Hace
pocos días el Secretario de Energía actual permitió que se difunda ampliamente
un documento extraoficial, basado en 186 docu-power point titulado pomposamente
“Programa Federal Quinquenal de Expansión de Obras de Infraestructura
Energética Junio 2020 – Gobierno Alberto Fernández/Cristina Fernández de
Kirchner”, donde los puntos más relevantes serían los Ejes del Plan, las Obras
de Transporte Eléctrico, la expansión del gasoducto Vaca Muerta hasta Brasil y
una IV Central Nuclear.
Desde
muchas áreas se indicó que este documento no cuenta con el aval, en ninguna instancia
superior jerárquica, y se encuentra en análisis. Especulan que su difusión se
entiende como una forma que tuvo el funcionario para contrarrestar las críticas
que está recibiendo desde el propio oficialismo, que harían menester su
desplazamiento del cargo en el corto plazo. Más allá de las distintas miradas,
la mayoría de las obras de infraestructura mencionadas son fundamentales para
el desarrollo, no obstante este escrito propone una mirada sobre lo que no dice
aquel documento, en particular en el área nuclear.
Históricamente
la estrategia de la política nuclear argentina fue el desarrollo, construcción
y exportación de reactores de investigación y productores de radiofármacos,
mientras que al mismo tiempo adquiría centrales de potencia en el extranjero
(Alemania y Canadá), con el propósito final de diseñar y construir una central
nacional de potencia. En 2015 este último eslabón estuvo a punto de iniciarse.
En la actualidad se propone adquirir llave en mano una nueva planta nuclear a
la República Popular China, desandando todo el camino recorrido.
El
punto convocante de este análisis es focalizar en la casi inexistente o nula
relevancia que en este documento tiene la continuidad de los trabajos para
finalizar el prototipo del llamado reactor CAREM25 (Central Argentina de
Elementos Modulares). Actualmente el prototipo de 32 MWe de potencia se
encuentra en construcción (paralizada y en vías de reanudación), en la
localidad de Lima Provincia de Bs As. Esta
pequeña central nuclear para la producción de energía eléctrica es de diseño
argentino y prevé la integración local del 70% de los insumos, componentes y
servicios que se demanden. Es el primer reactor de estas características que se
encontró en construcción en el mundo al inicio de su fabricación en 2014.
El
actual gobierno es el que puede darle continuidad para que se terminen estos
trabajos y demostrar a su vez el potencial exportador de este tipo de bienes de
alta tecnología, de alto valor agregado, ya con un prototipo funcionando. El
módulo prototipo es capaz de suministrar energía eléctrica a poblaciones de
100.000 habitantes aproximadamente. El
módulo comercial que es posible desarrollar a partir del modelo podría ser de
100 MWe y abastecer al triple de población.
Globalmente
este tipo de máquinas denominadas SMR (Small Modular Reactors) están sindicadas
como el futuro de las nuevas plantas nucleares, más pequeñas y modulares, en
contraposición a lo que hasta hace poco se entendía como ventajoso en grandes
unidades (entre 700 y 1200 MWe de potencia), que demandan muchos años de
construcción, una gran inversión inicial y altos de costos de financiamiento. Los
SMR serían emplazados solamente por los
países más demandantes de energía (China, Rusia, India, EEUU). El resto del
universo global serían potenciales adquirentes de estos pequeños reactores.
Corresponde
ratificar entonces lo imperdonable de la falta de mención en aquel documento,
que lo esboza como finalizado en el 2023, pero no lo promueve como hito de su
política. Para asignarle un contexto histórico, Argentina hace 36 años difundió
internacionalmente en la República del Perú la intención de llevar adelante el
diseño y construcción de un pequeño reactor modular. El CAREM sería entonces
como el intermedio entre las dos opciones técnicas desarrolladas (pequeños
reactores de investigación y grandes plantas de potencia) siendo un reactor de potencia pequeño y
modular.
Durante muchos años fue casi el único diseño global con estas
particularidades, pero en los 2000 surgió la duda si no sería mejor instalar
plantas pequeñas y no grandes usinas, por lo expresado anteriormente. Al
presente los negocios de generación eléctrica ofrecen otras alternativas más
convenientes en el aspecto financiero y la variante de los SMR cumple con esa
premisa. El CAREM posee varias
características propias sustantivas; una es que son módulos pequeños y otra que
el traslado hasta el emplazamiento puede realizarse mediante transportes
convencionales, fabricación masiva de componentes, reducción de sistemas
sensibles y estos nuevos sistemas se “moverían” por convección natural es decir,
sin que lo impulsen bombas. Es un diseño optimizado, seguro y económico.
Además
cuenta con soluciones de diseño simples e innovadoras que incrementan y
optimizan los estándares de seguridad que se van incorporando por la
experiencia adquirida durante los años de operación comercial en todo el mundo.
También se incluyen las mejoras en seguridad generadas tras el incidente en la
central nuclear de Fukushima Daiichi de hace casi 10 años. Esta unidad es del
tipo PWR (uranio enriquecido y agua liviana) a diferencia de las que
actualmente operan en el país que son del tipo PHWR (uranio natural y agua
pesada).
Según
datos del Organismo Internacional de Energía Atómica más de 50 diseños de
reactores modulares pequeños se encuentran en las distintas etapas de
licenciamiento en Canadá, China, Estados Unidos, Finlandia, Francia, Reino
Unido y Rusia. Por ahora nuestro CAREM es el que en más avanzado estado se
encuentra, pero ya no somos los únicos.
Por esta suma de factores el CAREM se
presenta como una alternativa sustentable y eficiente, tanto para la generación
de energía eléctrica destinada al consumo nacional, como también para la
exportación, continuando así la trayectoria iniciada con la venta en el mundo
de varios reactores argentinos de investigación. En ese sentido, la Argentina
reafirma su capacidad para el desarrollo y puesta en marcha de centrales
nucleares, al tiempo que se perfila como uno de los líderes mundiales en el
segmento de reactores modulares para la generación eléctrica en bajas
potencias. Esta clase de reactores tienen una gran proyección para el
abastecimiento eléctrico en zonas alejadas de los grandes centros urbanos o en
polos industriales con alto consumo de energía. También es capaz de desalinizar
agua de mar. En la actualidad cuando es
tan necesaria la inversión en infraestructura, la participación de la industria
local calificada, la posibilidad de exportación con el consiguiente ingreso de
divisas fundamentales para sostener la importación de otros bienes y servicios
que el país decide no producir, es un error soslayar el desarrollo de este
producto altamente vinculado con la ciencia y la tecnología y con un alto valor
agregado.
*Guillermo F. Sala, Arquitecto
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