Revista Nro. 26 Sustentabilidad ambiental … Residuos Radiactivos y otras yerbas.. por Guillermo F. Sala y Javier M. Miró
El presente escrito nace a partir de ideas,
preocupaciones y realidades de un distinguido participante de “Nos Disparan…..”
en referencia a un tema por lo demás ríspido y debatible, pero de los más
importantes dentro de la globalidad, que es el del cuidado ambiental y el
tratamiento de los residuos nucleares. Javier “Paco” Miró posiciona su
inquietud diciendo:
“Si
pensamos que el principal problema del planeta es el manejo sustanciado del
ecosistema terrestre y la inversión de la tendencia de degradación de éste,
tenemos que entender que en gran parte si encontráramos la solución segura al
primer asunto planteado (residuos nucleares) este segundo (medioambiente,
calentamiento global y sus consecuencias) quedaría bastante aminorado”
A partir de este concepto, descubre distintos tipos de
tecnologías para el tratamiento de los residuos nucleares en España, Argentina
y Australia, lo que demuestra su interés y preocupación, y sus dudas, e
interroga a esta ventana que aspira a seducir sobre estos temas.
En principio es difícil no referirme a que Javier expresa
su postulado desde Australia, aunque podría ser válido “urbi et orbi” ya que la
preocupación del cuidado medioambiental es global, pero debemos comprender que
es cierto lo mucho que se dice, pero es como la visión del iceberg, lo
relevante es lo que no se ve o se omite.
Y
para que se comprenda esto, entre muchos otros ejemplos, incorporo un
comentario de 2012 en referencia a la oportunidad
que tuvo INVAP S.E. (Sociedad del Estado
si!) en ganar una licitación internacional para construir el reactor de
investigación y producción de radioisótopos OPAL (Open Pool Australian
Lightwater) para Australia al inicio del presente siglo. “El antinuclearismo de la población australiana
entonces era enorme. Parte de los habitantes de Sydney habrían preferido
importar radioisótopos medicinales a seguir manteniendo un reactor operativo en
las frondosas colinas de Lucas Heights, que es a esa ciudad lo que los bosques
de Palermo son para Buenos Aires. Puede resultar extraño tanto ecologismo
antiatómico cuando Australia es el segundo emisor mundial de dióxido de carbono
por cabeza de habitante: con 16,2 toneladas/año/persona sólo le gana Arabia
Saudita, con 16,3. Pero bueno, tienen carbón a patadas y lo queman y exportan a
lo pavote. Fuera de lo cual, sin duda, son grandes ecologistas. Así las cosas,
en ocasión de sustituir el viejo reactor nuclear inglés HIFAR de Lucas Heights,
la Australian Nuclear Science and Technology Organization (ANSTO) tuvo que
sudar la camiseta para que el Parlamento y la prensa les dieran luz verde con
la sustitución. Y luego, para cubrirse de críticas ulteriores, ANSTO diseñó el
mecanismo de adjudicación más transparente de la historia nuclear mundial hasta
aquel momento”
La política interna australiana posee un discurso muy potente sobre economías sustentables y energías renovables, sin embargo la fuente principal de energía eléctrica es el carbón (70%). La mayoría comprende que en particular el carbón es uno de los combustibles que más contamina al medio ambiente, además que en su extracción se requiere el uso intenso de recursos de agua superficial, situación que no parece pertenecer a la retórica interna. Pero también es cierto que Australia no posee centrales nucleares para generación de energía y la población no habilita a sus gobiernos a instalar ese tipo de usinas, pero acepta que su energía provenga de recursos fósiles que generan un alto impacto sobre el cambio climático.
Alemania e Italia también han declarado el apagón
nuclear. Sin embargo para sostener la demanda energética la política de Energiewende
(Transición energética) alemana aún mantiene cerca del 40% de las necesidades
sobre el origen fósil de los combustibles, en especial el carbón. Además de
importar energía desde Francia, país que cubre su propia demanda eléctrica con +70% de fuente nuclear, para cubrir las
necesidades de ciudades alemanas lindantes con los galos. Alemania e Italia tienen un 15%
aproximadamente y Argentina 6% de aporte nuclear en su matriz.
Entiendo que es la licencia social o aceptación social
la que define las prioridades medioambientales. Cada país, región, provincia o
estado la establece de acuerdo a lo que sus habitantes acepten o no. El lobby
de los grupos de poder también afecta e incide en condicionar esa licencia
social.
Previo a cualquier instalación que pueda afectar el medioambiente o alterar las condiciones de vida de las poblaciones próximas al futuro emplazamiento, se deben realizar estudios sociológicos y de divulgación informativa, sobre las ventajas/desventajas de convivir con esa nueva realidad. En varios países se utiliza el voto popular para la aceptación o rechazo. Una vez obtenida la licencia social, deben realizarse estudios técnicos de impacto ambiental (EIA) en los que se complete la información y se proceda a presentar dichos análisis a las autoridades de control correspondiente y eventualmente con audiencias públicas. Estos mecanismos con sus diferencias son los que se utilizan en la mayoría de los casos tanto en instancias provinciales, regionales y nacionales.
Los residuos nucleares que se generan se califican de acuerdo a su actividad radiológica como de baja, media y alta actividad. El amigo Javier se refiere a los deshechos de alta actividad que son los llamados elementos combustibles (EECC) quemados y provienen de su uso en la generación nuclear. Estos elementos deben ser tratados, y gestionado su almacenamiento. Todas las reglamentaciones promueven la práctica que quien genera el residuo, cualquiera sea, debe gestionar su tratamiento.
En Argentina los EECC gastados son alojados en piletas
de decaimiento bajo agua durante 6 años aproximadamente y luego son alojados en
instalaciones específicas, de almacenamiento transitorio, licenciadas por un
lapso de 40 años dentro del predio de las centrales.
No existe en Argentina depósito de residuos nucleares
definitivo. Se hicieron estudios hace bastantes años para construir un
repositorio nuclear en la localidad de Gastre - Chubut donde la CNEA había
detectado una formación geológica admisible para almacenar los residuos
nucleares, pero la oposición ciudadana y la movilización social impidieron continuar.
Argentina tiene prohibición de ingreso de residuos
nucleares extranjeros según la Constitución Nacional de 1994 y esta actividad
está regulada por la Ley 25.018 –
Régimen de Gestión de Residuos Radiactivos (1998) y por la Ley 25.279 – Adhesión
a la Convención Conjunta sobre Seguridad en la Gestión del Combustible Gastado
y sobre Seguridad en la Gestión de los Desechos Radiactivos (2000).
Los trabajos más avanzados en el tema de repositorios
nucleares los está realizando Finlandia que, con una profundidad de unos 450
metros y más de 70 kilómetros de túneles y pozos, construye uno en Olkiluoto donde
almacenará el combustible gastado procedente de los reactores nucleares de ese
país. Finlandia tiene 4 reactores operando y uno en construcción que aportan
1/3 de la electricidad que ellos necesitan.
La aceptación pública ha sido esencial para el éxito
del AGP (Almacenamiento Geológico Profundo). De hecho, Finlandia ha realizado
durante años numerosos estudios sobre las reacciones locales y nacionales hacia
el proyecto. Finalmente, se eligió el emplazamiento de Olkiluoto, sitio donde ya
hay tres reactores nucleares operativos, no sólo por su idoneidad geológica
sino también por la aceptación de sus residentes.
Se denomina Almacén Geológico Profundo (AGP) al
almacenamiento de los residuos radiactivos de alta actividad a gran profundidad
en el interior de formaciones geológicas estables. Hoy en día es la solución
internacionalmente aceptada como más segura y viable para la disposición final
de dichos residuos.
El Almacenamiento Geológico Profundo se fundamenta en
el principio «multibarrera», que consiste en interponer una serie de barreras,
artificiales y naturales, entre el residuo y la biosfera junto con la capacidad
de aislamiento y confinamiento de las formaciones geológicas, siempre que éstas
reúnan unas determinadas características de estabilidad, potencia (espesor),
ausencia de vías preferentes de migración y capacidad de retención.
Suecia en Forsmark y Francia en Cigeo son dos países
que más han avanzado en la construcción de repositorios para residuos nucleares
de alta actividad o combustible gastado.
También el Organismo Internacional de Energía Atómica
(que hoy dirige un argentino) vigila y regula este tipo de instalaciones y
provee a los estados miembros guías de práctica y recomendaciones, las que son
ampliamente aceptadas. Las últimas editadas son:
Management
of Spent Fuel from Nuclear Power Reactors - Learning from the Past, Enabling
the Future
Esta publicación presenta las actas de la Conferencia
internacional del OIEA sobre la gestión del combustible gastado procedente de
reactores nucleares de potencia, celebrada en 2019, con el tema "Aprender
del pasado, posibilitar el futuro".
Storage
of Spent Nuclear Fuel - Specific Safety Guide
Esta guía de seguridad ofrece recomendaciones y
orientación sobre el almacenamiento de combustible nuclear gastado. Abarca todo
tipo de instalaciones de almacenamiento y todo tipo de combustible gastado de
centrales nucleares y reactores de investigación. Tiene en cuenta los períodos
de almacenamiento más prolongados que se han hecho necesarios debido a los
retrasos en el desarrollo de las instalaciones de eliminación y la disminución
de las actividades de reprocesamiento.
En forma simple y lo más didáctica posible intentamos
dar respuesta a las inquietudes del estimado Javier, y compartir algunos datos.
Es un tema delicado, difícil de abordar, pero debemos entender que todas las
acciones del hombre repercuten de alguna manera sobre el medio ambiente. El
impacto ambiental debe valorarse de tal forma que permita determinar si la
acción efectuada es o será capaz de cambiar la calidad ambiental y así actuar
consecuentemente. La transición energética y las respuestas socialmente
virtuosas es un objetivo de los países para minimizar el impacto de emisiones
de CO2 y reducir el calentamiento global, reemplazando las fuentes fósiles por
fuentes renovables para generar energía. El gran desafío tecnológico es
convertir esas generaciones intermitentes y discontinuas en energía con
distribución estable.
Las centrales nucleares son máquinas que no generan
emisiones de CO2, generan 24x7x365 el 100% de su potencia y contribuyen a la
mitigación del impacto climático, por lo cual es una opción que no debe ser
desdeñada por ningún estado, habiendo minas de uranio con depósitos relevantes, siendo
Australia uno de los países que más reservas posee y se sitúa en el podio de
los exportadores del mineral. Es decir en este caso comercialmente es válido
apelar al dicho vulgar de “no consumir
la que se vende”.
Podríamos seguir con ejemplos de esta doble visión
sustentable y virtuosa, pero no debemos abrumar, solo hay que seguir preguntándose cosas tal cual lo
hace Paco Miró.
*Guillermo F. Sala, Arquitecto
*Javier. M. Miró, Ingeniero Agrónomo
Viviendo a 8 km de Lucas Heigh te cuento que Palermo es una plazoleta en proporcion , el area rodeada por el Heathcote National Park , el Royal National Park , la escuela militar de Holthworty , es cruzada por el rio George , el Woronora y varios arroyos , y es hogar de una gran cantidad de vida silvestre. La reticencia del publico se dio debido a fuertes campanias de los ambientalistas. Las mineras del carbon son muy poderosas y tienen recursos para comprar las voluntades de ambos partidos politicos oficialismo y oposision .En cuanto a la produccion de CO2 por persona es muy alta pero su contribucion a la polucion mundial es baja , el danio principal esta dado por el carbon que se exporta no importa donde se lo combustione. Dentro del pais esta produccion de co2 se explica por la grandes distancias a recorrer para todo en ciudades como Sydney, el transporte publico solo cubre una parte minima de las necesidades de transporte.
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