Revista Nro. 15 La invención del tiempo por Favio Camargo


Un amigo del café, que tiene como 90 años, tiró una frase de alta filosofía ante un arbolito mandibuleante que presumía su smartwatch delante de dos chicas. Mientras los del grupo de siempre estábamos tomando cortado en vasitos en la barra y comiendo medialunas  dijo :
-  Un reloj a pila es como una milanesa de soja, le falta algo…el alma. Dejando con esto clara su preferencia por los  “de cuerda”.
Del elemento que trató esta charla durante el invierno pasado, se me ocurrió hablarles hoy : el reloj.
El hombre no tuvo desde siempre un interés por conocer y medir el paso del tiempo con exactitud, esto es algo que según mi opinión nace con la Revolución Industrial, cuando las fábricas y las máquinas irrumpen en la vida de los pueblos y los campesinos se transforman en la mano de obra de las grandes industrias. El  tic tac de la máquina marcaba la hora de entrada y de salida de las inhumanas jornadas laborales de los principios de la edad contemporánea. Los pueblos antiguos no tenían ese interés en saber de forma tan exacta el paso del tiempo. Usaban estacas clavadas al suelo para orientarse más o menos de cuántas horas de luz disponían para trabajar. Griegos y romanos usaban unos pequeños recipientes con un agujerito en el fondo de modo medir el tiempo necesario para regar sus cultivos y también el tiempo de exposición que cada persona tenía en sus lugares de participación política. Relojes de sol y de arena aparecerían también hasta dar paso a los primeros relojes mecánicos.
Quienes se preocuparon por controlar, manejar y conocer el tiempo fueron los miembros del clero, que lo consideraban elemental para su trabajo. En muchos pueblos, uno de los únicos relojes que había era el de la torre de la iglesia. Los relojes mecánicos de este tipo aparecieron en el siglo XIII. Durante mucho tiempo el reloj fue un objeto fabricado totalmente a mano por artesanos muy especializados, lo que hacía que su costo fuera altísimo y solo estuviera al alcance de muy pocas personas. El avance de la técnica hace posible la producción en masa lo que comenzaría a abaratar los costos en el siglo XVIII volviendo a este artefacto algo menos raro de ver en las casas.
En lo que respecta al reloj de bolsillo, áste fue  creado en 1524 en lo que hoy es Alemania, pero también era algo destinado a las clases altas. Solo el avance tecnológico y la producción en masa lo harán accesible a las clases populares entrando al siglo XX. La llegada del ferrocarril hizo necesario que los obreros que trabajaban en él dispusieran de un reloj de bolsillo para realizar sus tareas con mayor efectividad. Como se puede ver en el film checo  “Trenes cuidadosamente vigilados”, donde el obrero jubilado sigue obsesionado con las máquinas que pasan por su casa…y mira el reloj enojado diciendo…. ¡mah!…tres minutos ya lleva de retraso…
El reloj de bolsillo será reemplazado por el de pulsera en las preferencias de la mayoría a principios del siglo XX, se puso “de moda” por su comodidad, entre los soldados de la Primera Guerra Mundial.
El reloj de máquina es una de las cosas más interesantes que existen y tener uno es como tener un Tamagotchi (pueden googlearlo si no se acuerdan, pero no me mientan eh). La contra que tenemos aquellos que gustamos de los relojes de máquina es que casi no quedan relojeros que se dediquen a trabajar en ellos. Tenés que encontrar a alguien que comparta la misma locura.
Por lo tanto, casi obligados, terminamos eligiendo algún reloj de cuarzo que nos recuerde a esos relojes de máquina que nos gustan. Los relojes de cuarzo se popularizaron en los 70 cuando Japón salió con su industria a asombrar al mundo. Son mucho más simples y casi no llevan otro mantenimiento que no sea un cambio de pila para funcionar por años sin problemas. Es “todo” electrónica y pueden ser con agujas o de esos con la pantallita de cristal líquido…. Pero no es lo mismo.-





*Favio Camargo. Docente, estudiante del Profesorado de Historia en la Universidad Nacional del Sur


Comentarios

  1. No queda duda que sin esos diabolicos aparatos los atardeceres son mas largos, los besos mas dulces, el amor es perfecto y los veranos eternos.
    Sin ellos uno despierta al terminar su sueño, y almuerza siempre con apetito, los amigos siempre encuentran una excusa para reunirse. Cronos el destructivo Dios del tiempo regia con terror y miedo , castro' a su padre Urano, era un tirano sin alma.

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