Fuente:
El Tábano Economista, sitio del Licenciado Alejandro Marcó del Pont
Fuente
de Origen: AQUI
Por:
Lic. Prof. Ramiro Garzaniti (@rgarzaniti)
La
Física es una disciplina muy pero muy ambiciosa. Se mete con la filosofía, con
la psicología, con la medicina, con la epistemología, con todo. Y como se mete
con todo ha realizado una “Una teoría del todo excepcionalmente simple” (título
de la nota publicada en 2007 por el físico Garrett Lisi). Una de estas teorías
del todo se conoce como la Teoría de las Cuerdas. Y si algo abarca
todo, nada queda por fuera, si existe un todo existe la perfección y hay un
destino, entonces, no hay alternativa. Como bien cita Mark Ficher en su libro
“Realismo capitalista:¿no hay alternativa?” al teórico estadounidense Fredric
Jameson: hoy es más fácil imaginar el fin del mundo que el fin del capitalismo.
Mark Fisher, consecuente a ultranza con sus pensamientos, vivió inmerso en una
fuerte depresión que termino en un suicidio en el año 2017. Desde Friedrich
Nietzsche que no teníamos un filósofo tan consecuente con sus ideas.
En
esta nota propongo abordar a la Teoría de las Cuerdas del Sistema
Capitalista: nos enseñan constantemente que no hay otra forma, mientras que
desde distintos sectores de poder se manejan esas cuerdas. Y el Capitalismo
tira de esa cuerda lo más que puede pero siempre tiene cuidado de que no se
rompa. ¿Porque tira? Por ganancias. ¿Qué pasa si rompe? Chau ganancias.
Entonces es una delgada línea: tiremos cada vez más pero con mucho cuidadito
que no se rompa. Ahora bien… el punto de quiebre puede estar más cerca o más
lejos. En algunos momentos históricos no podía tocarse mucho esa cuerda, en
otros parece que se estira y se estira pero nunca se rompe.
Hubo
una época donde ese hilo podía romperse en cualquier momento y fue aquí cuando
el Capitalismo mejor trato a sus ciudadanos. Y digo ciudadanos,
porque quienes no entraban en esa categoría, no eran considerados personas y la
ecología tampoco era una variable a tener en cuenta en ese momento (creo que
hoy seguimos igual en este tema, verdad? ¿Qué opinan?). Ese momento fueron las
décadas que siguieron a la segunda Guerra Mundial, la época de oro del Estado
de Bienestar. El famoso american way nace aquí. A partir del New
Deal, luego del crack de la bolsa en 1929, se aplicaron en Estados Unidos
políticas sugeridas por el economista inglés John Marshall Keynes que luego se
conocieron como políticas keynesianas o, implicando un orden mayor al
económico, políticas de bienestar. Algo similar sucedió en la Europa
Occidental luego de la Segunda Guerra Mundial. El tema es más amplio y
complejo, antes de la Segunda Guerra, la Alemania Nazi aplicó políticas
similares. Y, de hecho, la revista Times nombro a Adolfo Hitler El
Hombre del Año 1938 por la política económica que implemento en el Tercer
Reich.
Esencialmente
estas políticas implicaban que el Estado debía hacerse cargo de que sus ciudadanos logren
tener trabajo, acceso a la salud, a la vivienda, el ocio, vacaciones pagas,
acceso a la educación; básicamente debían ser tratados como personas.
Obviamente ser ciudadano implicaba ser blanco, no inmigrante, heterosexual,
capacitado para el trabajo, clase media o superior y si eras hombre, mejor aún
(ver “La
libertad como capricho”).
Parodia de propaganda por
capitalista gringo. Donde dice “Get out of the way poor peaple (salgan de mi
camino pobres), decía en la propaganda original “American way of life” (estilo
de vida americano). Arriba se lee la sentencia. Estándar de vida más alto del
mundo. Detalle: vean la proveniencia étnica de cada grupo
Sin
embargo, dichos ciudadanos es muy probable que, en promedio, hoy
tengan una peor calidad de vida que en esa época. Pero entonces…. ¿Qué pasó?
Obviamente
la respuesta no es univoca y las distintas dimensiones son inabarcables. Dicho
esto, propongo examinar y generar derivas de pensamiento sobre dos ideas.
La
Teoría de las Cuerdas Capitalista: el todo o la nada. Elijan…
La
principal explicación que yo le encuentro a este fenómeno es la existencia de
una potencia imperial que vendía otro discurso: la Unión Soviética. Hasta antes
de la existencia de la URSS plantear educación y salud para todos era una idea
loca y que uno podía encontrar en el Manifiesto Comunista de Marx y Engels (les
invito a que lo chusmeen y van a encontrar que las propuestas de ese Manifiesto
son hoy algunas banderas que el Capitalismo levanta). Pensemos que mientras se
escribían estas líneas, por solo citar un ejemplo, en el Reino Unido había una
hambruna que mató a más de un millón de personas y generó otro millón de
desplazados. ¿Se imaginan algo así hoy en Europa? Tal vez en el Congo (de hecho
pasa seguido en África), o tal vez quienes mueren en el Mar Mediterráneo, pero
no estamos hablando de ciudadanos para la Razón Europea.
Aparecen
dos preguntas centrales a mi parecer: ¿Por qué se manejaban así? y ¿Por qué han
dejado de hacerlo? De nuevo, creo que hay un concepto central que responde a
esto: sus ganancias, su plusvalía. En el Siglo XIX, se generaban millones de
muertos de hambre en el corazón del Imperio (Reino Unido), porque los burgueses
querían ganar más dinero y no importaba si había desnutridos muriendo en las
calles, total, no eran sus calles. Y yo creo que lo dejan de hacer justamente
por la misma razón, si seguían así, el fantasma que recorría Europa (como dicen
Marx y Engels en dicho Manifiesto), podía asediarlos y quedarse con sus
ganancias. Sería algo así como: “Che, mejor calmémonos un poco y tirémosle
algunas limosnas porque si no nos van prender fuego nuestro Palacio de
Invierno o el Palacio de las Tullerías”[1] (incluso
el Papa Leon XIII saco en 1891 la Encíclica Rerum
Nuvarum: Sobre la cituacion de los obreros, donde más o menos dicen esto).
Pero además, las potencias centrales, como la Inglaterra Victoriana, la
Alemania de Otto von Bismarck y la Francia de Napoleón III, fueron los primeros
prototipos de Estados de Bienestar modernos, más o menos como lo conocemos hoy
en el Occidente Blanco, aunque para ese momento se llamaban Estados de
Providencia o Estados Sociales, donde se empezaban a hacer algunas críticas al
excesivo individualismo. De hecho, en Argentina la ultra izquierda usa de forma
despectiva el calificativo de “Bonapartistas” para quienes (como el Peronismo)
buscan generar mayor presencia del Estado en la vida cotidiana.
Entonces,
de lo que se dieron cuenta es que si seguían explotando a la gente de la forma
en que lo hacían todo podía volar por los aires, como sucedería en el Imperio
Ruso unos años más tarde. Se trató de una época de retroceso para las políticas
liberales que tenían raíz en los pensamientos de Adam Smith, Augusto Comte y
Herbert Spencer (autor de la frase “no hay alternativa”), entre otros grandes
pensadores de la derecha liberal.
Fue
entonces que se implementan fuertemente estas políticas: buenos salarios,
acceso a la educación y a la salud para las grandes masas y se comienza a cumplir
con pedidos que desde hacía décadas realizaban lxs trabajadorxs como vacaciones
pagas, jornadas de 8 horas, jubilaciones, etc. Fue una época de gran desarrollo
productivo y las empresas que producían tenían sus sedes y sus obreros en los
países centrales/imperiales. Así, esa masa que venía levando fuertemente
comienza a bajar. Es distinto decir en 1850, mientras la gente moría de hambre
en las calles de Dublín: “el capitalismo no da para más”; que decírselo a un
obrero industrial de Detroit en 1960, quien con su salario alimentaba a su
familia, a su amante, se iba de vacaciones, sus hijos accedían a la universidad
y su esposa podía comprar Xanax para pasar el día y Valium para pasar la noche.
Sin
embargo, en el 2020, Detroit está más cerca de Dublín/1850 que de Detroit/1960.
¿Qué paso en el medio?
Siguiendo
esta línea argumental, diríamos primero: se desmorono el relato alternativo, la
Unión Soviética. Entonces ahora el hilo estaba más fuerte y se podía tirar más
de él. No considero que hayamos vuelto al siglo XIX, pero si miramos casi
cualquier indicador socio-económico, veremos que en 2020 se está peor que en
1970.
La
Unión Soviética empieza a perder su poder décadas antes de la caída del Muro.
Ya en los años 60 y 70, era difícil para cualquier anticapitalista plantear a
la URSS como otro proyecto plausible. La Batalla Cultural parecía perdida. Y al
día de hoy no ha cambiado mucho. Es muy probable que si alguien dice “el
capitalismo no da para más”, alguien responda “el Muro de Berlín ya se cayó”,
como diciendo: no hay alternativa. Como dijo el filósofo estadounidense Francis
Fukuyama en 1992: el fin de la historia. Obviamente me parece que esta frase en
una falacia, pero el mundo se movió como si fuera cierto. Al no tener
contrincante, es el todo o la nada.
2.
Producción versus Servicios
La
segunda razón que quiero traer a escena, sin pretensión de ser exhaustivo, es
el nuevo modelo económico globalizado basado en las finanzas, la uberización de
la economía y la mudanza de las fábricas desde el Imperio al Siglo XIX, o mejor
dicho, a países con regulaciones laborales propias del siglo XIX en Occidente.
Cuando
Los Capitalistas empiezan a relajarse sintiendo que no tienen competencia
vuelven a la carga con políticas liberales (ahora llamadas neo-liberales) que
dan marcha atrás con el Estado de Bienestar. Pinochet, Reagan y Thatcher, son
algunas figuritas que trabajaron fuertemente al servicio de este nuevo mundo.
Siempre me impacto verla a Margarita Thatcher argumentando que era bueno sacar
la copa de leche de los colegios públicos, es decir, sacarle un dulce a un
niñx. A partir de este hecho algunxs la bautizaron como “milk snatcher” (ladrona de leche).
Cuando implemento esto era Ministra de Educación, después la ascendieron a
Primera Ministra. Ah! Me olvidaba… luego la volvieron a ascender al cargo
de Heroína de la Democracia Liberal y Maryl Streep la interpreto en
una biopic ganadora de dos Oscares. Bueno, esa mujer, popularizo el slogan “there
is no alternative” (no existe alternativa). Fukuyama: no fuiste tan original
con eso del fin de la historia… ay…. Como nos vende la derecha cualquier cosa,
Francis Fukuyama y Taylor Swift son solo algunos ejemplos.
Así,
se va destruyendo de un plumazo ese Estado de Bienestar: chau alimentos en los
colegios, chau derechos laborales, chau sistemas de salud estatales, chau a la
intervención del Estado en la economía. Y, por supuesto, hola! a
mayores ganancias y a la explotación laboral, que se potencia en países
empobrecidos (porque las violaciones a los derechos humanos mejor si las
hacemos afuera). De esta forma las empresas mudaron sus fábricas, dejando en el
Imperio a sus CEOs y la mano de obra calificada (que también comenzó a mudarse
en los últimos años). A la vez, se fueron generando empresas que ya no vendían
productos sino servicios y eventualmente empezaron a mover más dinero que
quienes producían productos. Un ejemplo de esta bisagra entre producción y
servicios fue la compra de la Warner Bros (empresa que producía películas y
series) por parte de American OnLine (que brindaba servicios de internet) en el
año 2000.
Sin
embargo, esto genero grandes problemas en la centralidad del Imperio. No sé si
esto fue planificado o no lo habían pensado, pero grandes porciones de estos
ciudadanos fueron expulsados del sistema.
Tomemos
como ejemplo una ciudad que citamos anteriormente: Detroit. Esta ciudad fue la
cede de la General Motors, Ford y Chrysler, entre otras empresas. Una verdadera
ciudad industrial que le valió el apodo de “el arsenal de América” y “La ciudad
del Renacimiento”, comparándola con la Florencia de los Medici. Llego a tener
para 1960 1.850.000 habitantes. A partir de ahí se desato una verdadera
catástrofe humanitaria, la población se redujo a 700.000 habitantes y la ciudad
se declaró en bancarrota en 2013. Hoy Detroit es la hebilla del cinturón
oxidado (“rust belt”), de la ex zona fabril estadounidense que mudo sus
empresas, mayormente, al sudeste asiático. El director de cine y vecino de Detroit,
Michael Moore, hizo una película relatando esta catástrofe: Roger &
Me (1989), recomiendo ampliamente. Entre 1960 y el 2010, todas estas
empresas se fueron mudando a paraísos laborales, es decir, países donde no
tienen que pagar aguinaldos, indemnizaciones, seguros de salud y demás inventos
del Diablo Comunista (que bien sabemos que es rojo, porque es comunista).
Además,
mientras la General Motors llego a tener 600.000 empleados, empresas que
facturan mucho más que GM necesitan mucha menos mano de obra (Facebook, 12.000
empleados; Google 60.000). Dejamos de producir, apostamos a burbujas
financieras y generamos multinacionales que con un puñado de empleados
controlan el mercado mundial.
3.
¿No hay alternativa?
Ante
este panorama desde la mass media y la derecha nos plantean que no hay
alternativa. Así, por ejemplo, cuando unx quiere reflexionar sobre el sistema
se lo trata de “ideologizadx”, mientras que ellxs serían “objetivxs”, “realistas”.
Esta es una gran mentira que debemos desarmar. Sin embargo, creo que esta
crisis que genera la Pandemia del COVID abre una puerta. Hoy no sería tan fácil
sostener que este sistema es ideal. Pensemos en Detroit, ¿qué paso con esa
gente? ¿seguirán siendo defensores acérrimos del sistema? Si nos guiamos por
como vienen votando diríamos que no. Allí se encuentra el centro de votantes de
Trump. Y no, no es que Donnald Trump sea un antisistema, pero si propone otro
discurso, se presenta como un anti establishment y vuelve sobre la centralidad
de la producción.
Lo
que pienso es lo siguiente: el discurso único neoliberal tuvo sus 30/40 años de
gloria entre la caída de la URSS y la Pandemia. Hoy parece estar en jaque, mas
no mate. Y voy a coincidir con una persona asquerosa y detestable: Steve
Bannon. Este hombre, que trabajó en Cambridge Analítica manipulando elecciones
alrededor del mundo con los datos que le proporcionaba Facebook (entre otros
grandes logros de su CV), afirma que hoy el mundo vira hacia un populismo, o
bien de izquierda o bien de derecha. Él trabaja para esto último. Y si bien yo
creo que hay que ir para el otro lado, coincido con que algo de esto podría
estar sucediendo.
El
discurso neoliberal está haciendo agua. La gente excluida y marginada hoy sigue
igual, para ellxs no ha cambiado mucho la cosa. Pero hay una gran masa de
ciudadanxs y ex-ciudadanxs que vieron diluirse sus derechos, sus opciones para
gozar de una vida vivible. Son muchxs de estos ciudadanxs quienes hoy,
indignados y con razones para estarlo, votan a un Trump o a Jair Mesías
Bolsonazi, pensándolos como alternativas a un sistema que los maltrata todos
los días.
Acá
creo que se abre una ventana para pensar en otro mundo posible. Esta crisis
puede ser una oportunidad para replantear los términos. El politólogo Atilio
Borón plantea que es un buen momento para plantear un “protosocialismo”,
debido a que esta crisis pone en cuestión el modelo individualista neoliberal,
pero tampoco es una patada a lo Kill Bill al corazón del sistema como dijo
Slavoj Zizek. Entonces, si tanto se habla de una Nueva Derecha, podríamos
pensar en una Nueva Izquierda, que plantee otro mundo posible sin la
nostalgia de un pasado que, habiendo tenido grandes logros, terminó solo
defendiéndose del “there is no alternative”.
[1] El
primero fue tomado por los Bolcheviques en San Petersburgo, 1917. El segundo
fue tomado por los comuneros de la Comuna de Paris y luego prendido fuego en
1871.
*Sitio: El Tábano Economista de
Alejandro Marco del Pont, Licenciado en Economía
*Autor de la Editorial: Licenciado
Ramiro Garzaniti
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