Revista Nro. 5. El otro virus: La precarización, por Javier Martín Miró


                                                                         Como consecuencia de esta crisis mundial existe sin duda un replanteo, redescubrimiento  o una perspectiva distinta de muchas ideas, conceptos fundamentales y proyectos llenos de polvo sujetos de burla por parte del ultimo aluvión de ideólogos vacíos del actual orden (¿reinante o decadente?) y los filósofos de la meritocracia y el capitalismo descarnado, sin duda portadores de doctrinas que derivaron en parte en la actual crisis y sin duda en la grave profundidad de sus consecuencias. 

Una de las cosas que más me llaman la atención de esta debacle es la velocidad con que los operadores económicos de diferentes escalas, (incluso grandes operadores aun acumuladores de inmensas ganancias hasta por lo menos  el final del año financiero, se declaran en total pánico, echan a la mayor parte de sus empleados, y se cobijan a todo tipo de subsidios. En el caso de negocios de escala más pequeña, las circunstancias de tener que cerrar en algunos casos por 15 días, se manifiesta de manera catastrófica.
¿Cuánto de esto es un real desastre económico? Veamos por ejemplo Buenos Aires, y lo que sucede cada año a partir del 24 de Diciembre. Buena parte de los negocios cierran, les dan a sus empleados vacaciones, los colegios cierran, bares cafés y restaurants cercanos a la city, el Congreso, Tribunales, cierran. Numerosas dependencias públicas cierran y todos hemos experimentado la frustración de ante la necesidad de hacer un trámite encontrarse con los letreros de cerrado por vacaciones, feria judicial, etc. etc. ¿Por qué ahora la perspectiva de tener que cerrar por 14 días es tan apocalíptica?
Una de las razones del tremendo impacto en el sector laboral tiene que ver con el proceso de precarización laboral llevada a cabo descarnadamente en el mundo en los últimos treinta años. Ha sido una opción política permitir la propagación de condiciones de empleo inseguras, por ejemplo mediante la desregulación de la relación entre empleadores y empleados. Es necesario desempolvar las ideas que sustentan el empleo estable, será entonces una decisión política invertir esta tendencia así como replantear las relaciones en el comercio internacional que impulsaron estas reformas regresivas. Es evidente que el aumento de la inseguridad laboral y los bajos salarios tienen un impacto negativo en el desarrollo y el crecimiento macroeconómicos en el largo plazo y en la posibilidad de reaccionar ante una catástrofe de gran magnitud. Muchos de estos acuerdos flexibles y el aumento del empleo casual significan un avance hacia un trabajo inseguro, impredecible y arriesgado desde el punto de vista del trabajador, debido a la falta de protección y a las prestaciones sociales asociadas.  Esta combinación de incertidumbre y ausencia de protección laboral reduce la calidad del trabajo. Las consecuencias se hacen evidentes en el aumento de la pobreza y la exclusión en tres sectores vulnerables de la población: los ancianos, los jóvenes y las mujeres.
Para los países en desarrollo es más difícil medir el trabajo precario, porque una gran parte de la fuerza de trabajo trabaja en el sector informal. El vínculo entre el trabajo precario y el aumento de la desigualdad de ingresos se relaciona con el debate actual sobre la desigualdad. Incluso economistas del Banco Mundial y el FMI reconocen la desigualdad de ingresos elevada como una amenaza importante para el bienestar futuro y el crecimiento económico sostenible. También descubrieron que los momentos de crecimiento más largos están fuertemente asociados con una mayor igualdad en la distribución del ingreso. Esto trae otro asunto a replantear, muchas veces esbozado e ignorado por los grupos ortodoxos neoliberales, es imperativo concluir que es fundamental contar con indicadores económicos que tengan en cuenta la inclusión, el bienestar de todos los sectores de la población y no únicamente el crecimiento general de los ingresos. Podemos concluir que los costos del crecimiento con aumento de la desigualdad superan los beneficios del crecimiento en la mayoría de los casos. Como estamos observando aquel ahorro por parte de sectores económicos termina recayendo en un aumento del gasto del estado en forma de ayudas de emergencia sociales.


   *Javier Martín Miró. Ingeniero agrónomo, autor del libro Javier, Paco y el Loco y otros cuentos. En 1991 emigró a Sydney, Australia, en donde desarrolla su actividad profesional como Biosecurity Officer

      

Comentarios

  1. Tal cual parece que la derecha neoliberal en las crisis descubre el Estado "y se cobijan a todo tipo de subsidios".
    Daniel Miró

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    1. Gracias Daniel, queria tambien resaltar el hecho de que el impacto de esta pandemia o cualquier otra tragedia es mas moderado si la gente tiene trabajos dentro de un marco de condiciones y acuerdos que si hay millones en condiciones de jornalero casual.Un gran abrazo.

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