Lo
que está, está. La cuestión pasa por administrar lo que está. Y encarar una
política de mediano y largo plazo para revertir esa política migratoria.
Convengamos en que nadie abandona su lugar natal, sus afectos, sus paisajes, si
no es con la esperanza de encontrar un lugar mejor para vivir, y para ello lo
más básico es conseguir un trabajo estable que le permita construir una vida
digna. Con ese motor llegaron nuestros abuelos inmigrantes a este suelo, y del
mismo modo se produjo la migración interna. Y a mi entender, por ahí pasa la
cosa.
Si
en sus lugares de origen no se les dan las mínimas condiciones de un progreso
estable, nada podemos objetar a sus decisiones de migración. Y recordemos que
los migrantes internos son compatriotas nuestros, amparados por la Constitución
Nacional cuando habla de los derechos de los ciudadanos ¿recuerda? “Transitar y
establecerse…..” Hoy día, ante la aparición de libertarios de todo pelaje, es
bueno recordar estas cosas.
La
pandemia ha dejado al desnudo las debilidades de un modelo de país agroexportador.
La mega-agricultura está terminando de destruir pequeños y medianos pueblos
rurales, expulsando a sus habitantes por falta de trabajo. A mi ver la única
forma de frenar y eventualmente revertir esta corriente migratoria es la
creación de actividades que “anclen” a esos habitantes en sus lugares de origen.
Un ejemplo al azar: de las zonas productoras de algodón (Chaco, Santiago del
Estero…) no debe salir la fibra de algodón para ser transformada en otros
lugares. Deben salir prendas de vestir. Y así cada producción zonal. Es una
cuestión de modelo de país que hay que reformular, y en la próxima abordaremos
un poco más en el tema.
*Antonio Diez (El Mayolero), Periodista, Escritor, Ensayista, columnista
del programa Voces Cooperativas, autor del libro Formación y Transformación del
Sujeto Agrario, ex candidato a Intendente de Tres Arroyos por el Partido
Intransigente
Antonio coincido con la visión de producciones locales, el tener la misma leche en Ushuaia y Puerto Iguazú (vivo en Misiones) no es lógico, pero con tener trabajo no alcanza.
ResponderEliminarLas nuevas generaciones, y no tan nuevas, ponen en el mismo nivel del conchabo los servicios y las recreaciones, especialmente estas últimas.
Lo vivo día a día en la provincia y ya lo había experimentado en ciudades de la provincia de Corrientes.
Coincido, y le adelanto que trataré el tema en la siguiente columna. Gracias.
Eliminar