Revista Nro. 13 Cuando la justicia llega tarde… por Favio Camargo


Los Askaris eran las  tropas coloniales de diversas etnias autóctonas de las cuales se servían los países europeos que se habían repartido África.Aunque parezca contradictorio el trato era más igualitario para los que estaban en las colonias alemanas e italianas. El delirio racista en Alemania comienza con Hitler, anteriormente había cierto proceso de integración, tanto que hubo Askaris peleando en los freikorps, tropas irregulares de derecha, cuando estalló la revolución de la RepúblicaSoviética de Baviera en 1918 – 1919.Otros se transformaron en actores en el naciente arte de las películas o en ciudadanos comunes que viajaron a la metrópoli imperial a desempeñar cualquier tipo de ocupación.
En el caso italiano, si bien hubo una parte de la población bastante intolerante, la otra parte creía que un libio o un eritreo eran parte del Imperio y por lo tanto igual de italianos que ellos, por la tradición del Imperio Romano en África.
Podemos ver que cuando Mussolini invade la actual Etiopia, una de las primeras medidas es la abolición de la esclavitud. Si, en el siglo XX, todavía existían países con esclavitud legal, y el tal emperador Haile Selassie era uno de sus sostenedores, un emperador absoluto por supuesto derecho divino que mientras lloraba en la Sociedad de Naciones, el vivía en el siglo XX como un francés mientras sus  súbditos vivían como hace 6000 años atrás o peor.
El delirio racista de Mussolini fue tardío, recién se dio cuando entra en la guerra. Para esa época, después de tantos años de presencia italiana en África, ya existían muchas familias mestizas y hasta altos funcionarios militares y de gobierno,Además cuando el Mariscal Ítalo Balbo es nombrado por el Duce gobernador colonial de Libia, inmediatamente le concede  la ciudadanía italiana a los nativos, por lo que fue una firma mas para dejar contento a su aliado que otra cosa. Pero con una persona tan cambiante como Mussolini nunca se puede saber que pensaba en el fondo.
Estos soldados pelearon en la Primera y Segunda Guerra Mundial, en el caso italiano y en la Primera en el caso alemán, pero sus antiguos empleadores se desentendieron de ellos. En el caso italiano recibían una pensión miserable y en el caso alemán nada.
A fines de los años cincuenta algunos ciudadanos de origen africano se acercaron a alguna dependencia  del Estado Alemán (de la República Federal, eran los tiempos de la división) y le reclamaron al funcionario su pensión de veteranos de guerra. El funcionario no supo cómo reaccionar  y quitándoselos de encima les prometió gestiones futuras. Intrigado con el reclamo  el funcionario consulta con un superior pensando que lo estaban tomando para la cachetada.El superior con un poco más de luces le comentó que pudiese existir la probabilidad de que estos hombres en su juventud hayan sido “Askaris”, por lo tanto veteranos de guerra a los que les correspondía su pensión.
Para asegurarse, consiguen a un oficial de la época y les dan a los hombres un fusil descargado, y a modo de prueba les repiten un par de instrucciones preguntándoles luego por un par de hechos puntuales. La cosa es que casi 50 años habían pasado del fin de los combates de las tropas del Imperio Alemán en África, y estos soldados no se habían olvidado de su adiestramiento.
El comandante de estas tropas coloniales, era Paul Von Lettow Vorbeck, un hombre conservador y de derecha, pero que reclamó siempre por los derechos de sus antiguos soldados africanos. A pesar de los múltiples ofrecimientos para cargos militares y diplomáticos nunca aceptó nada de Hitler, falleciendo en 1964. Los últimos Askaris que quedaban vivos, con cerca de 70 años de promedio, se hacen presentes para despedirlo.Entre los soldados con uniformes nuevos y cascos norteamericanos se distinguen un par de hombres africanos con sus uniformes gastados  de la época  y uno de ellos parado al lado de la tumba se dirige al resto de los concurrentes….y dice con la voz entrecortada:“Señor…nosotros…soldados alemanes…que solo le tememos a dios…no nos hemos olvidado de usted.”



*Favio Camargo. Docente, estudiante del Profesorado de Historia en la Universidad Nacional del Sur


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