El 2 x 1. Distinción entre delito instantáneo y permanentes o continuos Por Eugenio Raúl Zaffaroni, para La Tecl@Eñe







E. Raúl Zaffaroni realiza una distinción entre delito instantáneo y delito permanente o continuo, y explica qué ley debe regir para cada uno de ellos. La opinión de Zaffaroni es técnicamente clara para entender el controversial fallo de la Corte Suprema que declaró aplicable el beneficio del 2x1 para las penas de prisión por delitos de lesa humanidad.


Hay delitos instantáneos y permanentes o continuos. En los instantáneos hay un momento consumativo y nada más: en un robo el apoderamiento, en un homicidio la acción de matar. En los delitos continuos o permanentes hay un estado consumativo que se prolonga en el tiempo, como en el secuestro (la desaparición forzada lo es), el delito se sigue cometiendo mientras dura la privación de libertad. Lo mismo pasa en la alteración del estado civil (caso de niños apropiados). Durante ese tiempo en que continúa cometiéndose el delito se pueden suceder leyes penales diferentes, más benignas o más gravosas y, en verdad, el delito se sigue cometiendo en vigencia de todas esas leyes.

Tratándose de un delito permanente, o sea que tiene un estado consumativo que se prolonga en el tiempo, como es la desaparición forzada o el secuestro, la pregunta se refiere a qué ley debe aplicarse, si la que rige al comienzo o la que se sanciona después y antes de que cese la privación de libertad, es decir, de todas las leyes que tienen vigencia mientras se sigue cometiendo el hecho ¿cuál se aplica, dado que el hecho se comete en vigencia de todas ellas?

La doctrina europea considera que se debe aplicar la última (aunque sea más gravosa). La doctrina nacional se inclina en general por la del comienzo, criterio que comparto en mis últimas obras. El antecedente más importante que recuerdo fue en el caso del secuestro de Aramburu, en que Onganía agravó la pena del secuestro después de iniciado el hecho, pero como es sabido no llegó a plantearse porque el secuestrado fue muerto.

Cuidado que no se trata de leyes sucesivas durante el proceso, que es otra cosa diferente: si después de terminada la comisión del hecho (después de un homicidio, por ejemplo, o después que la víctima del secuestro recupera la libertad) y durante el proceso se sanciona una ley más gravosa, no puede aplicarse, y si se sanciona una más benigna, sí debe aplicarse; pero eso es por completo diferente al caso del delito continuo o permanente, en que el delito termina de cometerse sólo cuando se extingue el resultado permanente.

La diferencia entre un delito instantáneo y otro permanente no es menor, tiene otras consecuencias: el que colabora mientras el secuestrado está privado de libertad es un cómplice o también puede ser un coautor; el que colabora después o cuando ya se ha cometido un delito instantáneo sólo puede ser un encubridor.

La prescripción empieza a correr desde el momento del hecho en el delito instantáneo y desde que cesa el resultado en el delito permanente. 

Buenos Aires, 3 de mayo de 2017



Fuente: http://www.lateclaene.com/ral-zaffaroni-fallo-2x1

Comentarios

  1. Claridad meridiana en Zaffaroni, como siempre.
    Yo me permito pensar hacia adelante, considerando el invunche “Justicia 2020” de Garavano, un corpus que urge analizar pese a que, arteramente, se evidencia a cuentagotas.
    Pensar que este fallo horrendo concurre a amnistiar la poca cuerda de vida que le resta a los genocidas sería limitado. Pensar que tiende a blanquear con cal, sencillamente, antiguos mandatos empresariales cómplices y ciertos patrimonios mal habidos, es quedarse corto.
    Yo me preguntaría si alguien no está pensando en la viabilidad contemporánea de soluciones por fuera de norma democrática y se aboca, concienzudamente, a cubrir futuros estados de excepcionalidad. Si no, no se comprendería una acción tan escandalosa y poco estratégica, electoralmente hablando. ¿Se busca garantizar futuros delitos políticos, instantáneos de nuevo cuño o continuos, como prescriptibles?. Porque a los viejos genocidas les suceden camadas de deudos jóvenes y éstos están, como nunca, en la proximidad gubernamental bajo la forma de cuadros políticos y funcionales. Dentro de un gobierno que no respeta ni la mera reproducción diaria de las fuerzas de trabajo. Pensar en mayores pérdidas de derechos no es hacer fantaciencia, es contemplar que hay una lógica implacable marchando. Y hasta la demencial ley de cesación de dominio que impulsaba el sinuoso Massa – mero portaestandarte de sus socios gubernamentales -, va en ese sentido. Porque apunta a replicar lo hecho en viejas décadas cuando tras los secuestros se ocultaba rapiña desembozada de bienes del entendido como adversario. Pero esta vez, con el respaldo de una confiscación legal e indudablemente política de bienes que sirven como aval…hasta para contratarse una defensa en juicio.
    Tras el análisis de Zaffaroni, queda clara la imprescriptibilidad de la pena de lesa humanidad. El delito, sin dudas, es continuo.
    Atrás quedaron esas mentes nacionales, e internacionales, que con voluntad alevosa idearon en los setentas el retorcimiento de un vocablo que todos los pueblos conocían bajo sesgo distinto, el de “Desaparición”. Concepto que derivó en neologismo macabro e inconfundiblemente argento, después de 1976. Unas mentes que no consideraron que estaban entrando, en paralelo, en intrincado territorio religioso y filosófico al instalar una imposibilidad tanto legal como filosófico-metafísica (ser-no-siendo, en el país de / en el reino de…) que hasta descoloca a la Iglesia Argentina desde entonces a la actualidad. Y de allí, la permanente intromisión “higienizante” de esa Institución, que excede esto de tapar viejas y malolientes complicidades. Es decir, en los setentas, alguien se metió en el reino que administran los curas, llevándose puestas todas las ideas filosóficas de Platón en adelante y manchó la alfombra eclesial argentina para siempre.
    Es el problema de los neologismos: éstos se independizan de su autor y luego no se los puede acotar con rienda, lo que obliga a caer en un sinfín de interpretaciones posteriores, a cuál más lisérgica y menos sólida.
    Ahora bien, si el rédito electoral de este fallo es nulo...entonces… ¿para qué se hace? ¿Por Clarín y su apropiación de Papel Prensa?
    Es poco para unos tipos que piensan en mandatos a repetición y el aplastamiento paulatino de los derechos civiles; gente cuyo proyecto excede, largamente, las megalomanías magnetianas al inscribirse en apoyaturas externas que llevan a cabo geopolíticas extensas.
    Justicia 2020, hacia allí hay que mirar, hacia el porqué de una ingeniería judicial de tal impacto.
    Y por último, urge despertar. Nuevos actores de la política (venidos a aplastarla, sin más) entraron a juego. Y estamos manejándonos todavía con las fuentes del pensamiento político tradicional. Es tiempo de inventar soluciones a medida. Saludos.



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    1. Estimada Claudia.. Es solo un paso más dentro del programa restaurador que se reserva para sí una clase dominante que se vio en peligro durante doce años. Por eso, y para que no les vuelva a ocurrir, creo que van a ir hasta el hueso, ergo, hasta nuestros huesos..

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  2. Excelente lo de Zafaroni y muy bueno el comentario de Claudia
    Es importante reafirmar hasta el cansancio que no debe haber la más mínima contemplación o reducción de pena para crímenes de “Lessa humanidad”, no hay tecnicalidades ni interpretaciones posibles.
    A mi parecer el análisis de porque hacer “lo innombrable”(como yo cito a un cuento de Lovecraft en mi blog)si no hay redito político, se parece al juego de ajedrez. A veces no parece relevante un intercambio de peón x peón si estamos hablando de jugadores de la misma categoría pero si enfrente tenes a Boby Fisher el ya analizo 20 movidas para adelante todas las posibilidades de tu juego y conoce el redito.
    Desde ya no implico que esta mugre sean más inteligentes ni mucho menos mejores pero infiero que este es un plan ideado por grandes más arriba de MM y que ha llevado 12 años en planificar.
    No sabemos que barbaridades y aberraciones tienen bajo la carpeta pero se empieza a mostrar que necesitan el apoyo de “pesados” para llevarlos a cabo.
    A su vez este es un plancito de una movida geopolíticamente mucho más grande en el que el objetivo final se llama Venezuela (petróleo, gas y oro) para Trump y su “America first”
    Nosotros no sabemos porque doblan las campanas solo escuchamos el ruido

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