Oleo de Antonio
Ciseri – El Exilio
…debes
plantearte seriamente hacer el equipaje y emigrar. El daño ya está hecho. Lo realizado
en estos tres años se constituye como la piedra basal de un no retorno advertido,
más de un vez avisado y poco escuchado, tragedia que tristemente durará décadas, las noches neoliberales son extremadamente largas y siempre dejan huellas, muertos. De no
modificarse el rumbo sociopolítico, económico y cultural, es decir, de no
dimitir el presente gobierno dentro de un plazo relativamente cercano, la cuestión se
profundizará y ese daño ya de por sí grave será irreversible. Las anteriores
experiencias neoliberales, trazas que con matices duraron desde el año 1976 hasta
el año 1983 y desde el año 1989 hasta el año 2002 trajeron como consecuencia el mayor deterioro social
de nuestra historia dejando diezmadas y excluidas gran parte de cada generación
afectada. No se dejen engañar por los fascistas del establishment, colectivo
escaso en número, pero muy bien organizado con múltiple poder de fuego, incluso
dentro de aquellos partidos y organizaciones que se dicen populares, cipayos que
pretenden tenerlos como mano de obra barata para el logro de sus fines de
máxima. La patria es una entelequia cuando de manera empecinada y de modo
arrogante vuelve a cometer los mismos errores y horrores que provocaron las
peores tragedias, cuando luego de mucho esfuerzo, sacrificio y sufrimiento un
sector con pretensión iluminati, aunque oscurecido de ignorancia por una mass
media interesada, le sirve en bandeja a la reacción un país desendeudado, con
hambre cero, con niveles de pleno empleo, con una industria naciente, con
ciencia y tecnología exportable, con libertad e inclusión, con presupuestos
crecientes, año tras año, tanto en salud pública como en educación pública, con
jubilaciones dignas y universales, con un sistema de asignaciones que ofrece derechos pero requiere
de obligaciones sanitarias y educativas, con programas de créditos
blandos para comprar un auto o una casa, con el fondo de sustentabilidad, con
paritarias libres, y tal actitud subsumisa y servicial la elabora a sabiendas que el objeto es depredarlas, fugarlas, llevárselas lejos, a paraísos ajenos que aseguren
rentas perdurables a favor de aquellos los cuales para nada se esforzaron, jamás
se sacrificaron y menos aún sufrieron por aquel país devastado del 2003 el cual
se convirtió en un plato gourmet luego de 12 años de construcción colectiva.
La
argentina no es una sociedad amable, es una sociedad que no conoce otro amor
que el propio e individual, el egocéntrico, el del egoísmo ilegítimo, es de la
autolisonja, el onanismo contrafáctico del incomprobable “lo que pudo haber
sido”, el de la pedantería del par de buenas cosechas salvadoras, mientras las vacas y los yuyos, que pueden alimentar a 400 millones de seres, no alcanzan a hacerlo con 40
porque mayoritariamente siguen siendo propiedad privada y de interés global. Andate
pibe, buscá un lugar en el mundo que sea sincero, sentipensante, humanista si sos exigente, no hay necesidad que te mimen ni que te traten de vos, no te tienen que convencer de nada, solo debe valorarte como persona e interesarse con respeto por tus talentos. Si estás cercano a los 30, apurate, así
como está cosa esto tardaría no menos de una década y media en recomponerse para volver a niveles 2013, si es que prontamente se retiran, y para esa altura con
45, bueno, vos sabés… Cada quince años el caníbal de la argentinidad al palo de la avenida más
larga y más ancha del mundo se encarga de comerse a sus mejores, luego de que
esos mejores dieran todo de sí para reconstruir lo destruido por el burgués dulce de leche que regresó como si nada hubiera pasado a por una nueva plaga, la suya.
Cuando
muchos compañeros, allá por principios del 2012, celebraban que la derecha no
volvería nunca más se me ocurrió hacer un llamado de atención literario. Tenía
más de 50 por entonces y varias flechas en la espalda, tal vez por eso no me
prestaron atención… para peor las heridas aún sangraban, corrijo, sangran, y eso no es gusto de la
burguesía a la hora del disfrute, el consumo y la dicha…
CRÓNICAS Y
CURIOSIDADES HISTÓRICAS DEL SIGLO XXI - ANTECEDENTES DE LA ECONOMÍA POPULAR
Cuerpo IV Revista del Siglo XXI
Publicación de la Universidad de Yale
24 de Marzo de 3058
“La única
manera de descubrir los límites de lo posible
es aventurarse
un poco más allá de ellos en lo imposible”
Arthur Clarke
Y un día, ante el encolerizado pedido de las
masas burguesas, urbanas y rurales, protesta mediante acompañada por el batir
de las cacerolas y un salvaje desabastecimiento producto de los cortes de ruta,
los impuestos fueron finalmente derogados. Cada uno sería propietario y
administrador de su utilidad y la forjaría en función de su beneplácito y
albedrío. Con esta medida el Estado abandonaba definitivamente su rol como
nivelador de la renta al mismo tiempo que liberaba todas las variables
económicas: Las retenciones agropecuarias fueron derogadas, el impuesto a las
ganancias eliminado por decreto, ingresos brutos dejó de ser obligatorio
mientras que el impuesto al valor agregado se fue retrayendo paulatinamente en
la misma medida que el trabajo decrecía de modo inexorable debido a que esta
última variable impactaba directamente en el consumo. Los bienes de uso y de
capital eran importados y sólo posibles de adquirir por aquellos que estaban
incluidos dentro del sistema. Lo único que conservaba el Estado para sí era la
administración del residual de los fondos de pensión para cumplimentar los
pagos de las jubilaciones limitando dicha cobertura hasta la desaparición de la
generación que estaba comprometida con tal operatoria.
Un federalismo en estado puro aseguraba regiones ampliamente favorecidas
en detrimento de otras escasamente productivas y rentables. De ese modo las
autoridades de facto, mano activa y ejecutora que derrocó al último Gobierno
Constitucional de carácter Populista liderado por una bella mujer de apellido
Fernández, conformaron las aspiraciones de cada uno de los sectores que exigían
del Estado la conclusión de sus apetencias distributivas. Los aplausos no se
hicieron esperar. La voracidad impositiva de sesgo colectivista y popular
dejaba de existir en forma definitiva.
A pocos años de implementarse las medidas comenzaron a desarrollarse
procesos migratorios desde las regiones menos favorecidas hacia las más
favorecidas. La Nación comenzó a despoblarse, cosa que fue muy bien aprovechada
por el capital transnacional para adquirir grandes extensiones territoriales a
precio vil.
La dolarización, el endeudamiento y la desmonetarización nacional formaron
parte del nuevo orden establecido. Ante la incapacidad de absorber mano de
obra, debido a que las actividades primarias sin valor agregado centralizaban
el modelo económico estructural, se multiplicaron exponencialmente los
cinturones de extrema pobreza y con ellos las fatales consecuencias que dicho
programa acarreaba. La educación, la salud y la cultura eran propiedad de quién
podía pagarla, la esperanza promedio de vida bajó de modo alarmante; la
deserción escolar, el analfabetismo, la mortalidad infantil, la proliferación
de drogas y la violencia social aumentaron en progresión geométrica. La
urgencia por reprimir y pertrecharse se hizo indispensable para la protección
de los incluidos. La sociedad segmentada, fragmentada. Muros, pozos divisorios,
alambrados...
“Reteneme ésta”, “basta de corrupción” y “queremos preguntar” rezaban
las pancartas de los más enfervorizados luchadores que por entonces protestaban
en contra de un Estado que asfixiaba su rentabilidad.
Sin fondos para solventar servicios, la policía y el ejercito fueron
paulatinamente desactivados. Los edificios escolares al igual que los
dispensarios y los hospitales públicos se transformaron en derruidos aguantaderos
de marginales, mientras que los caminos dejaron de unificar a la sociedad por
falta de mantenimiento.
Las organizaciones no gubernamentales perdieron los subsidios por lo que
de modo automático dejaron de trabajar en el auxilio de la comunidad. Los
medios de comunicación, como el resto de las industrias nacionales,
cooperativas y empresas de servicios, desplazaron a cientos de miles de
trabajadores debido a la ausencia de subsidios y beneficios operativos que
permitían su normal y rentable funcionamiento.
Liberales, Conservadores y Progresistas, firmes militantes de las
medidas antes mencionadas, comenzaron sus campañas de reproche ante un Estado
ausente que no acudía ni contemplaba las necesidades de la sociedad. Los
gremios no tenían a quién representar y las obras sociales fueron precarizando
sus prestaciones hasta su mínima expresión.
Tanto los administradores nacionales como los provinciales y municipales
fueron renunciando a sus cargos en la misma medida que los fondos públicos eran
acotados ante lo exiguo de las recaudaciones.
El despotismo reemplazó a la política participativa instalándose dentro
del marco de una sociedad que todavía tenía pendiente su etapa adolescente.
Cuentan los escritos hallados que aquel país llamado Argentina ocupaba
los actuales territorios de los Estados Unidos Patagónicos, de la República
Federativa del Atlántico Sur y de la Confederación de Estados Andinos.
Según la documentación sólo se mantuvo como Patria/Nación durante
doscientos cincuenta años. Afirman que lo poco que queda de él son las
maravillas naturales por las cuales se ufanaba, una nómina de notables
escritores y poetas: Borges, Cortázar, Sábato, Bioy Casares, Marechal, Walsh,
Filloy, Saer, un cantante de Tangos cuya nacionalidad aún mantiene más dudas
que certezas llamado Carlos Gardel, un héroe mitológico o Dios pagano
apellidado Maradona y la imagen del siempre presente Ernesto “Che” Guevara. Los
historiadores y el departamento de antropología de la Universidad de Yale
aseguran que el célebre y respetado Comandante Latinoamericano fue el hilo
conductor para establecer con seguridad la existencia de aquel supuesto paraíso
mutilado.
Conclusiones:
El actual sistema de capitalismo estatal llamado Economía Popular
instalado solidariamente en todas las naciones del planeta desde mediados del
tercer milenio encuentra en aquel proceso embrionario y trunco su antecedente
más exitoso. El apuntar a un estado de bienestar democrático y colectivo, libre
y solidario, determina que nuestro presente tenga que sostener las debidas
prevenciones para detectar tempranamente a las fuerza conspiradoras que si
bien, desde hace dos siglos, se encuentran aplacadas nunca dejarán de sostener
sus egoísmos en función de intereses sectoriales.
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