la prueba y finalmente si fue vacunado. Pero no
hizo mención de microchips. Se refiere a una tecnología que podría almacenar
los registros de vacunas de alguien en una tinta especial aplicada al mismo
tiempo que una inyección, que nada tiene que ver con microchips. “Todavía no se ha lanzado y tampoco
permitiría el rastreo de las personas ni que la información se almacene en una
base de datos, aclara Ana Jaklenec, una científica que trabaja en el estudio.”
Pero los charlatanes conspiranoicos son “duros” para atender y entender
explicaciones. Le apuntaron a Bill Gates desde un comienzo y no paran. Parece
que mucha película de ciencia ficción los está afectando.
Tejido
fetal. Aparecieron denuncias de que las vacunas contienen el tejido pulmonar de
un feto abortado. "No se han usado células fetales en el proceso de
producción de ninguna vacuna", afirmó el doctor Michael Head, de la
Universidad de Southampton. Un video en particular que se publicó en una de la
principales páginas antivacunas en Facebook hace referencia a un estudio que el
narrador afirma y muestra evidencia de lo que contiene la vacuna desarrollada
por la Universidad de Oxford. Pero el estudio en cuestión mostraba en
realidad cómo la vacuna reaccionaba cuando era inyectada en células humanas en
el laboratorio. “La confusión pudo darse porque hay un paso en el proceso de
desarrollo de la vacuna que usa células criadas en un laboratorio, que
descienden de células embrionarias que de otra manera hubieran sido destruidas.
Esa técnica fue desarrollada en los años 60 y no se abortaron fetos para esa
investigación.” Los antivacunas, que ya han causado bastante daño con sus
delirios, no se iban a perder esta oportunidad.
Tasa
de recuperación. En algunas afirmaciones contra la vacuna de covid-19 distribuidas
por los conspiranoicos se ha cuestionado
la necesidad de una vacunación si las probabilidades de morir del virus son tan
bajas; y hasta sugieren que contagiarse es una opción más segura que vacunarse.
También se refieren a una "tasa de recuperación" (personas que se
contagiaron y sobrevivieron) de casi
100%, lo cual sabemos que no es correcto. Es decir, para ellos “no pasa nada”,
es “todo verso” y tantas otras afirmaciones igualmente estúpidas. Concentrarse
en la tasa de mortalidad total, o reducir la aplicación de una vacuna a un acto
individual, es no entender el propósito de las vacunas. Debería verse como un
esfuerzo de la sociedad para protegernos.
Y
así estamos, rodeados de psicópatas que lamentablemente llegan a muchísimas
personas que creen todo lo que aparece en los medios sin dudar, y también los
compartidores seriales de sandeces que jamás se van cuestionar si son ciertas.
*Dora Mabel Eulalia, Profesora de Física y Química, Analista de Sistemas y Editora
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