El mal es el bien que no se hace.
MANFRED MAX NEEF,
economista chileno-alemán de prestigio mundial cuenta la siguiente anécdota:
“Cuando tenía 7 años se le puso en la cabeza cuál podía ser la diferencia entre
la especie humana y el resto de las especies animales. Se dice que éstas
no tienen alma. ¿Quién sabe?, Los invasores españoles estuvieron dando vueltas
sobre este asunto durante años acerca si los originarios tenían alma. Al fin el
Papa decidió que sí. De todas formas su suerte no cambió por tener alma, parece
que los españoles tenían más alma que ellos. Más tarde probó con la risa, y se
enteró que un japonés afirmaba que veía pajaritos que se hacían bromas y se
reían entre ellos. Cómo no le podía encontrar el agujero al mate, una mañana,
desayunando con su padre – científico de renombre – le preguntó: ¿Cuál te
parece que es la diferencia entre los humanos y las otras especies animales? El
padre se quedó pensando, y al rato le dijo: Probá con la estupidez…
La
primera condición para ser estúpido es ser inteligente. Quién no se ha dicho a
sí mismo “qué estúpido fui”… Pues hay que ser inteligente para darse cuenta,
pero como somos argentinos voy a sustituir el término estupidez por el
autóctono “pelotudo”…
MAX NEFF
sigue filosofando, digamos…
¿Pero
en qué consiste el acto estúpido? En hacer algo contra las evidencias que uno
mismo tiene. Por ejemplo.
-
No vayas por ese callejón oscuro pues
hay un hoyo – le indica uno a alguien-
-
Qué me va a pasar – responde el
pelotudo que comienza a caminar por el callejón cayendo a los poco metros
dentro del hoyo -
Esto
es, alguien que tiene en claro qué es lo que no hay que hacer pero igual lo
hace...
Y
el áspero economista empieza a mostrar la hilacha. Saca su conclusión: “El
fondo de estar como estamos es por la estupidez humana. La estupidez no se
puede eliminar, pero hay estupideces y estupideces.
-
¡ Si no podés pagar el gas, no andés en
pata en tu casa !
Esta
es una estupidez (una de miles) de mala leche, la cual le costó a Macri la
reelección. ¿Acaso él no sabía lo que le esperaba? En una de esas no tiene la inteligencia
necesaria para darse cuenta que es un pelotudo. Pero EL DAÑO ES ENORME. EL CÀLCULO DE
UTILIDAD DOMINANTE EN EL MERCADO QUE HACE ABSTRACCIÒN DE LA VIDA Y LA MUERTE DE
LAS PERSONAS PRODUCE UNA TENDENCIA AUTODESTRUCTIVA CONTRA VIDA Y LA NATURALEZA.
HINKELAMMERT LLAMA A ÈSTO ASESINATO SUICIDIO. ES UNA VIOLACIÒN DEL BIEN COMÙN
EN EL SENTIDO QUE SE PONE EN PELIGRO LA CONDICIONES DE REPRODUCCIÒN DE LA VIDA.
EN EL EJEMPLO DADO MACRI PONE EN PELIGRO LA VIDA DE MILLONES DE PERSONAS QUE
PUEDEN SUFRIR LAS CONSECUENCIAS DE LAS BAJAS TEMPERATURAS EN SU PROPIO HOGAR.
La
Razón instrumental que pone el mercado ante todo: Eficiencia y competitividad
que hace abstracción de la vida de los ciudadanos, especialmente los más
vulnerables. Supongamos que hay dos cometidos subidos cada uno a una rama en la
cual se sientan, y compiten para ver quién de los dos la corta primero. El más
eficiente la corta primero, y es el primero que cae. Saldrá primero, no
obstante habrá ganado la carrera por la eficiencia. Ésta es la irracionalidad
que Franz Hinkelammert pone de manifiesto en la “RACIONALIDAD INSTRUMENTAL”…
Hay
consecuencias individuales de ésta acción, pero lo que importa son las
consecuencia globales. ¿Macri se daría cuenta de las consecuencias personales y
sociales de sus actos? MÁS BIEN CONDUCE A UNA ÈTICA DE LA
IRRESPONABILIDAD. SABIDO ES HOY EL DRAMA QUE SE DESENCADENA POR LA
IMPOSIBILIDAD DE AUTO RESPONSABILIDAD POR PARTE DEL MACRISMO DE SUS ACTOS. UN CLIMA
IRRESPÍRABLE QUE NI SIQUIERA SE HACE CARGO DE LA DERROTA (ANUNCIADA Y NEGADA)
INFLIGIDA EN LAS URNAS.
Pérez
Soto, filósofo chileno muy renombrado tras la cordillera, ironiza acerca de la
irresponsabilidad de los neoliberales: Imaginen que un hombre va a un médico
reputado de eficiente que le dice: “Yo puedo curarle todas las enfermedades,
siempre y cuando usted no se enferme”…
En
pleno Siglo XIX
Es
sabido que durante el siglo XIX se dio el berretín de las ciencias duras. Las
ciencias “blandas” como la psicología, la economía, la sociología y hasta el
psicoanálisis querían darse el estatus de ciencia”, pero a lo duro. Estadísticas,
experimentos en psicología con animales y seres humanos. Un loco en Rusia hacía
sufrir a los perros mediante una pústula en el estómago investigando los “reflejos
condicionados”, de siniestro uso en la tortura. ¿Quién era la luminaria?.... Newton,
con su teoría de la gravedad, impecable, con todas las comprobaciones y hasta
con una fórmula prendió fuerte en economía... ¡Hay que encontrar una fórmula que
explique el comportamiento humano!...
Un
día a Jeremías Bentham, un tipo conocido, se le prendió la lamparita como a
Calculín: The Utility. Alegría generalizada entre sus pares, pero ¿cómo se
mide?.. Al día siguiente Bentham vuelve exultante: ¡Ya sé!.. El Hedonómetro…
Así se mide el nivel de utilidad que tenés. Este Calculín inventó el
UTILITARISMO, peste de la filosofía. ¡Somos igual que Newton! .. Y dale a las
matemáticas, hasta hoy…
La
economía reemplaza al Dios de la edad media que apelaba a su voluntad para
tener quietitos a los pobres. El tema para estos muchachos dogmáticos es que el
modelo no funcional, falla. ¿Qué hacen entonces? El truco de la EXTERNALIDAD,
es decir no funciona por cuestiones externas: La inundación, un tsunami, el
mercado internacional, las huelgas, Pérez Soto… Entonces usted estudia en la
facultad la economía del siglo XIX, cosa demencial, encima dogmática, inamovible.
El mundo real, gracias, eso hace trampa…
Para
colmo Newton se fue al demonio con la física cuántica. No hay partes como decía
Descartes, el mecanismo de la luz no son corpúsculos, sino haces que se
interlazan, una totalidad. La teoría newtoniana era el traje a medida del
individualismo liberal. Abajo Newton. Max Planck la cuestiona, y no tiene
problema en tirar abajo a Newton. La economía no, sigue igual, no hay partes,
sino participantes, todos importantes e inseparables. Un fenómenos subatómico
ocurre solo si los estoy observando, somos los creadores de la realidad. Los
neoclásicos ni se enteran. No hay pobres allá, todos somos pobres, somos parte
de ellos. La naturaleza no está allá, yo soy la naturaleza. Para terminar
estola cultura Zulú nos dice todo: UBINTU, yo soy, si tú eres…
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