Frecuentemente
cualquiera que se aleje de la corriente científica, tales como los que niegan
el cambio climático, los astrólogos, los que practican medicina alternativa, los
numerólogos, los creadores del diseño inteligente, etc. (la lista es muy
larga), son acusados de practicar la pseudociencia. Pero, cuáles son los límites
entre la ciencia y la pseudociencia.
El
filósofo austríaco Karl Popper habla del “problema de la demarcación” para
definir límites que deben configurar el concepto “ciencia”. Así propuso el falsacionismo como una forma
de determinar si una teoría es científica o no. En síntesis, se podría decir
que si una teoría es falsable, es científica; si no lo es, entonces no es
ciencia.
La
ciencia es un conjunto de métodos destinados a probar hipótesis y construir
teorías. Si los científicos adoptan una nueva idea y ésta se extiende a otros
campos, se somete a pruebas, se
incorpora a la investigación que produce conocimiento útil, conduce a nuevos
descubrimientos, influye en las hipótesis, modelos o visiones del mundo
existentes y especialmente promueve nuevas líneas de investigación, entonces es
muy probable que sea ciencia; caso contrario, podemos estar frente a una
pseudociencia.
Determinar
qué es pseudociencia no es arbitrario ni prejuicioso, sino que no hacerlo es
perjudicial para la sociedad. Para poder determinar si algo que “aparece” es
una pseudociencia podemos considerar los siguientes puntos:
El propósito: La
ciencia trata de ayudar a desarrollar una comprensión más profunda y completa
del mundo; la pseudociencia generalmente trata de promover algín tipo de
ideología.
Forma de enfrentar los
desafíos: La ciencia acepta los desafíos y las refutaciones; la pseudociencia
toma los desafíos y refutaciones a su dogma con hostilidad.
Observar la
investigación. La ciencia está respaldada por un cuerpo de conocimientos e
investigaciones cada vez mayor. La pseudociencia a menudo es estática.
La falsabilidad: Si
algo es falso, la ciencia puede probarlo. Los reclamos pseudocientíficos no son
comprobables.
No encuentro mejor manera para finalizar este humilde texto que
hacerlo con nuestro amigo Popper, el padre del racionalismo crítico, con
el ingenio de la falsación. El más destacado pensador humanista del
liberalismo del siglo pasado sentenció: “La
verdadera ignorancia no es la ausencia de conocimientos sino el hecho de
rehusarse a adquirirlos. La crítica constituye el instrumento del progreso y,
por lo tanto, significa lo mismo que eliminar el error”. Cuando Popper dice
de algo que “merece la crítica” hace exactamente un elogio: sólo por la crítica
progresa la ciencia. A diferencia del uso vulgar del concepto, sinónimo de
“destruir” o “rechazar” (o de la idea kantiana de crítica como construcción de
un edificio para la razón), Popper concibe la crítica como un instrumento de
selección y de mejora de las teorías, con valor provisional y con un trasfondo
moral.
*
Dora Mabel Eulalia, Profesora de Física y
Química, Analista de Sistemas y Editora
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