No, no se apure mi querido lector ¡¡no es ese que está pensando¡¡, no es ni
riojano, ni de mediana estatura, ni con abundantes patillas.
Lea con atención que se va a sorprender. Le anticipo sí, que el objetivo del
relato es deconstruir la mística que rodea algunos personajes de nuestra
historia, y que portan títulos y honores que no merecen en lo más mínimo.
Recuerdo cuando era niño que muchas cuestiones del diario vivir se decidían con
el juego: piedra, papel o tijera, y como a uno no le gustaba perder ni a la
bolita, al toque nomás y sobre perdido iba cambiando las reglas de juego; así
aparecía entonces la nueva directiva: ¡no, dije al mejor de tres¡ y algunos se
animaban todavía a más ante una nueva derrota. También pasaba que a fin de
cuentas, y perdidas todas las rondas, el calentón y mal perdedor no cumplía lo
que otrora había decidido librar al azar.
Andres Framini (el "negro") era un porfiado de aquellos (leonino), un
peronista sindical de los "auténticos", de lealtad indiscutida hacia
el General. Integrante del entonces Movimiento de Recuperación Nacional 9 de
Junio, junto a Armando Cabo y los generales Valle y Tanco. Y todo eso entre
otros cargos y honores dentro de la época denominada "la resistencia
peronista".
Cuenta la historia que el 1º de mayo de 1962, día en que debía asumir el cargo
por el cual había resultado electo gobernador de la Provincia de Buenos Aires
en las elecciones del 18 de marzo de 1962, "El Negro" concurrió a
asumir el mando, más fue frenado e interceptado por un policía que le dijo en
las escalinatas de la gobernación: ¡disculpe señor Gobernador pero no lo puedo
dejar entrar¡…
El dueño del juego, el calentón y mal perdedor que había librado a la suerte
electoral los destinos de la patria, eran unas FF. AA. que desde septiembre del
año 1955 (como oferta de mínima lo tiro) no habían bajado ni las fuerzas, ni
las armas.
Pero vendría la segunda ronda, y entonces las FF. AA vuelven a convocar al
juego democrático al pueblo argentino en elecciones presidenciales que se
celebraron el día 7 de julio del año 1963. En las mismas sale triunfante la
formula Illia - Perette por la Unión Cívica Radical del Pueblo. Valga decir que
en estas elecciones las FF. AA se aseguraron de realizarlas con el ex
presidente Frondizi detenido e impedido de participar en las mismas, así como
todos los ciudadanos peronistas proscriptos para presentar sus candidaturas,
incluyendo también, naturalmente, al ex presidente Perón.
Escribía John William Cooke en su obra Peronismo y Revolución, Tomo V, pág.
29 "... Hacerle fraude al
peronismo, violentar su albedrio, despojarlo de uno de los contenidos de su voluntad...
eso es una necesidad que las crueles circunstancias imponen a la parte sana de
la población... ellos son el país, nosotros somos lo que sobra, el residuo, la
chusma marginal, no sana. Y he aquí que Illia que al fin y al cabo no presidió
sino elecciones libres, es el tramposo, delincuente, violador de la
virginidad electoral del sistema político argentino. Y las F.F.A.A. son el
instrumento de la justicia y la legalidad descargado sobre la melancolía
balbinista ...". (el subrayado me pertenece).
Y sí, es así y hay que decirlo: Arturo Umberto Illia, el médico de Pergamino
fue el presidente más rufián del siglo XX. Fue elegido en elecciones supervisadas
en su resultado por las FF.AA y con la proscripción del peronismo; un hombre
que se precie de la honestidad más inmaculada y se le atribuya a diario una
blancura y transparencia moral intachable hubiera dicho ante semejante estafa y
fraude electoral: ¡no, momentito señores, yo así no juego¡…
Tal vez de esa manera -y con el diario del lunes- hubiera evitado ser
"depuesto" en la misma forma en que fue "puesto" por el
dueño del juego aquel 28 de Junio de 1966.
*Pedro Caramelli Lagleyze, Abogado,
Docente
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