¿Evaluar al maestro? por Diego Rosemberg... “Educar no es como fabricar zapatos” .. y un viejo cuento inspirado en una gran y experimentada docente que conozco hace 17 años..


Por Diego Rosemberg, Periodista, editor de La educación en debate y de la revista Tema (uno) de la UNIPE. Docente de la Universidad de Buenos Aires y miembro de ANCCOM, para Le Monde diplomatique Cono Sur


Una vez, cuando era ministro de Educación, Juan Carlos Tedesco participó de un foro con empresarios argentinos. Los CEO más importantes se reunían a dar su punto de vista sobre la realidad nacional y, por supuesto, a cenar. Mientras los mozos bandejeaban un tentempié, previo al primer plato, uno de los anfitriones se acercó al entonces funcionario, se mostró preocupado por “la calidad educativa”, y le sugirió con cierta suficiencia cuál debería ser su política: “Lo que usted tiene que hacer es evaluar. No sólo a los alumnos, también a los docentes. Nosotros evaluamos todo: los materiales, los procesos, los trabajadores, la producción. Hay que evaluar. Es la garantía de la eficiencia”. Tedesco –que poco después se hizo cargo de la frustrada Unidad de Planeamiento Estratégico y Evaluación de la Educación bajo el gobierno de Cristina Kirchner– intentó señalar que había que ser cuidadoso: “Educar no es como fabricar zapatos”, sentenció.
En la última década, la educación –por fin– comenzó a ser parte de la agenda política y, con ella, entró en debate la cuestión de la evaluación a los docentes. Todos los candidatos a Presidente de las últimas elecciones mencionaron alguna propuesta vinculada al tema. Como había prometido en su campaña, a poco de asumir, el presidente Mauricio Macri creó el Instituto Nacional para la Evaluación de la Calidad y Equidad Educativa. Le da tanta importancia que fue una de las únicas dos acciones educativas que mencionó en la apertura de las sesiones ordinarias del Parlamento (la otra fue la extensión de la obligatoriedad escolar para la sala de tres años). En su discurso aseveró que para obtener calidad educativa es imprescindible evaluar.
Para dirigir el nuevo organismo de evaluación, Macri nombró a Elena Duro, una especialista en educación que desarrolló su carrera en Unicef. Según anunció el ministro de la cartera, Esteban Bullrich, el ente creado será autónomo y evaluará a los docentes, a las instituciones y a los estudiantes.
Duro no contestó las solicitudes de entrevista formuladas por La educación en debate para conocer sus objetivos. Sin embargo, su ideario sobre el tema puede rastrearse en algunos documentos que publicó cuando todavía se desempeñaba en el organismo internacional. Hace poco más de un año, la ahora funcionaria señalaba en un paper con membrete de Unicef que es innegable el rol clave que tienen los procesos evaluativos para la gestión educativa y para todo proceso que involucra la toma de decisiones. “Sin embargo –advertía–, así como se reconoce su potencial valor, es un campo polémico y puede provocar efectos no deseados que hay que prevenir y evitar.”
La especialista subrayaba que los resultados de las evaluaciones están íntimamente relacionados con los niveles de consenso de todos los actores del sistema en torno a los fines establecidos, con su involucramiento en el proceso, con la forma en que se difunda la información y los usos que se le dé y con la relación que se establezca con la toma de decisiones de política educativa. “La evaluación –sentenciaba– hay que concebirla como una actividad que brinda un servicio a los tomadores de decisiones y a los involucrados en el proceso educativo y no a la inversa.”
Para posibilitar escenarios positivos en procesos evaluativos, Duro recomendaba tener en claro la finalidad de la evaluación: “Habría que evaluar para obtener información que oriente acciones de políticas que redunden en el cumplimiento de los derechos de infancia y adolescencia a acceder y a permanecer en la escuela, a aprender y a la no discriminación y convivencia escolar. A su vez, la disminución de las brechas de inequidad debe estar entre sus propósitos. En esta mirada prima el uso de la información evaluativa para la mejora interna, se reconoce el fin de rendición de cuentas y se anula la evaluación como mecanismo de control o ascenso”.
Según el documento elaborado por Duro, la evaluación puede ser una potente herramienta para promover mejoras así como para provocar efectos perturbadores o tener nulo impacto. “Uno u otro camino dependerá de la finalidad y de los modelos evaluativos así como de la difusión y comunicabilidad de esa información –aseguraba–; pero, fundamentalmente, de las decisiones que se tomen a partir de sus valoraciones. Hoy hay conciencia de los efectos poco constructivos para la mejora que produce una información centrada en el ranking escolar. Una recomendación a considerar sería difundir los resultados de una evaluación en forma amigable junto a las decisiones e insumos adoptados para revertir lo necesario.”
Los parámetros sobre los que se realizan las comparaciones valorativas pueden convertirse, para la funcionaria, en un punto de tensión. “Evaluar sobre un ideal alejado del contexto brinda insumos poco estimulantes a los actores que deben provocar los cambios deseados”, prevenía y sugería evitar las pruebas estandarizadas: “En los países que han estandarizado su educación se encuentra que docentes y estudiantes dirigen sus esfuerzos para responder a los tests estandarizados en detrimento del sentido más integral de la educación”.
Por último, Duro suscribía que apoya las políticas de autoevaluación institucional en los niveles inicial, primario y secundario: “Los procesos autoevaluativos, participativos, se consideran complementarios a procesos de evaluación externos. Forman cultura evaluativa y a docentes en el uso de herramientas evaluativas. En términos de impacto se constatan efectos positivos en la performance de las escuelas”.
El macrismo ya aplicó, durante su gestión en la Ciudad de Buenos Aires, una evaluación docente optativa. La cantidad de maestros que aceptó la propuesta fue baja, lo que podría indicar que el sistema no gozaba del consenso de los actores ni del involucramiento que demandaba Duro.
El sistema implementado en la Ciudad intentaba reemplazar –o al menos convivir– con otro preexistente: a fin de año, los directores de escuela deben evaluar y calificar a los maestros, metodología que demostró un alto grado de comportamiento corporativo, ya que casi todos los evaluados superan los nueve puntos y un número considerable alcanza el diez. A la vez, funcionan las juntas de evaluación docente encargadas de analizar las trayectorias de los profesores a la hora de asignar nuevos cargos, históricamente manejadas por los gremios de la educación.
Más allá del documento de Unicef suscripto por Duro, no se conoce aún cuáles serán los objetivos ni las líneas de trabajo del organismo recientemente creado. De acuerdo al discurso de distintos funcionarios del Gobierno Nacional en otras áreas, el nuevo paradigma que regiría al Estado se asemeja bastante a la lógica racional-instrumental propia de las empresas privadas. En estas corrientes de pensamiento suele mostrarse a la evaluación como una herramienta técnica y presuntamente neutral. Habría que ver si esa misma lógica se aplicará al sistema educativo. Por ahora, poco o nada se dice del marco ideológico que dará sentido a los resultados obtenidos en las evaluaciones. Tampoco se habla sobre cómo se transformará la información recolectada en políticas específicas ya que, más allá del sentido común instalado, la evaluación per se no mejora la enseñanza: lo que puede cambiar la situación son las acciones que se ejecuten a partir del diagnóstico realizado.
La dirigencia política coloca en agenda la evaluación docente bajo la supuesta necesidad de recertificar la idoneidad profesional de los maestros. De esta manera, como efecto no deseado –¿o a veces sí?–, termina por poner en duda al propio Estado, quien es el encargado de formar y acreditar a los docentes. Ese manto de sospecha –opinan muchos especialistas– termina por restar autoridad a quien se para al frente de una clase.
El gran desafío de un sistema de evaluación docente consiste en poder dimensionar que la tarea del maestro excede la mera acción individual sin olvidar que existen responsabilidades que son del orden personal. Pero la labor en la enseñanza se trata de una tarea esencialmente colectiva y fuertemente condicionada por la institución, las condiciones laborales y el contexto social donde se realiza, por lo que las pruebas estandarizadas no parecen suficientes para obtener una información útil en una actividad que requiere saberes didácticos y disciplinares pero también prácticos y vinculares. Por eso, parece difícil aislar el debate sobre la evaluación de maestros y profesores de las discusiones sobre la carrera docente, el estatuto gremial y las condiciones laborales e institucionales. 

Fuente: Le Monde diplomatique Cono Sur


Anexo.. Historia
Relato de una Profesora de Matemáticas, Física y Química que dicta clases en un pequeño pueblo de la llanura bonaerense y debido a  cuestiones que no vienen al caso mencionar es muy feliz con lo que hace...





Comentarios

  1. Estaría bueno poner la fuente del artículo arriba de todo, así a veces uno se ahorra tiempo.

    Saludos...


    juan

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    1. Justamente Juancho la fuente está en el comienzo, subtítulo o copete y también la final por supuesto. Y lo hago dos veces para que quede claro. No siempre pongo artículos en los que estoy de acuerdo, acaso en ocasiones, puede ser esta una de ellas, los incluyo como excusa para exponer mi pensamiento al respecto. En este caso, veo que no leíste el cuento. Allí vas a tener mi respuesta al artículo de Le Monde.. Saludos

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  2. Es cierto, me comí la fuente por leer apurado, la costumbre de mirar todos los blogs de corrido. Muy bueno lo de la profesora, gracias por hacérmelo ver.


    Saludos...


    juan

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  3. Si es tan importante evaluar como dicen estos Sres Porque con los anios uno recuerda aquel maestra/maestro que nos dio algo extra , algun conocimiento que sirva luego en la vida, algo de amor y ternura, aquel que recomendo libros para leer mas que repetir el manual y aquel con el que haciamos trabajos en grupo, creabamos o discutiamos. Porque no digo hoy en dia Uy que fenomeno como evaluaba Peralta!!

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  4. EL SUSHITORTA EL SIMBOLO DEL ENGAÑO AL PUEBLO ARGENTINO!!!!!!!


    MACRI EN OLIVOS FINGE FESTEJAR UN CUMPLEANO CON UNA TORTITA AUSTERA CUANDO EN REALIDAD ES UN SUSHI GIGANTE.

    ES UNA BURLA HIPOCRITA Y MAFIOSA UN INSULTO DE LOS RICACHONES SATRAPAS HACIA EL RESTO DELOS ARGENTINOS


    EL SUSHITORTA EL SIMBOLO DEL ENGAÑO AL PUEBLO ARGENTINO!!!!!!!

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    1. SALE EN EL DESTAPE WEB AUNQUE NO LOGRAN DESCIFRAR LA BURLA Y CREO QUE HA SALIDO EN DIARIOS!!!!!!

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  5. No al infame reparto de la suchitorta.
    La argentina no es una sushitorta!!!!!

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