Algunas
interpretaciones rabínicas aseguran que durante la creación aparece insinuada
una tercera presencia humana, Lilith, que hunde sus orígenes en la tradición
mesopotámica. El Judaísmo no la ha deificado, pero la ha empleado para
introducir el concepto del mal ligado al erotismo femenino. “Y de la costilla
que Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre”. Dijo entonces
a Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será
llamada Varona, porque del varón fue tomada”, relata el libro del
Génesis sobre la creación bíblica de la primera mujer en la faz de la
tierra, EVA. No en vano, una
extendida interpretación rabínica considera que la
referencia, en un versículo anterior, a que «Dios creó varón y hembra los creó»
significa que hubo otra mujer antes, la cual terminó abandonando el
Paraíso. Según esta tradición judía, Lilith es esa mujer que precedió a
Eva, y que, una vez lejos de Adán, se convirtió en un demonio que rapta a
los niños en sus cunas por la noche y una encarnación de la belleza maligna así
como la madre del adulterio. En este sentido, existe otra interpretación que
presenta a Lilith como una criatura igual a Adán, hecha de polvo puro, que se
rebela contra los designios divinos y muestra un marcado carácter. En el
Alfabeto de Ben Sira (escrito entre el siglo VIII y el XI), se narra
cómo Lilith se resistió a yacer por debajo de Adán: “¿ Por
qué he de yacer debajo de ti? Yo también fui hecha
con polvo y por tanto, soy tu igual”, afirmó Lilith, que, al ser forzada por Adán
a obedecerle, pronunció el nombre de Dios en vano y decidió abandonar
el Edén con dirección al Mar Rojo. Tras abandonar el paraíso,
Lilith se asentó en la costa del Mar Rojo. Esta región se caracterizaba, según
esta tradición mitológica, por la presencia de innumerables demonios, con los
cuales engendró nuevas criaturas, «a razón de más de cien por día». Ante este
hecho, Dios envió a un grupo de ángeles para exigirle que volviera con
Adán: «Regresa con Adán de inmediato o te ahogaremos». A lo que ella respondió
que ya no podía regresar porque «Dios me ha ordenado que me haga cargo de todos
los recién nacidos, de los niños hasta el octavo día de vida (el de la
circuncisión) y de las niñas hasta el vigésimo día». Finalmente, Dios
permitió vivir a Lilith, pero la castigó haciendo que
cientos de sus hijos demoniacos perecieran cada día. Desde entonces, la
hermosa criatura se propuso matar a todos los hijos de Adán y a todas las
madres durante el nacimiento y los días siguientes al parto.
En
busca de otro material, y sin proponérmelo, encontré este, y me pareció
apropiado para poder entender lo que sucedió en la marcha del 17 A.- Observando en mi localidad (Tres Arroyos), y
mirando lo que sucedió en la Capital Federal y otras ciudades del interior, no
se puede menos que asociar toda la marcha a Lilith. Antes estuvieron en el
paraíso hasta que se consideraron forzados por la 125 y decidieron emigrar. Se
dedicaron a destruir todo intento de unidad nacional, al igual que Lilith que
mataba niños por despecho del haber sido engañada por Eva. Y no solo fue el
campo, sino toda una claque aspiracional que con su sentido de la ubicuidad,
pretenden poseer atributos de divinidad, y por lo tanto se consideran
intocables. El gobierno los deja hacer y hablar, al igual que Dios le permitió
vivir a Lilith, aunque esta igualmente mata niños y parturientas al momento del
nacimiento. Esta gente sigue con el
mismo espíritu de destrucción y autodestrucción. Realmente al igual que el
personaje bíblico tienen cabeza de serpiente y cuerpo humano. No se entiende,
sino desde un odio irracional, que se expresen y manifiesten con tamaña carga
de agresión, porque al menos y hasta el momento, ninguna medida del gobierno ha
cercenado sus pretendidos privilegios. Por el contrario. Desde el sector
oficial se ha invitado a toda la sociedad a un trabajo conjunto para recuperar
un bienestar que fue destruido con las políticas impuestas desde 2016. Como
dice la canción “solo se trata de vivir”.
* A un niño de tan solo 4 o 5 años
si se le muestran unas figuritas con piedras, árboles y flores, sabe muy bien
cuales son seres vivos y cuáles no. La vida es el punto de partida de todo lo
humano. La política tiene que ver con la afirmación de la vida, al igual que la
economía, ya que la vida es la condición absoluta y universal de todo lo que
hace el ser humano. Si matamos todas las condiciones que permiten reproducirse
y crecer, la vida, entonces, es un acto malo, y es un acto bueno si permite la
reproducción y el crecimiento de la vida. Estamos ante lo necrófilo o lo biófilo.
Pero sucede que a veces unos explotan o someten a otros. Esto sería una
injusticia económica, pero sigue siendo un tema referente a la afirmación o negación de la vida, De estos conceptos se
desprende que la diferencia con el neoliberalismo no es ni económica ni
política, es ética.- (Prof. Enrique Dussel)
*Horacio
Pili Instructor de Formación Profesional, Sub jefe de área Centro de
Formación Laboral N° 401 Tres Arroyos.
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