El pueblo kurdo es la minoría étnica sin Estado propio
más importante de Medio Oriente. Su población se calcula entre 25 y 35 millones
de personas que viven en una región montañosa cuyo territorio está repartido
entre cuatro países: Turquía, Irak, Irán y Siria, y un pequeño enclave en
Armenia. Es un pueblo unido por una lengua propia y una cultura milenaria.
La mayoría de los kurdos son musulmanes sunitas, pero muchos siguen otras religiones
incluyendo cristianos y zoroastrians. Desde principios del siglo XX muchos
kurdos sueñan con el reconocimiento del Kurdistán como nación propia. Pero
cuando se firmó el tratado de Lausana, Suiza, que estableció las fronteras de
la Turquía moderna, no se consideró la formación de un estado kurdo, y
desde entonces cualquier intento de crear un estado independiente ha sido
violentamente reprimido.
Donald Trump retiró las tropas estadounidenses del
norte de Siria en 2019 al mismo tiempo que Turquía comenzaba su accionar en ese
mismo lugar.. Esta decisión, interpretada por algunos como una
"traición", muestra un cambio drástico de la política exterior
estadounidense en Siria. Vale decir que el ejército de liberación Kurdo fue
fundamental para el éxito de las operaciones de control de las guerrillas
islámicas. Funcionarios estadounidenses señalaron que la participación que
tuvieron los Kurdos para encontrar a Al Bagdadi fue esencial —más que todos los
otros países juntos, como lo afirmó un funcionario—, lo que contradice la
aseveración que hizo el presidente Donald Trump durante el fin de semana, según
la cual Estados Unidos “tuvo muy poca ayuda” en la operación. Dieciocho meses
antes Trump no hizo nada cuando el ejército turco ocupó el enclave kurdo de
Afrin y reemplazó a la población allí con yihadistas árabes sirios. Al entregar el control terrestre de las zonas
pobladas kurdas a hombres armados islamistas anti-kurdos, el gobierno turco
garantiza la limpieza étnica, pero sin parecer directamente responsable. La
situación ha empeorado en 2020 debido a los brotes de COVID-19, pobladores
infectados son movilizados a campos sanitarios de los cuales nunca vuelven, al
mismo tiempo que la emergencia sanitaria hizo imposible para los periodistas
independientes visitar Afrin o la zona ocupada por Turquía alrededor de las
ciudades de Tal Abyad y Ras al-Ain. Hasta hace poco Turquía pagaba a los
milicianos 100 dólares al mes, pero podían complementarlo saqueando y
confiscando propiedades kurdas mientras el ejército turco supuestamente hacía
la vista gorda. Pero desde agosto se ha reducido el sueldo de los milicianos y
las patrullas del ejército turco están reprimiendo los saqueos. El objetivo de
esto es persuadir a los milicianos para que se ofrezcan a luchar como
representantes turcos en Libia y contra los armenios en Nagorno Karabaj.. Erdogan ha amenazado con lanzar otra invasión
que en la práctica terminaría el trabajo de limpieza de la población kurda.
*Javier Martín Miró. Ingeniero agrónomo, autor del libro Javier, Paco y el Loco y otros cuentos. En 1991 emigró a Sydney, Australia, en donde desarrolla su actividad profesional como Biosecurity Officer
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