Un señor parado en el centro de una piscina con el
agua a la altura del cuello. Todavía se lo ve confortable, no tiene que hacer
ningún esfuerzo, su cabeza erguida y su cuerpo derecho relajado le permiten
respirar con facilidad. Todos los años viene un turro con uno o dos de esos
cilindros metálicos de combustible de 200 litros lleno de agua y lo vierte a la
pileta. En una piscina chica de 27000 litros este agregado puede significar una
ganancia en altura del nivel del agua de unos 2 o 3 cm. No es algo
dramáticamente notorio para el público que camina por los alrededores, nadie se
inquieta, excepto el señor parado en el medio de la pileta con el agua al
cuello. Dependiendo del oleaje producido por el viento el agua ahora le tapa la
boca y ha empezado a entrarle por la nariz. El señor obviamente haciendo
desesperado uso del instinto de supervivencia se pone de puntas de pie y estira
el cuello pudiendo con dificultad alcanzar la necesaria bocanada de aire para
poder seguir respirando. El esfuerzo empieza a entumecer sus pantorrillas
provocando dolorosos calambres y el cuello estirado está empezando a sufrir los
efectos de una aguda tortícolis. El hombre está por desfallecer extenuado
imposibilitado de flotar o nadar pues su calzado esta clavado o atornillado al
piso. Al cabo de unas horas el sol se apiada de él y provoca la tan esperada
evaporación de esos centímetros de agua y el señor vuelve a su situación de
confort. El señor representa en cualquier lugar del mundo el sistema
hospitalario.
El guacho que le tira dos tanques de 200 litros es la
enfermedad estacional más extendida (hasta ahora) en el mundo, digamos que es
la gripe en sus más variadas formas con sus virulencias más o menos agudas, complicaciones
respiratorias y bajas de los sistemas inmunitarios que derivan en otras
infecciones. Agreguemos que cada fin de semana hay un número de accidentados,
peleas, excesos de alcohol que agregan
unos cuantos baldes de agua haciendo el sistema aún más endeble.
Qué pasa si se suma al experimento otro turro llamado
COVID-19 y añade otros 2 cilindros de 200 litros por lo menos. La respuesta es
muy simple: el sistema hospitalario colapsa, (él señor
se ahoga, la pileta rebalsa, el agua
desbordada e inunda los jardines y salones elegantes de los alrededores). Es
notable que este simple problema encienda enardecidos debates, posiciones
diametralmente opuestas y enfrentamientos varios. Este señor vive en crisis, y aún
lo más curioso, y que no entienden muchos, es que es así en todo el mundo, no
es como presumen privilegio del sistema de salud en países en vías de
desarrollo con pobre planificación y presupuesto escueto.
-
Ahhh! Pare la mano compañero no me va a decir que es lo mismo un hospital en un
barrio pobre en Sudamérica que uno en Suecia.
-
No absolutamente no, las instalaciones, los equipos, la cantidad de médicos, etc.
no, no lo es, pero es cierto que un hospital se maneja con crisis, que siempre
hay que priorizar entre diferentes pacientes, que siempre se corre contra el
reloj o la muerte.
Lo que se ha mostrado evidente con este virus es que
aun los países ricos y con un gran presupuesto de salud no construyen 2 o
3 hospitales extras por las dudas. Lo que tienen extra es un determinado número
de camas. No hay un tremendo colchón extra porque a la hora de ubicar los
fondos de un presupuesto hay que decidir si el Estado invierte ese dinero en
tal o cual proyecto, nadie va a proponer o va tener éxito proponiendo aumentar
la capacidad hospitalaria en un 50% por ejemplo. La prueba de esto es que la
capacidad hospitalaria ha sido desbordada aun en estos países ya sea
Inglaterra, Italia o Francia. Las medidas de cuarentena intervendrían directamente
en el flujo o caudal, lo que en nuestra historia del señor representaría la
velocidad con que cierto volumen de agua se arroja a la pileta.
Mucho se ha hablado en los últimos días de la
maravilla del modelo sueco que en contrapartida con otros vecinos escandinavos
ha logrado similares resultados sin parar la economía. Primero es necesario
distinguir que el resultado no es similar, el número de infectados y de muertos
es bastante mayor. Alguno podrá’ decir - y
bueno la gente se muere todos los días - pero no es ese el razonamiento que
ellos aplicaron, no se trata de una sociedad que siempre ha tenido bastante
cuidado por la salud de sus ciudadanos y que repentinamente se volvió insensible.
La segunda falacia es que no ha tenido consecuencias económicas para su economía.
Estimaciones del propio gobierno sueco indican contracciones de hasta un 6% en
el consumo doméstico, las exportaciones cayeron en un 10% y la economía en
general un 7% y el índice de desempleo llegara’ al 10 %.
Ahora analicemos otro aspecto de la actitud relajada en
la implementación de medidas de cuarentena
por parte de las autoridades. Si bien hay bastante libertad para moverse las
recomendaciones de aislamiento, higiene y distanciamiento social son casi igual
de estrictas que en otros países. A pesar de no haber una imposición, muchos de
los habitantes han optado por el aislamiento (en especial dentro del grupo de
personas mayores de 60 años). Sin prohibiciones legales los suecos han elegido voluntariamente
seguir las recomendaciones de distancia social. Como conclusión, por qué
entonces no adoptar su agradable sistema, por qué no somos un poco más suecos,
imploran las huestes que considerarían un 10 % de las medidas impositivas de
ese país como confiscatorias o stanilistas haciendo gala de una rampante
hipocresía. ¿Por qué no un modelo sueco? - gritan indignados, pero se
desmayarían si tuvieran que tener con todos los papeles a sus empleados,
concederles la escandalosa cantidad de beneficios entre ellos la exorbitante
cantidad de vacaciones y días por enfermedad (que en este caso funcionan como un
gran contenedor de los contagios, sabiendo el empleado que al menor síntoma
puede restringirse de atender al trabajo sin sufrir pérdidas de ingreso o
peligro de perder su puesto). ¿Qué opinarían estos si tuvieran que pagar
licencia por maternidad y licencia por paternidad cada vez que uno de estos
suecos decide embarazarse o embarazar a alguien? ¿Qué clase de epíteto se le
adjudicaría al choriplanero que teniendo un puesto full time decide pasar a
part time y seguir cobrando la diferencia por parte del estado? (puede ser para
estudiar o para descansar o ayudar con la crianza de sus hijos)…
Por todo lo
enunciado no podemos aplicar el sistema sueco de cuarentena, porque no tenemos
la base que es el sistema sueco para todo lo demás. Sumando a este disparate ignoran
el aspecto de la densidad demográfica, calles, paseos parques, transporte
publico tienen menos densidad que nuestras ciudades, contando también el
transporte público con mayor frecuencia. El camino de la recuperación económica
será mucho más efectivo si el número de infectados es el menor posible y se
tiene la información de dónde están y cómo aislarlos para evitar el contagio
general y se cuentan con los recursos para atenderlos Existen en cada país
distintas medidas y tiempos que se han implementado para contener lo mejor
posible esta tragedia pero no existe ningún país que tomó todo el paquete de
medidas de un país y lo implanto en otro. Sin duda cada cosa puede ser tenida encuentra
en el momento en que el peligro de inundar el sistema hospitalario pase y la
sociedad se mueva hacia una forma intermedia de transición.
Fuentes económicas: Wall Street Journal
*Javier Martín Miró. Ingeniero agrónomo, autor
del libro Javier, Paco y el Loco y otros cuentos. En 1991 emigró a Sydney,
Australia, en donde desarrolla su actividad profesional como Biosecurity
Officer
No se preocupe, la clase media argenta buscará otro país para denostar el propio. Excelente descripción
ResponderEliminarLos países nórdicos estudian abrir sus fronteras pero recelan de SUECIA, por sus malos resultados en el manejo del COVID-19
ResponderEliminarUn buen ejemplo de economia mal aplicada es el caso de Chile un pais que podria haber mantenido los numeros de la pandemia bien bajo debido a su natural aislamiento geografico y su ya establecida estructura de porteccion de fronteras y bordes. En este momento podria estar conversando con Nueva Zelandia y Australia para formar parte de una zona de bajo riesgo (casi nulo)y aprovechar de inmensas ventajas economicas.