Revista Nro. 17 UN CAMINO MÁS por Guillermo F. Sala


Además del desafío que compartimos con el editor de “Nos disparan…” en relatar algunas temáticas no cotidianas que figuran en la agenda como “Ciencia y Técnica”,  también procuramos como objetivo familiarizar conceptos para que estos temas no sean tan distantes al conocimiento general y así reforzar la relevancia que siempre debió tener como política de Estado. No sabemos aún si lo logramos, pero ponemos el mejor esfuerzo.
En un anterior relato incorporamos el concepto de fisión nuclear que es aquel  fenómeno que procura “romper” átomos para provocar calor y que moderando la velocidad de la ruptura se controla ese proceso físico, y que mezclándolo con un medio líquido produce el vapor que moverá la turbina, provocándose así la generación eléctrica.  Este proceso abreviado se produce en una central nuclear, pero el hombre ha creado múltiples formas de generar energía.
Para nuestro país la matriz energética por tipo de fuente de origen en relación con su potencia instalada que el 62% es térmica convencional ya que utilizan combustible fósil (gas, fueloil, carbón), 28% hidráulica (Yacyretá, Salto Grande, Chocón, entre otras), el restante 10% se lo reparten casi equitativamente nuclear (Atucha I y II y Embalse) y las llamadas renovables (eólica, solar e hidráulicas pequeñas).
Las implicancias económicas y en el medio ambiente que produce cada tipo de generación son diferentes. La tendencia global actual es priorizar las que mitigan el cambio climático, que en definitiva producirá cualquier acción que el hombre desarrolle, a fin que no se produzcan mayores cambios térmicos en nuestro planeta.
La tendencia es reducir la generación de energía basada en los fósiles para producir la publicitada transición energética hacia una mayor participación de energías renovables y otras. La generación nuclear también contribuye a ese propósito ya que no aporta gases a aumentar el efecto invernadero, sin embargo esta última padece la adversidad de la opinión pública.
Para entender cabalmente este suceso, en junio pasado en la ciudad siberiana de Verkhoyansk, a unos 5.000 km de Moscú, se registró una temperatura de 38 °C, la más alta jamás medida dentro del círculo polar ártico desde que hay registros, que en el caso de esa localidad se remontan al año 1885.
Argentina, si bien tiene una matriz energética claramente diversificada, debería ampliar en algún porcentaje la participación en lo que denomina “energía de base” que es lo mínimo que necesita el país para que se realicen sus funciones esenciales. Ese concepto de “energía de base” lo producen las usinas que por su diseño o por sus características de generación lo hacen 365x24 al 100%. Esa posibilidad la tienen, sobre todo, las hidráulicas y las nucleares. El sol y el viento tienen la mala costumbre de no estar todo el tiempo disponibles para las renovables, y los acumuladores aún no poseen la capacidad suficiente de almacenamiento.
Esta introducción sin mayor detalle, tiene el objetivo de reseñar cómo estamos ubicados en el país, más allá de que cada estado-país tiene su propia matriz eléctrica de acuerdo a los recursos que posee y políticas que diseña en conjunto con su sociedad.
Sin embargo, el hombre procura analizar de qué forma ser más eficientes para defender el medio ambiente, e investiga otras formas de generación eléctrica.
Entonces aparece otro concepto físico que es el de fusión nuclear. La fisión y la fusión son fenómenos nucleares que liberan energía. Mientras que la fisión divide núcleos de un átomo, la fusión aglutina o los combina.
La fusión es la reacción nuclear que tiene lugar en el Sol y las estrellas. Los núcleos de hidrógeno se chocan gracias a la alta temperatura y la fuerza de gravedad que se producen en el núcleo de estos cuerpos estelares, fusionándose hasta formar átomos de helio más pesados y liberando enormes cantidades de energía.



Ya que el proceso de fusión podría ser capaz de constituirse en una fuente de energía a gran escala y libre de emisiones de carbono, basándose en el mismo principio por el cual el sol y las estrellas generan su energía, se creó el proyecto global ITER - International Thermonuclear Experimental Reactor (Reactor Experimental Termonuclear Internacional).  ITER en latín significa “el camino”.
La instalación física de este proyecto se encuentra en Cadarache, al sur de Francia, cerca de Marsella, y cuenta con la colaboración de 35 países (Unión Europea, India, Japón, Rusia, Estados Unidos, Corea del Sur y China) para construir  un dispositivo que demuestre la viabilidad del concepto de fusión y es de vital importancia para cimentar el camino para las centrales comerciales de fusión que generarían en el futuro energía eléctrica.
Este dispositivo llamado Tokamak, que está diseñado para producir una potencia de 500 MWe, alcanzó un hito importante en la historia de la fusión en 2014 cuando obtuvo licencia como operador nuclear en Francia tras un riguroso examen de sus procedimientos de seguridad.


"Sabemos que necesitamos un reemplazo para los combustibles fósiles lo antes posible", dijo el director francés del proyecto. "Entendemos muy claramente la promesa de la energía de fusión como una fuente de energía segura, confiable, ambientalmente sostenible y virtualmente ilimitada. Si la energía de fusión se vuelve universal, complementaria a las energías renovables, el uso de la electricidad podría expandirse enormemente".

Pero estos desarrollos no se inician de un día para el otro y la historia de este proyecto marca que desde 1983 a 1991 se realizaron avances en el Reino Unido para demostrar la posibilidad de mantener el proceso de fusión. Debido a los buenos resultados que se obtuvieron, en 1990 se decidió continuar el programa de fusión con una instalación mayor en la que, además del reactor, se probasen sus sistemas auxiliares sin generar aún electricidad. Esto se conoce hoy como ITER. Pasaron casi 40 años y pasarán otros más hasta que se consiga confiabilidad tecnológica.

Debe tenerse confianza en la ciencia y en la tecnología, además de ser consecuentes social y políticamente en su sostenimiento. Así se dará respuesta a los desafíos del cambio climático y se preservarán los recursos naturales.
Son procesos que duran generaciones.
Es violatorio para las próximas generaciones de argentinos desinvertir en ciencia y tecnología y cualquier reducción en dicho aporte debe ser rotulado como un delito de lesa patria. 




*Guillermo F. Sala, Arquitecto

Comentarios

  1. Estoy siguiendo sus artículos con interés, incluso los he conversado con amigos debido a que el tema energético lo considero esencial en el corto y mediano plazo. La desinformación existente, el prejuicio y la mala prensa han hecho que la energía atómica se vea envuelta dentro de un mito fantasmal el cual difícilmente se pueda quitar de encima. Hasta los dibujos animados más famosos del planeta ya predeterminan. Esas pequeñas centrales para ciudades con menos de 100.000 habitantes del artículo anterior serían un enorme progreso para nuestros pueblos, en donde las cooperativas se encargan de la distribución. En la actualidad estas cooperativas (los socios) pagan doble o triple en tanto costos fijo para acceder a la electricidad, más allá del acumulado de la carga impositiva.

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