Los melones en el carro se acomodan solos, dice el neoliberalismo... y los convenció de que son melones







Los melones en el carro se acomodan solos, y eso el neoliberalismo lo sabe y lo profundiza, a tal punto que solo necesita andar de acuerdo a su ritmo, siguiendo su ruta proyectada, no apartándose ni un centímetro de sus senderos cardinales, embarazando aún más el recorrido. Sabe que algunos de los melones que lleva dentro del carro se mostrarán disconformes, ciertamente crispados, frutos que pasados los kilómetros se exhibirán fatigados debido a que las comodidades no son las requeridas o soñadas; aún así el neoliberalismo conductor está absolutamente seguro que ese melón, a poco de mirar a por fuera del carro, verá que la suerte que le espera en la extranjería lejos está de ser mejor, en consecuencia hará todo el esfuerzo demandado de forma tal se conforme y se adapte a ese rincón en donde por mandato del mercado de frutos dejará descansar su mutilada existencia hasta finalmente compartir la elegante mesa gourmet del cochero y sus amigos, pero solo como refrescante alimento de fin de fiesta.

Acaso las cuestiones más complejas de asimilar con relación a este drawiniano fresco social relatado sean por un lado la resistencia de los pocos melones que prefieren no subir al carro, cucumis melos minoritarios que optan por la libertad de sus paradigmas y que se niegan por convicción a ser bocado neoliberal y que en su lugar luchan para que ese carro nunca llegue a su destino final, enfrentando la superioridad moral de los que arriba se muestran apretados, silentes, mirando siempre el mismo cielo, acomodados  y conformes por obra gracia de sus quiebres y los quiebres del camino.

Los melones en el carro se acomodan solos, y eso el neoliberalismo lo sabe, y a tal punto lo sabe que hasta se da el lujo de llevar en su carga algunos frutos recelosos, de manera demostrarles a los demás que si estos están, el destino no puede ser tan malo como los perversos de las zanjas linderas les quieren hacer creer. Para ello “los medios, como fines estratégicos, disfrazados de medios de comunicación e información”, fuentes de “aculturización y gatopardismo” son convenientemente llevados adelante y manejados por melones que por ventura neoliberal suelen ocupar lugares ventajosos dentro del carro, sitios de ex profeso determinados por el conductor y que el resto que se acomoda solo, desconoce o prefiere ignorar; el neoliberalismo sabe que la mejor manera de disciplinar es la amenaza de caída, situación que el mayoral no tendrá inconveniente en afrontar si pierde velocidad de acción o se encuentra ante un conflicto de carga.

No hay que preocuparse o alarmarse:

los melones se acomodan solos, afirma el neoliberalismo...

los melones se acomodan solos afirman los medios...

los melones se acomodan solos afirman los melones incluidos...

los melones incluidos se acomodan solos sentencian los melones que aún fuera desean ser incluidos dentro del carro...

los melones incluidos y los melones que desean ser incluidos se acomodan solos dictaminan los melones que aspiran a no ser manjar de unos pocos y que justamente prefieren mantenerse a la vera del sendero libres y a la espera de refrescar el alma de tanto melón burgués cuyo máximo anhelo es ser comido por una pudiente caterva de psicópatas en medio de una pornográfica verbena clasista...

los melones se acomodan solos, decimos los que no nos consideramos melones sino personas, porque el asunto no es ser melón contestatario o progre sino dejar de asumirse melón, abandonando la idea de ir a los tumbos, luchando para que ese carro deje de circular más temprano que tarde...




Comentarios

  1. Es cierto, que basura de objetivacion. Subrepticia pero letal. Y nos corrompe a todos. Así también se dice que en Peronismo " los melones se estan acomodando" o, ya un pasito más arriba en el darwinismo "la monada esta inquieta"...
    Parece que es todo un ejercicio entenderse humano. Saludos.

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    1. El sentido común se impone Jamás los melones se acomodan solos. Existe un camino, una coyuntura y un chofer, y existe la subsumisión o la revulsión, el conformismo y la cobardía, el coraje el precio y el valor.. nunca es casual.. sin embargo el sofisma es aceptado hasta por el propio campo nacional y popular.. Saludos

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  2. Hablando de objetivaciones, copio la respuesta de un filo izquierda experto en redes sobre el texto de Adolfo Vásquez Rocca acerca de las teorizaciones de Sloterdijk y Canetti:

    "-Esta muy bueno aunque creo que desactualizado. El marco teórico, viejo.
    Yo creo que cambió mucho y se resignificaron muchos conceptos. Por ejemplo “masa” hoy es “digital consumer” y yo confío ciegamente que cuando metés el “consumer” en lo ideológico, nadie es fan de una marca, al extremo del hambre. Ideologicos eran los de antes, que morían con las botas puestas. Hoy como son “fan” de un producto (cambiemos, fpv, izquierda) que linkea con otro producto (asado, macdonald, guiso, sushi) y otros más, las combinaciones se hacen interminables y un cambio en la cadena de “consumo” altera otros enlaces. El otro día en una reunión había un emprendedor que vendía un producto ecológico con una publicidad muy limitada pero bien dirigida (...) su clientela se destaca por no querer nada de lo que se publicite en tele/diarios/radio/supermercado. Desde la carne al papel higiénico. Que quienes quieren acceder al retail, acceden desde la frustración de no llegar a la primera marca y se quedan con la segunda y tercera. Que la verdadera “influencia” se genera desde la felicidad (¿¿??).
    La clave es que, hoy, es imperioesa y urgente la felicidad instantánea, siempre hablando de 18 a 35 años, que son los que mueven la aguja (¿qué aguja, la del consumo o la de los votos?¿el voto también es un producto y ya no una decisión intelectual?).
    -¿Y qué clase de “digital consumer” es un tipo del litoral que vive en rancho con piso de tierra techado con plásticos? – le pregunté.
    -El tipo del litoral es un diskette de 8 ½, no es un jugador activo de la sociedad, más de la mitad de la polis aprueba o decide el producto de su exterminio. Maldonado es clase media 18/35 años que coincide que con otros de clase media 18/35 años con twitter y abogados de izquierda interesados en atacar a Benetton (no en defender mapuches).
    Para “ser”, hoy, es necesario “ser + difusión + bandera”. 10.000 tipos del litoral “no son producto”, apenas son gente. La resistencia es Anonimous o alguna otra bestia digital tipo Assange y se va todo a la mierda."

    Más allá del delirio del "emprendedor" citado y la terrible reflexión sobre Maldonado vuelto producto/nicho, la lista de diálogos por el estilo que vengo acuñando dice que algo del contenido mítico direccionado por Cambiemos (y sus segundas marcas) se correspondía con un cierto tipo de necesidad popular. Aberrante, claro está. Porque – y es mi imperfecta teoría personal – los agentes socialmente reparatorios dan, al igual que exigen, posicionamientos que tal vez muchos no quieran tomar. Porque afectaría sus relaciones de proximidad al situarlos en la incomodidad de una lógica tan elemental como excluyente (no podrás seguir tolerando el perjuicio social una vez conocido, deberás “nombrarlo” y darle molesta entidad).
    Cerremos el kiosko, la profundidad del mar nos reclama. Saludos.

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  3. Tristemente la mano invisible del mercado y sus maleficos acolitos contradicen aquella voz popular donde un matrimonio de edad fueron a comprar melones y pasaron alegremente la tarde "melo saca y melo pone"Confirmando la melodia que los pueblos requieren conduccion y un estado presente

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