A dolarizar, lo
demás no importa nada..
Hace pocos días el
presidente del Banco Central, Sturzenegger manifestó para la gilada que
"Los argentinos tienen que pensar en pesos"..
Por ello, en una
medida inusitada, y como parte de la resurrección noventista, el gobierno
multiplica las bocas de expendio del billete americano prescindiendo de todo
control.
De manera qué: Dame
un kilo de papas, medio zapallo coreano, dos plantas de escarola y 300
dólares.. Incluso, a la par, proliferarán las transacciones comerciales en
dicho metálico como moneda de cambio ya que nada ni nadie podrán impedirle a un
comercio y a su cliente operar de ese modo.
Un paso más, acaso
el económica y culturalmente cardinal, hacia la dolarización (sospecho que no
la van a llamar convertibilidad) tan anhelada por los sectores medios cuyos
ingresos devienen de la comercialización de los bienes de servicios, del sistema
financiero y de los negocios vinculados al comercio exterior. Vale decir que
los sectores que invierten en el valor agregado local relacionados a la
producción nacional, al ver mermar sus dividendos, correrán de inmediato sus
ejes hacia actividades más rentables y con menor carga de horas labor. De
manera que no hay dos sin tres, Tal lo acontecido en la dictadura y durante el
menemato vamos camino hacia una inexorable dolarización de la economía cuya
única matriz de sustento es el endeudamiento ya que esos billetes no se
producen en nuestro país y esto se potencia ya que la premisa principal de tal
operatoria no es la circulación interna para consumo sino la especulación y
posterior fuga.
Mayormente casi todos
sabemos qué sucede cuando comenzamos a importar un producto, a precio de
dumping, que se fabrica en nuestras tierras. La inmediata perdida de mano de
obra, tal vez la empresa recicle su rol para transformarse en directo importador
y o distribuidor pero cientos de trabajadores quedarán en la calle o en el
mejor de los casos morarán sus esfuerzos dentro de instalaciones en quiebra y embargadas, con sus deudores fugados y sus
acreedores haciendo fila. Habrá entonces que hacerse una breve y lógica
pregunta:
¿Qué sucede cuando
el circulante no se produce en el país y el sistema económico se funda en una canaleta
de intereses buitres (parafraseando a Sanz de manera mucho más apropiada que él
lo hizo) por cuyo interior corre un flujo que proviene del extremo sucio del
endeudamiento y finaliza en el extremo sucio de la fuga. Pues la sedimentación que
queda depositada como desecho debido a los múltiples intereses, garantías y
comisiones financieras, incluyendo inflación en dólares, labora como una suerte de arterosclerosis cuyo
final en el corto o mediano plazo es el estrechamiento de la canaleta con la
consecuente muerte del aparato productivo.
Es natural que el
establishment gobernante aplique estas medidas ya que en ambas experiencias del
pasado les fue fenomenal, sus incalculables dividendos de entonces son hoy
motivo de ganancias superextraordinarias, no olvidemos que gran parte de las
corporaciones mandantes están asociados a los fondos buitres, holdings que
hasta se permitieron en el presente blanquear capitales fugados durante los
noventa y que formaron parte de las licuaciones posteriores.
Dolarizar, lo demás
no importa nada, parece aceptar como dogma nuestra sociedad de consumo (ergo,
la porción que aún puede consumir, sobre todo dólares de Perón, Perón).
Hasta hace poco
había imputados y procesados por el Cid Bonadío varios funcionarios del
gobierno anterior por la impresentable causa política dólar futuro, cuestión
que duró mediaticamente como pretexto político hasta cumplir su objetivo
electoral y que al mismo tiempo le reparó suculentos dividendos a funcionarios
del actual gobierno, responsable de la devaluación que generó el negativo
impacto económico. Cómo será la cañada del embuste que la operatoria sigue
vigente y actualmente uno puede adquirir dólar futuro sin limitaciones de
ninguna especie, incluso si formas parte del gobierno, por medios de un
testaferro o gestor, a sabiendas de sus próximos movimientos. Tranquilos, el
Cid Bonadío no actuará so penando las pérdidas, para ese entonces estará muy
ocupado haciendo cola en la casa de pastas a por un kilo de ñoquis con salsa
tuco y pesto, cuatro caja de ravioles y 500 dólares estadounidenses...
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