Pintura de Eduardo Vernazza
No busco tu plata
Busco tu
sonrisa……
Días
pasados al cruzar en un semáforo, observe a un artista callejero que al inicio
de su actuación se presentaba ante los automovilistas con la frase. “NO BUSCO
TU PLATA, BUSCO TU SONRISA, PERO SI ME DAS UN PESO, CON ÉL COMO”
No
resistí la tentación de preguntarle de donde la había aprendido. Su respuesta
fue:
-
“es mía don, no concibo la vida sin
alegría”
-
Pero si no te dan algún peso se te
complica alimentarte, respondí
-
“Es cierto, pero si al hambre le agrega
tristeza es el final” - fue su contestación
Ya
se volvía a poner en rojo el semáforo y me quede mirando su próxima demostración.
Era
una hora bastante concurrida de autos.- Todos pasaron al momento de la luz
verde y no registre ninguna sonrisa. Solo un vehículo muy nuevo con vidrios
polarizados, los abrió apenas unos centímetros y le arrojo al piso 3 monedas.-
El
artista con un paso armónico y tranquilo llego hasta lugar donde habían caído, las levanto y las
coloco en su latita recaudadora.- Eran 5 pesos.-
Llego
hasta mí con una sonrisa cómplice y me dijo, - “con otras más como estas,
compro una factura para el mate”.-
Le hice notar que nadie le había sonreído o
expresado un guiño de beneplácito, a lo cual volviendo a mirar el semáforo
verde que lo llamaba a escena, me grita: - “eso es un lujo que me dan una o dos
veces por día don”.-
Me
despedí y seguí mi camino.- Todo me quedó dando vuelta en la mente.-
Me
vino a la memoria el concepto de Violencia económica de Bolívar Echeverría que
le escuché en una conferencia a su discípulo directo, el mexicano Luis
Arizmendi, el cual define el enfrentamiento de empleados contra desempleados.
Ambos están al servicio de una lógica sacrificial.-
Obsérvese
que de la vivencia expuesta, a ambas partes les es muy difícil, al artista hacerse
de la sonrisa o la moneda, y al del auto
desprenderse de su dinero y reconocer al prójimo con un gesto de aprobación.- En
ambos es su naturaleza aceptar la posición
La
imagen recrea la antigua Éfeso, donde Heráclito decía que fuera de los muros
vivían los Bárbaros y los que estaban de lado de adentro eran los seres
humanos.- Si hay una reencarnación de Heráclito sin duda es Donald Trump con el
muro en la frontera mejicana.-
Nuestra
sociedad se encuentra en una encrucijada. Como somos o hacia dónde vamos.-
Si
debemos concluir que somos así, ya no hay esperanza, hemos acabado con la
convivencia para siempre.
La
ilusión de un cambio es, si reconocemos que equivocamos la forma de relacionarnos.
Por
eso hacia dónde vamos nos da el tiempo a cambiar las reglas del buen vivir,
para ver en el otro a un par.-
Esto
último seria el sustento filosófico de la frase “la patria es el otro”
La
diferencia que tenemos con los esclavos del siglo XIX, también al decir de
Arizmendi, es que estos eran sometidos, nosotros hoy, nos autosometemos.- Somos
cómplices de la dominación. Un ejemplo claro fueron los franceses que se
sometieron a los nazis sin presentarles lucha.- Aceptamos el simulacro de paz
social cuando vendemos nuestro trabajo por un salario que bien sabemos no es
digno.- Nos ponemos al servicio de la violencia capitalista. Ayudamos a arrojar
al sujeto al mundo de la privación.-
Hoy
en plena pandemia naturalizamos el regreso del futbol, del tenis y del
automovilismo sin publico.- Estamos obligados a preguntarnos, ¿cómo público, dónde
quedamos? Porque es evidente que el negocio sin nosotros funciona lo mismo.
Con
arreglos comerciales entre empresas y televisión, la recaudación por entradas
ocupa un lejísimo tercer lugar que no hace mover el amperímetro de la
rentabilidad.- Como individuos somos nada.-
Y
siguiendo esta lógica regreso a Bolívar Echevarría, y desde mi más absoluta
ignorancia, me permito dudar sobre su postura que la modernidad sigue sin
capitalismo.-
Todo
el sistema tiene vida propia sin nosotros.- Las grandes cadenas de ventas de
alimentos, aunque cada día baja más la demanda,
lo siguen aumentando igual. Su rentabilidad se completa con movimientos en la
bolsa, operaciones bancarias a buenos intereses y todo artilugio especulador que uno pueda imaginar.- Como se
puede concebir que se haya llegado al paroxismo que el capital tenga vida
propia.-
En
otra experiencia personal, esperando para pagar en un comercio escuche la
siguiente conversación de una clienta
con la cajera:
La
primera decía - “ella sabe que salimos
juntas los días lindos de sol, paseamos un rato, nos damos algún gustito, luego
regresamos a casa y ella vuelve a su lugar” -
Me
quede pensando ¿de quién habla esta señora que anda sola? Me pudo la curiosidad
y a mi turno le indague al respecto a la cajera, “hablaba de su tarjeta de
crédito” me dijo.-
Sin
palabras.-
*Horacio
Pili Instructor de Formación Profesional, Sub jefe de área Centro de
Formación Laboral N° 401 Tres Arroyos.
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