Muchas
veces hemos advertido un extraño fenómeno que se entrecruza de manera violenta,
esto es la percepción individual y su relación con la observación colectiva,
sobre todo en los sectores medios. Durante el gobierno kirchnerista la positiva
percepción puertas adentro de cada hogar chocaba de frente con la visión que
ese mismo segmento tenía del colectivo Nación, mientras que durante el gobierno
de Cambiemos dicha observación fue diametralmente opuesta. Aquí juega de manera
capital la instalación de un sentido común dogmático, tipo de abstracción tan
sencilla y básica que paraliza e impide todo tipo de resistencia crítica.
Sofisma que tiene la misma potencia que ostenta un dicho o un refrán, acervo
cultural que si bien resulta simpático en las mesas de café, son insostenibles
a la hora de un análisis debido a que todo dicho o refrán posee su poética
refutación, cuestión que poco se observa al momento del relato. Cuando la
monada plutocrática insiste en denostar el pensamiento crítico no lo hace
porque ha decidido de la noche a la mañana menoscabarse intelectualmente ante
la sociedad, el objetivo es alimentar la idea de que el análisis de la praxis
no es competencia del ciudadano, para eso están ellos y su dialéctica
contrafáctica. Por eso es necesario no confundir, hay una dialéctica que deriva
de los hechos concretos y el eximio maridaje con la praxis, conyugue que trata
de descubrir, discutir, escrutar, ordenar y exponer mediante la confrontación y
el razonamiento argumentaciones lógicas en la búsqueda de la síntesis, pero
existe un idioma contrafáctico dominante que no deriva de los eventos sino de
su interpretación, generalmente antojadiza e interesada. A principios del siglo
XX ya Theodor Adorno nos hablaba de una “dialéctica negativa” y Jean Paul
Sartre exponía que en el campo de la controversia dialéctica la ambigüedad y el
eufemismo, presentes de manera ignominiosa en algunas ciencias y en la
política, ignoraban el principio fundamental el cual indica que lo primero es
no hacer daño (“primum non nocere”). El contrafáctico o un contrafactual es un
condicional de múltiple intencionalidad en donde hasta el deseo y la
imaginación intervienen, es un razonamiento contra un hecho determinado con el
objeto de llegar a una conclusión conveniente. En las ciencias formales es
importante su presencia debido a que en el terrero de las hipótesis es una
herramienta de suma utilidad refutativa. No proporciona conocimiento,
simplemente forma parte del instrumental del científico. Cuando dicho sistema
lo trasladamos al análisis político observaremos que la herramienta
contrafáctica es la más apetecida y utilizada para la construcción de sentido
común “mass media” y esto es así debido a que es de sencilla utilización y
asimilación, un sistema de espacios vacíos disponibles para el libre albedrío
jugando con las fantasías de un público cautivo. Tristemente en la coyuntura,
dentro de la dialéctica política, se navega por los mares de los no sucesos
para ocultar los sucesos y esto trae implícito no solo la desinformación,
situación grave por cierto, sino además una paulatina deformación que
apunta con intención a un marcado analfabetismo político, un fenómeno que se
reproduce con suma intensidad y velocidad, revelación por el cual la erística,
simplista y contrafáctica, formadora de sentido común, gana cada vez más
espacios, incluso dentro de la propia dialéctica ideológica de los partidos
políticos.
En
estos días leo y observo con suma preocupación que muchos compañeros
relativizan la influencia de los medios en la sociedad, no solo dentro del
campo político sino en la construcción de pensamiento y sentido, cuestiones que
impactan directamente en las elecciones de vida, entre ellas las propias
visiones políticas en función de determinados valores que se pretenden instalar
e incorporar por goteo en lugar de otros que aparentemente eran indiscutibles.
El argumento remanido que en el 2011 se ganó con todos los medios en contra es
falaz debido a que en esa coyuntura la representación política de las
corporaciones no estaba organizada como opción de gobierno y conciencia de
clase, como si lo estuvo en el 2015, por lo cual las condiciones no eran las
mismas. Todo ariete, fundamental para abrir flancos tiene eficacia si existe
una estrategia detrás. Cuando la tuvieron, el ariete hizo estragos. A fuerzas
parejas gana el que tiene el arma que desequilibra. Podríamos definir
“eristocracia” como el gobierno de los que ganan los debates, más allá de
los eventos, de los hechos, de las políticas, de la realidad, es el gobierno de
los que saben utilizar y poseen los mecanismos comunicacionales más eficientes
y sofisticados para imponer la dialéctica, y en consecuencia su dialéctica, por
sobre la praxis. Para Sócrates y para Platón tienen la perversión de los
sofistas, por esos tiempos la declamación tenía mayor entidad ética que la verdad en sí propia, Schopenhauer los calificaría de desleales, como se ve, nada nuevo han
inventado; el público se renueva, diría la eterna viuda de
la contemporaneidad. Mejor
demos paso a nuestro guía, amigo y compañero Antonio Diez, El Mayolero, que sobre
estas cuestiones tiene párrafos por revelar…
Ruines
y canallas por Antonio Diez
Fuente
de origen: El Fusilado
Justamente
hoy 9 de Septiembre estoy cumpliendo 78 años, y acumulo unos 60 de militancia
política. ¡Mire amigo si habré visto, experimentado (y padecido) agachadas,
operaciones, trastadas, y todas esas cosas!
Pero
ruindades como las que se vienen perpetrando, no creo haber visto jamás. Jugar la
salud del pueblo en el tapete de conveniencias económicas disfrazadas apenas de
operaciones políticas ya es algo inaudito.
Sin
poder asimilar una derrota electoral, pese a tener en sus manos los resortes
del poder, habiendo dilapidado miles de millones de dólares, la bestia herida
apela a sus más bajos recursos.
En
medio de su desconcierto, gobernadores (algunos) e intendentes (algunos)
interpretan un libreto común con un único propósito, destituir a como dé lugar
al gobierno elegido mayoritariamente por el pueblo.
Destilando
odio por todos sus poros, y fogoneando el odio a través de sus miles de medios
de comunicación, radiales, escritos, televisivos, internet y cuanto esté a su
alcance,
Con
sus máximas figuras con el agua al cuello, (Macri con la causa del espionaje y
por otra parte presionado por los que le proveyeron los fondos para ganar las
elecciones, y ahora le están pidiendo que rinda cuentas). Gobernadores como
Morales o Suárez que no dan pie con bola, dejando al desnudo la probada
incapacidad del Radicalismo (o lo que ellos creen que es el Radicalismo) para
gobernar, ni siquiera una sociedad de fomento.
Transitan
un libreto común, que comienza con la negación de la pandemia mundial, sigue
con la estigmatización de los que ellos consideran vectores de la pandemia,
continúan con la ocultación de la gravedad de lo que está pasando en sus
provincias o municipios, mientras haciendo alarde de su republicanismo abren
actividades de alto riesgo respondiendo a la imposiciones de grupos de poder
locales.
Recordemos
que desde un principio, Mauricio Macri adhería fervientemente a las posiciones
de Cameron, Trump y Bolsonaro. "Que mueran los que tengan que morir"
poniendo la economía por encima de la vida. Y así vienen procediendo.
Nada
les importa, imbuidos de una soberbia inaudita, amenazan con
"independizar" Provincias (Suarez en Mendoza) o municipios (Lunghi en
Tandil) lanzan su mensaje subliminal "Hacemos lo que se nos canta"
aunque se les amontonen los muertos y se les saturen los servicios sanitarios, pese
a las advertencias ya casi desesperadas del personal de salud.
Mientras
tanto, en la CABA, Larreta ha decretado el "Viva la Pepa" y
multitudes de inconscientes se amontonan alegremente en bares "al aire
libre" o queman barbijos en el obelisco.
Son
al cuete los llamados a la responsabilidad colectiva por parte de quienes
tratan de mantener primero la salud anteponiendo ésto a las consideraciones
económicas (que por otra parte va mostrando signos de reactivación), ante la
constante catarata de llamados a la irresponsabilidad.
Por
razones de interés personal hay algunos municipios que sigo más de cerca, (Bahía
Blanca, Cnel. Rosales, Cnel. Dorrego, Olavarría, Tandil, por afectos que allí
tengo, y Mar del Plata, porque aquí vivo) y observo que todos sus intendentes
se mueven en la forma que he descripto. Ídem en la Provincia de Mendoza. Mismas
actitudes, misma soberbia, misma ruindad. Lo canallesco llevado a la gestión
de la pandemia.
¿Y
todo por qué? Por la "ambincion" de la plata, como decía un gallego
amigo de mi viejo.
*Nos Disparan Desde el Campanario -
Editorial
Comentarios
Publicar un comentario