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Inteligencia artificial:
el futuro de la especulación financiera
Por Alejandro
Nadal, Economista, es miembro del Consejo
Editorial de Sin Permiso, para Revista Sin Permiso
Fuente:
El tema de la
inteligencia artificial despierta grandes inquietudes. Algunas están
relacionadas con complicaciones reales, como el de la pérdida de empleos. Otras
se vinculan con el problema de si las máquinas podrían adquirir consciencia de
sí mismas en la medida en que alcancen mayores niveles de inteligencia. Ese día
no está tan próximo como algunos aficionados del tema creen. Pero eso no quiere
decir que no existen razones para preocuparse.
¿Cómo definir la
inteligencia artificial (IA)? En términos muy sencillos, se puede definir como
una tecnología basada en la recopilación de grandes cantidades de datos para
usarlos en un proceso de toma de decisiones con una finalidad determinada. Los
datos deben estar relacionados con un tema específico y los parámetros que
rodean las decisiones deben estar más o menos bien determinados para alcanzar
el objetivo buscado.
Las aplicaciones de
la IA ya se dejan sentir en todos los sectores de la economía. Pero su
penetración en los mercados financieros es particularmente alarmante. En este
terreno la inestabilidad y los incentivos perversos de los mercados han
mostrado tener un espectacular poder destructivo en los decenios pasados. Y si
los reguladores ya tienen dificultades para supervisar el mercado, con la IA
sus problemas se están intensificando.
Hasta hace poco
tiempo los métodos utilizados por los especuladores en el sector financiero se
basaban en el análisis tradicional sobre rendimientos pasados de algún activo y
las perspectivas sobre las empresas o agentes que lo habían puesto en
circulación. A pesar de la experiencia de los corredores y los operadores
financieros, los
sentimientos del mercadonunca fueron fáciles de apreciar y cuando ocurría un tropezón las pérdidas de sus clientes se acumulaban.
Hoy se supone que
los nuevos equipos y programas de IA ayudarán a evitar errores y reducirán
pérdidas para los inversionistas. La gran diferencia con las herramientas del
análisis tradicional estriba en la cantidad de datos que esta tecnología
permite procesar y en la velocidad a la que se puede analizar esa montaña de
información. Mientras el análisis convencional permitía tomar en cuenta un
número limitado de mercados simultáneamente, las herramientas de la IA hacen
posible considerar al mismo tiempo un gran número de mercados financieros de
diferente naturaleza en todo el mundo.
Lo más importante
es que la inteligencia artificial hace posible a los operadores identificar
oportunidades de arbitraje que el análisis convencional simplemente era incapaz
de reconocer. Con la ayuda de la IA hoy las operaciones de arbitraje se pueden
llevar a cabo no sólo al interior de un solo mercado y con productos de la
misma naturaleza, sino entre todo tipo de mercados y activos heterogéneos. Así,
por ejemplo, el especulador puede hoy identificar oportunidades de arbitrajes
entre productos complejos en los mercados de futuros de materias primas y en el
mercado mundial de divisas en cuestión de segundos. Las recomendaciones sobre
la composición de carteras de inversión están basadas en este tipo de
estimaciones, pero la fortaleza de estas sugerencias depende de la
inestabilidad general de los mercados financieros.
Es cierto que con
la IA las comparaciones de precios probables de múltiples productos y la
evolución de variables como tipos de cambio y riesgo cambiario, tasas de
interés o inflación se llevan a cabo a una velocidad relámpago. Pero quizá en
eso reside el enorme riesgo que esta tecnología conlleva para la estabilidad de
los mercados financieros.
Algunos analistas piensan
que el uso generalizado de la IA conducirá a una mayor eficiencia y reducirá la
volatilidad en los mercados financieros, porque la intervención humana se
reducirá a un mínimo. Pero esa creencia no tiene bases sólidas. Lo cierto es
que la IA no cambiará la naturaleza de la instabilidad intrínseca de los
mercados financieros. De hecho, debido a la velocidad con que se realizan los
cálculos y estimaciones al usarse esta tecnología, las fluctuaciones en este
tipo de mercados financieros pueden amplificarse. Y, por otra parte, los
incentivos perversos que muchas investigaciones han identificado en la dinámica
de formación de precios de activos financieros tampoco desaparecen con la IA.
Las computadoras ya
están diseñando computadoras cada vez más inteligentes. El matemático John von
Neumann vaticinó en 1958 que ese proceso recursivo podría desembocar en una
inteligencia superior a la humana y en lo que denominó un punto de
singularidad: un punto más allá del cual no sería posible la continuidad de los
acontecimientos humanos tal y como los conocemos. Todo eso es posible, aunque
probablemente faltan varios miles de años para que las máquinas evolucionen de
ese modo. Pero si se hacen más inteligentes, ¿por qué habrían de seguir
empecinadas en buscar ganancias económicas en la especulación ciega, en lugar
de solucionar los problemas de la humanidad en este planeta?
N de la R: El desarrollo de la robotización fundamentó y amplió la ideología negativista sobre el costo humano. ¿Para qué más humanos en el mundo que reclamen alimentos, servicios y derechos siendo estos tan caros para solventar?. Pero al mismo tiempo el modelo dominante necesita una cantidad determinada de humanos prestadores (trabajadores), consumidores y fundamentalmente no consumidores para equilibrar el sistema.
El robot viene a perfeccionar la teoría malthusiana debido a que atiende a un inciso muy importante para el establishment: La producción y no distribución de los excedentes y cómo se los puede incluir cómo variable rentística dentro de la economía global para generar nuevas ganancias. El aumento poblacional de nuevos seres humanos pauperizaría a la especie por ello es dable no intervenir cuando existen hambrunas, guerras, o cataclismos y acotar lo máximo posible el acceso a la salud y a los sistemas previsionales, ya que son ingredientes que laboran como agentes represivos de equilibrio, factores que más temprano que tarde, por costumbre, se naturalizarán..
Recuerdo haber leído un cuento, creo que de Artur C Clarke, donde un grupo de científicos crea una serie de supercomputadoras interconectadas y cuando arrancan, le hacen la primera pregunta:
ResponderEliminar¿Dios existe?
Y el aparato después de unos minutos contestó:
Ahora si.
Genial Moscón.. Abrazo..
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