Es
preocupante el demencial acopio de falsos saberes y supersticiones revestidos
de autoridad científica que prosperan sin cesar en nuestra sociedad, y junto a
ellos los charlatanes y embaucadores de personas vulnerables que siempre tienen
como objetivo sacar rédito de las situaciones de debilidad y/o carencia que
padece gran parte de la sociedad. Da la impresión de que cada día surgen otra
nuevas.
Así nos invaden la homeopatía, astrología, numerología, medicina
cuántica, reiki, terapias alternativas de distinta índoles, criptozoología,
poligrafía, y muchas más, la lista parece interminable. Es una paradoja que
nunca deja de darse: cuanto más avanza la ciencia más prolifera la
pseudociencia como un remedio falsario. Sucede que la ignorancia es muy
rentable.
"Los científicos y
los filósofos — escribe Mario Bunge — tienden a tratar la superstición, la
pseudociencia y hasta la anticiencia como basura inofensiva o, incluso, como
algo adecuado al consumo de las masas; están demasiado ocupados con sus propias
investigaciones como para molestarse por tales sinsentidos. Esta actitud, sin
embargo, es de lo más desafortunada. Y ello por las siguientes razones.
Primero, la superstición, la pseudociencia y la anticiencia no son basura que
pueda ser reciclada con el fin de transformarla en algo útil: se trata de virus
intelectuales que pueden atacar a cualquiera —lego o científico— hasta el
extremo de hacer enfermar toda una cultura y volverla contra la investigación
científica. Segundo, el surgimiento y la difusión de la superstición, la
pseudociencia y la anticiencia son fenómenos psicosociales importantes, dignos
de ser investigados de forma científica y, tal vez, hasta de ser utilizados
como indicadores del estado de salud de una cultura".
*
Dora Mabel Eulalia, Profesora de Física y
Química, Analista de Sistemas y Editora
Me mató lo del "podrer psiquico" Jajajajajaja
ResponderEliminarMuy bueno el artículo.
ResponderEliminarPara festejar, voy a cometer un suicidio homeopático tomándome un licuadito de arsénico en agua en dilución 30C de Hahnemann.
Como todos sabemos, el arsénico es tóxico y como sostiene la homeopatía, mientras más diluido... MÁS POTENTE.
(30C era el grado de dilución favorito de Hahnemann)
Abrazo patagónico !!!
...
Me da pavura cuando la ciencia se vuelve dogma y se tecnifica su práctica.
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