El Manual de Pavlov.. La alianza ideológica del gobierno con los sectores medios se acomoda a fuerza de domesticación por carencia.





Por febrero del 2016 afirmábamos que si este gobierno neoliberal lograba consolidar con el tiempo una alianza de intereses económicos con los amplios sectores medios que construyó el kirchnerismo en sus 12 años de gobierno sospecho que tendremos derecha para rato, y no habrá memoria ni conciencia que la pueda limitar.
Nunca como ahora, luego del éxito electoral, hemos visto con marcada encarnadura su praxis ejecutiva sin intermediarios, esa fantasmal alianza compacta de un poder real sin fisuras prescindiendo de la política, sus protagonistas y sus herramientas. Esta extrema profundización que hace el gobierno de la praxis neoliberal está reafirmando sus indicios excluyentes, esquema que curiosamente los sectores medios aprueban a pesar de sus conocidas contraindicaciones: Devaluación intempestiva, espiral inflacionaria, quita de subsidios, despidos, techo paritario, inseguridad laboral a cuenta de la venidera flexibilización, horizonte recesivo, reducción de las prestaciones estatales, transferencia de recursos a favor de los sectores concentrados de la economía, amesetamiento previsional, dolarización del precio de los servicios, una batería de medidas que implican establecer un supuesto orden económico, sofisma gravado a fuerza de mass media, a favor de que los número cierren. Por lo visto una muy buena parte de nuestra sociedad no está interesada, en el marco de la coyuntura, que dicho concepto contenga, incluya, y menos que mantenga dentro de su lógica el amparo democrático y el correspondiente reaseguro republicano, me refiero puntualmente a los incisos justicia y DD.HH. Estos amplios sectores se han subsumido a la tecnocracia financiera que proponen los Ceos gobernantes entendiendo que ésta nueva vieja biota merece sacrificios humanos, incluso de pares y hasta propios. Pavlov aseguraba sobre la existencia de la correlación de reflejos en la mayoría de los actos humanos. Si luego de este exitoso y potente shock paradigmático e ideológico las clases medias logran estabilizar sus intereses prácticos, la alianza antes mencionada se solidificará y durará mínimamente hasta la próxima crisis, coyuntura que existirá en tanto y en cuanto el propio sistema no piense en su superviviencia. En el presente observamos a dirigentes políticos, sindicalistas, empresarios, antes oficialistas, hoy también, analizando las recetas del presente como las únicas posibles. Dicho esto la alianza ideológica está en marcha y se acomoda a fuerza de domesticación por carencia. La ideología ha superado a los partidos políticos, los ha homogeneizado, ahora les toca a los partidos políticos recostarse definitivamente en la ideología para deconstruirla y explicarnos claramente cada uno de sus marcos dialécticos y prácticos. 
El homo social contribuyente del presente, como el perro de Pavlov, subsumiso y resignado, el cual ahora se babea porque le alcanza con pagar los servicios, es la especie dominante que se impone dentro de la biota neoliberal. Lo que otrora fuera el homo social consumidor, subespecie unívoca a la que he visto con suma desconfianza debido a que su perfil evolutivo solo lo tabulaba a partir de la acumulación, ser social desprovisto de racionalidad que apenas trastabillaba en algún inciso macroeconómico reaccionaba violentamente, ha involucionado a favor de este individuo culposo, homo timorato cuyas banalidades conceptuales y comportamientos sociales, individuales y colectivos, causan verdadero asco, a tal punto que hoy son capaces de justificar su propio proceso de deterioro, individual y colectivo, ante la mirada feudal y aquiescencia del Ceo dominante.
Estos sectores, a la sazón de un futuro e imaginario bienestar, no tendrán problemas en no ver ciertas cuestiones debido a que se encuentran en pleno proceso de asimilación y costumbre, ergo adaptación y supervivencia. El 30% o el 35% de excluidos estructurales será considerado un daño colateral a favor del progreso, como ocurrió en nuestra historia durante la dictadura y durante la primera y segunda década infame.






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