"""Este deporte lo introdujeron en el país los empleados de las empresas inglesas, en particular los del ferrocarril, por cuyo motivo desde su origen -idéntico al football- siempre se lo estigmatizó como un deporte elitista, - no por los ferrocarriles sino por los english-. Pero salvando ese prejuicio cierto hoy en clara segmentación se trata de un gran deporte colectivo que no fomenta el individualismo sino el trabajo en equipo, la solidaridad. Siendo un juego de rudo contacto físico resulta básico por ello el juego limpio, el respeto a las reglas, a la camaradería, enseña fundamentalmente el saber ganar sin soberbia y de saber perder con nobleza. El juego duro concluye siempre con un abrazo al rival y el respeto a las decisiones del árbitro aunque no sean correctas o legítimas. Todas sanas prácticas para la formación de buenas personas y de reglas de convivencia democráticas, ellas como simbólicas herencias “elitistas” de los “caballeros” en contra de los “vicios” de los populáricos.
Sin
embargo al igual que nuestra confrontación sarmientina entre “civilización y
barbarie” los ingleses con su hooligans son los “campeones” que resultan
extensamente conocidos en el mundo por sus actos de vandalismo, disturbios y
violencia extrema sólo por referirnos a sus comportamientos deportivos sin
profundizar en los políticos o imperiales. Por tanto el rugby resulta muy
interesante para estudiar y escudriñar las ideologías y prácticas de las clases
dominantes y su permanencia en el tiempo.
¡¡Y
ni qué hablar de las medias clases ascensionales que sueñan con sus modelos
sociales sobretodo económicos y políticos!!! de las cuales se nutre mayoritariamente
hoy el deporte. También el rescate y la apropiación de muchos de los valores,
que como no se encuentra superada en la sociedad, en su seno interno también se
produce el conflicto y la disputa social ideológica entre los estereotipos de
“los machos de la ovalada” hasta llegar a los equipos de jugadores de
diversidad sexual. En el ancho medio los nuevos paradigmas del deporte, a tal
punto que ya existe y se practica en el país el rugby femenino. Hoy es un
universo multifacético que resulta injusto e ingenuo poder estigmatizar.
Este
“espíritu del rugby” mejor que otros deportes ha permitido socializar y
solidarizar a sectores –muy distantes de las élites de apellidos ingleses que
también existen - y ha generado muy interesantes proyectos de integración en
barrios populares e incluso entre los reclusos penitenciarios quienes confiesan
que los ha ayudado a superar sus niveles de violencia , de integración y de
compañerismo, dirigidos entre otros por un colega funcionario judicial que se
siente responsable de su rol más allá de dictar una sentencia condenatoria.
El
deporte detrás de las rejas ya sumó más de mil cien jugadores, el más famoso de
esos equipos “Los Espartanos” se vio agasajado por la visita del equipo de
Nueva Zelanda, los All Black , el mejor equipo del mundo , quien les regaló una
charla y una exhibición de su práctica deportiva.
Desde
1965 momento de un famoso encuentro entre el seleccionado argentino desde
entonces “Los Pumas” y el seleccionado sudafricano “Los Springbok” (Las Gacelas)
el deporte se popularizó muchísimo -época que yo comencé a jugar- por las
excelentes cualidades del mismo, primero apropiado por las medias clases
urbanas de las grandes ciudades. Con el correr de las décadas un deporte
también de potreros. Algunos sin clubes lo practican incluso en plazas o
baldíos y hoy se encuentra diseminado por todo el país, hasta en remotos
pueblos.
Ahora
en 2019 Sudáfrica campeón mundial por tercera vez donde su capitán es de raza
negra en un país donde el deporte sirvió claramente para combatir el apartheid.
""
No
resulta sorprendente entonces que la gran mayoría de los deportistas federados
detenidos-desaparecidos < individualizados gracias a la investigación de una
militantede DD.HH. Carola Ochoa> hayan sido jugadores de rugby.
Ese espíritu solidario, generoso y comprometido con el “resto del equipo”, para el cual hay que “trabajar” = entrenar mucho , para vencer a la adversidad, tackleando duramente para “no dejar que avance el contrario”, no se puede arrugar ni jugar a media máquina o con el freno de mano puesto , se debe hacer con entrega desinteresada .
Tampoco se trata del juego bravucón de “los machos” la dureza del juego no nos tiene que hacer perder la hidalguía y la templanza. Lo que se distancie de este espíritu no forma parte de las reglas del juego; “hay que recuperar la guinda en la montonera”(como se llamaba al “maul” hasta el golpe dictatorial) ; ”el adversario no tiene que avanzar..”, siempre “se va para adelante” pero “mirando al que viene atrás”, “entregándole la guinda” a ése “al de atrás”. Por ende el éxito del equipo la mayoría de las veces se logra con ese último “el de atrás”. Absolutamente como un logro de “todo el equipo” donde “todos son imprescindibles” y las individualidades “superdotadas” por más buenas que sean no pueden hacer nada si no están puestas al servicio del conjunto. Esto hizo que el 70% de los deportistas (152) sobre un total de 220 detenidos-desaparecidos no sorprenda que hayan sido jugadores de rugby.
Es un deporte como una escuela de vida, para aprender a derrotar el miedo, vencer al temor. Se hace un culto del juego en equipo y de la lealtad ,“el contrario no es un enemigo, hay que respetarlo”, sin embargo“ para un forward los tapones de los botines son como el fusil para el soldado” (“Catamarca” Ocampo dixit) aunque sólo para no ser arrastrado en el barro, entonces “uno aprende a vivir en función de los demás, se aprende a sentir más el placer de dar que de recibir, uno aprende a sacrificarse aún a riesgo de su propio físico pues el interés máximo que existe en la cancha es el equipo.”
"En estos días los Organismos de Derechos Humanos han reiterado lo que ya han planteado a la Unión Argentina de Rugby ( UAR) en otras ocasiones y es que por fin realice un reconocimiento y homenaje en su sede a estos jugadores detenidos desaparecidos. Ello se vio reforzado recientemente por la visita a la ESMA -por propia iniciativa- de los “All Blacks”, para conocer, solidarizarse y homenajear a las víctimas del genocidio de la dictadura cívico militar. Escribieron en su cuenta de Instagram “la angustia inimaginable de ese período todavía se siente hoy“.
"En éstas líneas se pueden encontrar algunas de las respuestas que pretendía “el mayor torturador” Fernando Bossier mientras me aplicaba los tormentos, quería saber por qué había jugado al rugby; tiene una parte de duelo, de duro combate y otra de juego. “No podes achicarte”. “Me gusta el tire pa ́lante..... y pasársela al de atrás....”
Casi una especie de juego “socializante” o por lo menos contrario a las ideologías de las elites al extremo individualistas, de la meritocracia, donde el resultado solo depende de lo que yo haga, sólo de mi esfuerzo. Lo único que importa soy yo, nadie me da ni me regala nada, todo lo hago yo que soy un fenómeno porque soy especial, “superdotado”, el mejor, un “verdadero macho” y el resultado sólo depende de mí, pisándole la cabeza al otro como si fuera el pasto, sin respetar mucho las reglas, donde lo único que vale -como sea- es ganar... El resto no importa nada ¡! Algunos que juegan –que los hay- que no respetan el maravilloso espíritu y código ¿de la buena humanidad ? , son así, como en sus vidas.... "" Nunca Más ni Nunca Menos.
Del
libro "NUNCA MAS NI NUNCA MENOS", pág.282/283, de Eduardo Schiel
*Eduardo Schiel, abogado, escritor, ensayista, integrante de la Conadep, autor del libro Nunca Más Ni Nunca Menos
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