Estación José A. Guisasola. Un fresco de Florencio Molina Campos






El crepúsculo guisasolense no siempre fue tranquilo y más cuando desde “arriba” mandan hacer una redada con dato firme proveniente de las eficaces y serviciales usinas correveidiles. Tiempos de esperanzadora prosperidad, 1953, gobernaba el peronismo doctrina, meses de hasta 2500 habitantes cuando la cosecha. En cierta ocasión una muy concurrida verbena de barajas terminó en el juzgado de Bahía Blanca, previo paso por la comisaría de Coronel Dorrego. El éxito de la celada motivó la pesca de notorios vecinos del lugar, los había crotos y de abolengo, almas ausentes de sus obligaciones, los cuales, por cuestiones de número, tuvieron que ser trasladados en colectivo. El autor del recitado prefirió el anonimato, algunos viejos coleros del lugar afirman que su identidad coincide con la del delator, otros sentencian que el payador, ante la falta de inspiración, planificó la emboscada para poder argumentar artísticamente con sus bordonas por unos cuantos meses en los boliches del Pago.




Me lo imagino paisano

Jueves 10 de Septiembre de 1953

Letra de:  adiviná si podés... R.M.S



I

Caminando y fatigado
de mi casa al colectivo
yo vi a unos cuantos amigos
que a Dorrego habían llegado.
Los muchachos aparcaron
en donde un zaguán grandote
que al mando de otro muchacho
entraban en fila y al trote.


II

Ahí adentro un señor
ordenaba revisarlos
y al mismo tiempo dejarlos
sin plata en el tirador.
“Qué no se le pase Cabo
y menos se vaya a olvidar
de no dejarles en cinto
por si se intentan ahorcar”.


III

Yo pregunté qué pasaba
en esa “comisería”,
toda la gente decía
y hacían correr la “bola”,
es gente de Guisasola
que viene  por unos días.


IV

Ahí está un mocito guapo
hombre muy altanero
¡Permiso, piso señores
pa´nombrar al confitero.
Teófilo manda aquí,
García se tiene fe
jueguen, jueguen al nueve real
aunque venga Manzanet¡


V

Y bueno vamo a jugar
dijo un hombre muy gallardo
yo me llamo Juan Eduardo
a mi no me van a llevar,
y si me quiere arrestar
que lo hagan bien por derecha
porque de un solo soplido
no se me apagar la mecha.


VI

Hay dos gorditos traviesos
que les gusta el entrevero
son el Rengo José Elías,
y Codi el colectivero.
Dejala, Dejala “Baisano”
que venga esa “burquería”
que con esa bata chueca
la saca de la confitería.


VII

Siguiendo por un petiso
que hace roncha en las reuniones
jugaba los patacones
como ristra de chorizo.
¡Ah Panchito, qué entusiasta!
aquella noche de orgía
por estar con los muchachos
abandonaste la Panadería.


VIII

Allí se encontraba “El Pibe”,
metido en el entrevero
con el diez y el siete en mano
y la pinta e´ marinero.
¡Me paga este nueve real
que me voy a retirar!
parecía que pensaba
que se iba para alta mar.


IX

Y está el Cachito trajeado
de taura deja el lamento
¡copo la banca cunau
soy padrino e casamiento!.
A la banca la coparon
y la cosa se puso negra
cuando salió del cuadrado
y se topó con la suegra.


X

Allí se encontraba Echarri
haciéndose el compadrito
conversaba muy ufano
con un hombre morochito.
Ramoncito era señores
que estaba allí entre la gente
presenciando la jugada
espiaba entre sus lentes.


XI

Hay muchos en la volteada
cayeron de varias partes
con Anibal Oyanarte
y Yamil en la jornada.
¡Ah Turquito pendenciero
te estabas haciendo el gil
y has tenido que caer
como bicho en el candil.


XII

Hay otros dos que me quedan
pa´ terminar el relato
¡qué buitres son estos nenes
vieran muchachos qué plato!.
Que yunta pa´un mancero
si los dos tiran parejo
donde Balda hace “pata ancha”
el Chividín el “pellejo”.


XIII

Allí en la comisería
donde contaron la fija
dormían todos de  a dos
por escasez de cobijas.


XIV

El flaquito Casenave
dormía con Don Perico
y le decía soñando
¡te juego un partido al pico!.
Deja de joder che flaco
no me metás más en líos
y tapame bien los pieses
porque me muero de frío.


XV

Así terminó la farra
con milonga y pericón
cargando todas las “jergas”
arriba de aquel camión.
Y se fueron a Bahía
corriendo como una bola
a pagar los Patacones
la barra de Guisasola.


XVI

Uno, dos, tres, cuatro, cinco,
seis, siente, ocho, nueve, diez.
Como he contado al derecho
puedo contar al revés.
Diez, nueve, ocho, siete, seis,
cinco, cuatro, tres, dos, uno,
¡vivan todos los que estaban
Sin despreciar a ninguno!





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