Como
consecuencia de esta crisis mundial existe sin duda un replanteo, redescubrimiento
o una perspectiva distinta de muchas ideas, conceptos fundamentales y
proyectos llenos de polvo sujetos de burla por parte del ultimo aluvión de
ideólogos vacíos del actual orden (¿reinante o decadente?) y los filósofos de
la meritocracia y el capitalismo descarnado, sin duda portadores de doctrinas que
derivaron en parte en la actual crisis y sin duda en la grave profundidad de
sus consecuencias.
Una
de las cosas que más me llaman la atención de esta debacle es la velocidad con
que los operadores económicos de diferentes escalas, (incluso grandes
operadores aun acumuladores de inmensas ganancias hasta por lo menos el
final del año financiero, se declaran en total pánico, echan a la mayor parte
de sus empleados, y se cobijan a todo tipo de subsidios. En el caso de negocios
de escala más pequeña, las circunstancias de tener que cerrar en algunos casos
por 15 días, se manifiesta de manera catastrófica.
¿Cuánto
de esto es un real desastre económico? Veamos por ejemplo Buenos Aires, y lo
que sucede cada año a partir del 24 de Diciembre. Buena parte de los negocios
cierran, les dan a sus empleados vacaciones, los colegios cierran, bares cafés
y restaurants cercanos a la city, el Congreso, Tribunales, cierran. Numerosas
dependencias públicas cierran y todos hemos experimentado la frustración de
ante la necesidad de hacer un trámite encontrarse con los letreros de cerrado
por vacaciones, feria judicial, etc. etc. ¿Por qué ahora la perspectiva de
tener que cerrar por 14 días es tan apocalíptica?
Una
de las razones del tremendo impacto en el sector laboral tiene que ver con el
proceso de precarización laboral llevada a cabo descarnadamente en el mundo en
los últimos treinta años. Ha sido una opción política permitir la propagación
de condiciones de empleo inseguras, por ejemplo mediante la desregulación de la
relación entre empleadores y empleados. Es necesario desempolvar las ideas que
sustentan el empleo estable, será entonces una decisión política invertir esta
tendencia así como replantear las relaciones en el comercio internacional que
impulsaron estas reformas regresivas. Es evidente que el aumento de la
inseguridad laboral y los bajos salarios tienen un impacto negativo en el
desarrollo y el crecimiento macroeconómicos en el largo plazo y en la
posibilidad de reaccionar ante una catástrofe de gran magnitud. Muchos de estos
acuerdos flexibles y el aumento del empleo casual significan un avance hacia un
trabajo inseguro, impredecible y arriesgado desde el punto de vista del
trabajador, debido a la falta de protección y a las prestaciones sociales
asociadas. Esta combinación de incertidumbre y ausencia de protección
laboral reduce la calidad del trabajo. Las consecuencias se hacen evidentes en
el aumento de la pobreza y la exclusión en tres sectores vulnerables de la población:
los ancianos, los jóvenes y las mujeres.
Para
los países en desarrollo es más difícil medir el trabajo precario, porque una
gran parte de la fuerza de trabajo trabaja en el sector informal. El vínculo
entre el trabajo precario y el aumento de la desigualdad de ingresos se
relaciona con el debate actual sobre la desigualdad. Incluso economistas del
Banco Mundial y el FMI reconocen la desigualdad de ingresos elevada como una
amenaza importante para el bienestar futuro y el crecimiento económico
sostenible. También descubrieron que los momentos de crecimiento más largos
están fuertemente asociados con una mayor igualdad en la distribución del
ingreso. Esto trae otro asunto a replantear, muchas veces esbozado e ignorado
por los grupos ortodoxos neoliberales, es imperativo concluir que es
fundamental contar con indicadores económicos que tengan en cuenta la
inclusión, el bienestar de todos los sectores de la población y no únicamente
el crecimiento general de los ingresos. Podemos concluir que los costos del
crecimiento con aumento de la desigualdad superan los beneficios del
crecimiento en la mayoría de los casos. Como estamos observando aquel ahorro
por parte de sectores económicos termina recayendo en un aumento del gasto del
estado en forma de ayudas de emergencia sociales.
*Javier Martín Miró. Ingeniero agrónomo, autor
del libro Javier, Paco y el Loco y otros cuentos. En 1991 emigró a Sydney,
Australia, en donde desarrolla su actividad profesional como Biosecurity
Officer
Tal cual parece que la derecha neoliberal en las crisis descubre el Estado "y se cobijan a todo tipo de subsidios".
ResponderEliminarDaniel Miró
Gracias Daniel, queria tambien resaltar el hecho de que el impacto de esta pandemia o cualquier otra tragedia es mas moderado si la gente tiene trabajos dentro de un marco de condiciones y acuerdos que si hay millones en condiciones de jornalero casual.Un gran abrazo.
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