Un
Consuelo. Óleo sobre tela de Fernando Botero Angulo
La extorsión política, nos señala el
filósofo y sociólogo boliviano Raúl Prada Alcoreza, cuenta con un complejo aparataje de incidencia
y de inducción de comportamientos. Lo que era la retórica política, como
recurso discursivo de convencimiento, se ha convertido en una fabulosa
maquinaria de publicidad y propaganda, que implanta opiniones mediáticas,
esquemáticas, como consignas de mercadotecnia. En el lenguaje polarizador de la
política se lanza un mensaje simple: si no estás con nosotros estás con los
enemigos del “cambio”, de la “revolución”, o, en otra versión, estás con los
enemigos de la “democracia” institucionalizada. La forma y el estilo de emitir
el mensaje puede variar, incluso puede adquirir expresiones más elaboradas, sin
embargo, el mensaje, en el fondo, es similar; se trata del chantaje político,
que puede adquirir connotaciones de chantaje emocional o de chantaje
ideológico, se lo haga a nombre de lo que se lo haga, la “revolución” o el
Estado, el “proceso de cambio” o la institucionalidad.
La extorsión política persigue variados réditos; uno de
ellos tiene que ver con el camuflaje de legitimidad; otro de ellos tiene que
ver con el mantener como rehén al pueblo, rehén de la clase política o, en su
caso específico, del gobierno. Entre los réditos se encuentra el lograr
beneficios no solo políticos, sino también económicos. Lo que se denomina
corrupción es, en realidad, el efecto de la extorsión política, en sentido de
renta adulterada. Estos variados réditos se logran cuando el ejercicio de la
política se presenta como la única manera de ejercerla, la institucionalizada,
la reglamentada, la normada, que, en definitiva, otorga el monopolio de lo
político a la clase política. Los límites de la realidad institucionalizada
están definidos por el Estado; cuando la realidad es ésta, producto del poder,
se excluyen taxativamente otros ejercicios no estatalizados; se descartan las
prácticas alterativas de los colectivos sociales; en efecto, aunque no se lo
diga, se prohíben otras prácticas políticas, descartando la posibilidad del
autogobierno.
El Grupo Clarín y el macrismo: ficción
mediático-judicial y persecución política como ejemplo doméstico sobre la
extorsión:
El límite entre lo que es
verdad y lo que parece verdad, muchas veces, es difuso. Verosímil es aquello
que parece verdad, pero que no necesariamente lo es. La gran ficción mediática
construida para justificar la persecución judicial a los opositores políticos
del gobierno de Cambiemos se construye sobre el concepto de verosimilitud. Se
apoya en ideas instaladas en “el sentido común”, en preconceptos sedimentados
por un discurso repetido durante décadas: “los políticos son todos iguales”,
“los políticos son todos ladrones”, “los populistas, izquierdistas o peronistas
son los más ladrones de todos los políticos”.
Por Hector Bernardo
para Contexto
Luego, para solidificar ese prejuicio, basta con
encontrar un corrupto (por ejemplo: José López) y exponerlo públicamente para
justificar el todo por la parte. “Si uno es corrupto, era cierto: todos son
corruptos. Y todo lo que se diga sobre ellos es verdad”.
La estrategia no es nueva, sólo cuenta con mayores
recursos por el avance de las tecnologías (Facebook, Twitter, WhatsApp,
etcétera), que crean la falsa ilusión de una comunicación horizontal,
democrática.
La batalla comunicacional siempre tuvo un rol
clave. En Argentina, los golpistas y fusiladores del 55 se autodenominaron “la
Revolución Libertadora”, aunque nada tenían de revolucionarios ni mucho menos
de libertadores. Ellos, que habían hecho un golpe de Estado contra un
presidente elegido democráticamente por un amplio margen y que se habían
instalado en el gobierno por la fuerza, masacrando a los trabajadores, llamaban
a Perón “el tirano prófugo”.
Ya en aquella época, construyeron un relato
ficcional sobre supuestas bóvedas estatales que antes del gobierno peronista
habrían estado “repletas de oro” y que habrían sido vaciadas por el “líder
demagógico” (sólo les restaba decir que “los populistas” se habían “robado un
PBI entero”). Todo para justificar un brutal ajuste y la transferencia de
recursos desde los sectores más vulnerables hacia los de mayor poder económico.
La historia se repite: primero, como tragedia, luego, como farsa.
El discurso político-mediático liberal y su
posterior vertiente neoliberal (en definitiva, el discurso del poder) sostuvo
un relato similar en el resto de los golpes en Argentina. También lo hizo
contra todos los líderes regionales a los que trataron de derrocar. Lo hicieron
contra Salvador Allende, Fidel Castro, Hugo Chávez, Evo Morales, Lula da Silva,
etcétera.
Ahora, como si se tratase de un libreto para una
mala serie de Netflix, el relato ficcional, que se construye sobre ese discurso
sedimentado por la repetición a lo largo de los años, apunta contra la figura
de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner y tienen como único elemento las fotocopias de
algunas hojas de los supuestos “cuadernos” de Oscar Centeno, un chofer
de un Ministerio que, a decir de Aníbal Fernández, “habla como Monzón (el
reconocido boxeador argentino) y escribe como García Márquez (el novelista
colombiano, Premio Nobel de literatura)”.
La mala
trama de espionaje sirvió para que jueces y fiscales inescrupulosos, que
responden a intereses que van más allá de nuestra frontera, extorsionaran a los
empresarios de la denominada “patria contratista”. Empresarios que eran
responsables de la obra pública desde décadas antes de que el kirchnerismo
llegara al gobierno (y no al poder, que siempre estuvo en las mismas manos).
Al igual que
en Brasil con el expresidente Luiz Inácio “Lula” da Silva, las pruebas no importan. Sólo vale el
discurso mediático y el testimonio de empresarios extorsionados que,
para evitar la cárcel o reducir posibles penas, declaran lo que jueces y
fiscales les exigen que declaren.
La construcción de
la idea de que la ex mandataria es una especie de “Al Capone” que mata
fiscales, hace negocios con terroristas y se roba toda la bóveda del Banco
Central para transformarse en una especie de dictadora que pretendía
eternizarse en el poder intentó consolidarse por todas las vías. El discurso
mediático incluyó “diagnósticos televisivos” de médicos-periodistas que
difícilmente podrían determinar una gripe, pero que, con supuestas herramientas
de la psiquiatría, definieron (a la distancia) que la expresidenta “padecía el
síndrome de Hubris” (la enfermedad del poder). Para el discurso mediático
dominante, Cristina Fernández de Kirchner era (y es) la suma de todos los
males.
La ex
mandataria y actual senadora es la líder política con mayor intención de voto
para las elecciones presidenciales de 2019. La intención de instalar la idea de
que fue “la jefa de una asociación ilícita” tomará aún más fuerza a lo largo de
todo el año electoral.
El máximo
objetivo: conseguir quitarle los fueros como senadora, encarcelarla y quitarla
de la escena electoral (igual que a Lula da Silva). El objetivo de mínima:
desgastar su imagen y lograr que el voto anti-Cristina les permita una
reelección. El objetivo transversal: generar una “cortina de humo” que distraiga al pueblo argentino del
desastre económico en que el macrismo ha hundido al país (megadevaluación,
aumento de las tarifas de luz, gas, agua y transporte, destrucción del poder
adquisitivo de los trabajadores, jubilados y estudiantes, cierre en cascada de
las pequeñas y medianas industrias, crecimiento de la desocupación y la
pobreza, y un enorme endeudamiento externo).
La
verdadera asociación ilícita, digitada por el Departamento de Estado de Estados
Unidos, está conformada por el Grupo Clarín, el gobierno de Cambiemos y
sectores del Poder Judicial para perseguir a los opositores políticos y
desfalcar al pueblo argentino.
La fuerte
intención de aniquilar al empresariado argentino para que las empresas
norteamericanas desembarquen como marines y se apropien de la obra pública
también comienza a sonar cada vez más fuerte.
“Esta
instrumentación del Poder Judicial que se da aquí en Argentina, que se da en
Brasil, que se da en Ecuador, es una estrategia regional, no tengo ninguna
duda”, aseguró Cristina Fernández de Kirchner.
Ejecutores
regionales y articulación internacional, la construcción del sentido común y la
destrucción del Estado de derecho, y, con ello, de la de democracia, forman
parte de los pasos de un saqueo a los que el pueblo argentino deberá
ponerle un freno en 2019, para volver a construir una patria con justicia
social, soberanía política e independencia económica. El
futuro aún no se ha escrito y cada trabajador tiene en sus manos el lápiz con
el cual escribir su destino, líneas que no serán fotocopiadas por el poder.
Por Hector Bernardo para
Contexto
El propio INDEC oficialista y
para nada creíble no alcanza a minimizar con sus falacias el descalabro de lo
que alguna vez quiso ser una Nación libre, justa y soberana..
Aquí el informe:
El Sr. Te disculpa por què sabe que padeces de locura. Su miseria!
ResponderEliminarEl pueblo está ofendido tú locura ha traspasado los límites de la ciudadania, has ofendido la sociedad. Sele debe regresar el dinero al pueblo.
ResponderEliminarEn el lenguaje polarizador de la política se lanza un mensaje simple: si no estás con nosotros estás con los enemigos del “cambio”, de la “revolución”, o, en otra versión, estás con los enemigos de la “democracia” institucionalizada.Lo que se denomina corrupción es, en realidad, el efecto de la extorsión política, en sentido de renta adulterada. Estos variados réditos se logran cuando el ejercicio de la política se presenta como la única manera de ejercerla, la institucionalizada, la reglamentada, la normada, que, en definitiva, otorga el monopolio de lo político a la clase política.
ResponderEliminarPracticas corrupción, tienes hambre de poder político, y social. Eres una persona repugnante, el pueblo está ofendido, has ofendido ha la sociedad, sete va juzgar.
Es hora de devolver al estado lo què al estado pertenece. Es hora de levantarse de la silla del poder. Vamos por el moro, y tambièn por el oro. Fuera corruptos! Somos una patria libre de corrupciones, queremos una patria libre de corruptos!Fuera!Que se vaya ha la mierda el INDEC.
ResponderEliminar""Sólo vale el discurso mediático y el testimonio de empresarios extorsionados que, para evitar la cárcel o reducir posibles penas, declaran lo que jueces y fiscales les exigen que declaren.""
ResponderEliminar¿¿no son parte de la farsa??
y por cierto cualquier confesión de josé lópez, incluso el ridículo video final con la monjita, pero que no eran monjitas... (el video inicial de ""su auto"" girando a plena luz de día cuando se supone que el show de los bolsos o bolsas ¿lo dicho 1º no eran bolsas de consorcio?, sobre el muro donde juuuuuuuuuuuuusto estaba el vecino diligente, había sido después de que un asustadísimo lópez dejara su cena inconclusa en la casa de ... o sea de noche
acá mabaires lo desglosa all inclusive x-fa no demos por sentado que lo de lópez cierra, aunque creo q soy de las pocas q aun defiende, no al tipo, sino al concepto, a la iniquidad de la mentira vomitiba que nos arrojaron por el marote
https://mabaires.blogspot.com/2016/06/quien-esta-atras-de-lopez.html?view=sidebar
una construccion de sentido que implantan desde holliwood al resto del mundo
ResponderEliminar2019 Triple Frontier Tom 'Redfly' Davis J. C. Chandor