Revista Nro 4…CANALLAS ABSTENERSE por José Javier Cortez


En el contexto de la emergencia sanitaria por el COVID-19 representantes y voceros del empresariado vernáculo y foráneo presionan para privilegiar “la economía”; algunos representantes de ciertas corporaciones vinculadas a la actividad sanitaria bregan por un reconocimiento social y gubernamental que apunta a conseguir una mejora en sus condiciones laborales y salariales;  el último ex presidente solicita al actual presidente que no se desacelere la economía y que repatrie a los argentinos que quedaron en el exterior al momento de la suspensión de los vuelos y el cierre de las fronteras; altas autoridades de la UCR de la Provincia de Buenos Aires (quienes recientemente  solicitaron la expulsión de Evo Morales de nuestro país) hacen “un pedido sincero y urgente al Ministerio de Salud y a todas las entidades con responsabilidades e incidencia en el ámbito sanitario para que multipliquemos los esfuerzos y saquemos de la situación de vulnerabilidad en que se encuentran miles de trabajadores de la salud en toda la Provincia.”; desde la ex titular de la Oficina Anticorrupción de la Nación hasta entidades médicas como así también algunos periodistas, pusieron el grito en el cielo ante el ofrecimiento de personal sanitario por parte del gobierno de la República de Cuba para colaborar con el nuestro, a los fines de volcar su experiencia – reconocida mundialmente y aprovechada en estos momentos en Europa - en el manejo de grandes tragedias humanitarias.
Antes de continuar, debo aclarar dos puntos. Primero, que adhiero al pedido hacia las autoridades nacionales, provinciales y municipales, sobre la necesidad de garantizar la provisión de los equipos de protección personal (EPP) en tiempo, cantidad y forma, como así también homologados en su calidad, para todos y cada uno de los trabajadores de la salud que intervengan en el cuidado de la ciudadanía frente a la actual pandemia. En segundo lugar,  en ningún momento alguna voz autorizada puso en duda la formación, la capacidad científica, el humanismo, el compromiso o la responsabilidad de nuestros médicos. Sólo razones inconfesables podrían explicar las reacciones surgidas a partir del ofrecimiento cubano.
En un análisis a vuelo de pájaro, uno podría coincidir con la mayoría de los pedidos mencionados más arriba; si no fuera que cada una de esas expresiones apuntan a horadar la legitimidad de las medidas que se vienen tomando desde las áreas de salud, economía, producción y desarrollo social. Dichas medidas gozan del consenso de la mayoría de la ciudadanía (como hacía mucho tiempo no se veía), del apoyo de la comunidad científica, de todos los gobernadores, del jefe de gobierno porteño. La mayoría de los intendentes también lo ven con el mismo criterio.
Varios de los que opinan fueron cómplices o partícipes directos de un gobierno que en los últimos años desfinanció la salud pública, recortó drásticamente los fondos destinados a la ciencia y la tecnología y cerró el Ministerio de Salud de la Nación, entre otros tantos atropellos a los derechos adquiridos de la ciudadanía y al desarrollo nacional.
Frente al planteo empresarial sobre la necesidad de no frenar la economía, transcribiré textualmente la opinión del periodista Luis Bruschtein, quien expresa claramente en su columna del último 28 de marzo en el matutino Página 12: “La actividad económica en Estados Unidos cayó de la misma forma que en Argentina. Cayó drásticamente el consumo que sostenía la formidable economía norteamericana, cayó el turismo mundial y ahora Trump enfrenta una crisis de salud y además una profunda crisis económica. Las corporaciones que siempre han sido enemigas del Estado, le exigen al Estado que sostenga la economía.” “El Estado norteamericano está inyectando dos billones de dólares a su economía. Todo lo que decían que no había que hacer. Populismo estatal puro, según las mismas corporaciones que ahora le piden a Trump que lo haga.”
   Por otro lado, Noam Chomsky expresó en una conversación para la publicación Il Manifesto, “Esta crisis es el enésimo ejemplo del fracaso del mercado, al igual que lo es la amenaza de una catástrofe medioambiental.”
   Toda la “infodemia” queda inevitablemente neutralizada con las palabras del presidente Alberto Fernández; estadista, humanista y firme demócrata al expresar: “Una economía que cae se levanta; pero a una vida que cae no la levantamos más”.
   Las crisis graves como ésta, sacan lo peor y lo mejor de cada uno.
    Afortunadamente,  hoy somos testigos y partícipes de un sentimiento de unidad nacional.
   Lamentablemente, como siempre, existe no más que un puñado de personas individualistas, irresponsables, con odios injustificables que van contra la corriente. Bueno sería que aprovechen esta oportunidad para confraternizar con el prójimo y tirar para el mismo lado, solidariamente con la convicción de que todos nos necesitamos el uno al otro.

Canallas abstenerse.


* José Javier Cortez, Médico, Concejal mandato cumplido FPV Coronel Dorrego



Comentarios