por Christian Laval
El neoliberalismo se define generalmente como una ideología fanática del mercado o como una política económica. En este libro, Pierre Dardot y yo mismo queremos demostrar que el neoliberalismo es mucho más que eso. Es un proyecto de “construcción” de una sociedad en la que un sistema de normas gobierna a las instituciones, formadas por la competitividad generalizada de todos los individuos entre sí. Estas normas imponen un modelo único a la acción pública, a la acción social y a la acción de los individuos, y este modelo único se llama la empresa.
La mayor parte del tiempo el neoliberalismo se analizaba como un
retorno al liberalismo antiguo. No se hacía ningún esfuerzo para
tratar de analizar las novedades del neoliberalismo, el “neo” de
neoliberalismo. Lo que conducía irremediablemente a un error de diagnóstico, ya que no se veía más que el carácter
destructor del neoliberalismo, la desregulación, la privatización, sin ver el
proyecto “constructivo” de un nuevo mundo, lo que llamaríamos la nueva razón
del mundo.
Hay un desconocimiento
generalizado sobre la historia del neoliberalismo. La crisis que estamos
viviendo tiene que ver, primero, con la crisis de los años 30. Fue a partir de
ese momento que aparece la idea según la cual el
liberalismo debía ser “constructivo”, pasar por una intervención activa del
Estado para crear y mantener lo que se llamó el orden de la competitividad. En ese momento nace la corriente
ordoliberal alrededor de Walter Eucken, un teórico economista alemán fundador
de la Escuela de Friburgo. El segundo momento muy importante que tuvimos que
analizar fue el comienzo de la construcción de Europa y su filosofía. Cuando
escribíamos el libro, nos dimos cuenta que había una filosofía neoliberal
propiamente europea y no americana, que se manifiesta hoy en día de forma
evidente a través de los pactos monetarios impuestos en marzo 2012. Es una
historia compleja, que nos remite a un tercer momento histórico importante, y
que no se resume a un complot de las clases dirigentes.
Tampoco es la aplicación de una
doctrina. Lo que llamaríamos la “racionalidad neoliberal” se constituyó, poco a
poco, a raíz de los eventos y en respuesta a una disfuncionalidad del
capitalismo y de las formas de poder, de los compromisos sociales de los años
60 y 70. En resumen, el neoliberalismo se impuso como respuesta a una crisis
existente. Los años 70 son decisivos, el neoliberalismo se asienta tras las
elecciones de Reagan, de Thatcher, hubo una conjunción de eventos políticos que
condujeron a una definición de norma mundial que fue la competencia
generalizada.
Los gobiernos están aplicando las
mismas medidas que a lo largo de la historia han conducido al fracaso. Se
piensa erróneamente que la única manera de salir de la crisis europea es volver
a las medidas que fracasaron en las crisis anteriores: que la competencia sea aún más fuerte
a través de reformas estructurales, del endurecimiento de las disciplinas
monetarias y las coacciones presupuestarias. Y además se sirven de los mercados
financieros como instrumentos de sanción de la manera más deliberada posible. Esto
ha ido en contra de la solidaridad entre los individuos, entre las regiones,
del compromiso social y de la protección de los derechos. Esta política de austeridad no se
ha inventado recientemente, ya la hemos visto en varias ocasiones conducir a la
catástrofe y a la autodestrucción.
El individuo en una sociedad
neoliberal: El neoliberalismo sistematiza lo que ya se inventó a principio del
siglo XIX. Es un proyecto de sociedad que
consiste en adaptar a los individuos al mercado, es decir, a la competitividad
permanente. Cuando
el mercado del trabajo se liberaliza, por ejemplo, fuerza al individuo a
convertirse en rival de los demás y se convierte en capital. Como un valor que
debe ir creciendo de forma ilimitada. Esa es su finalidad. Estas estrategias
neoliberales nos cambian nuestro contacto con la vida. Todo se convierte en
capital. Este sistema de normas sobrepasa el marco económico y contagia todos
los terrenos de la existencia. El punto de unidad es el propio sujeto, que no
importa en qué terreno se encuentre, su finalidad deberá ser siempre el
enriquecimiento. Esto es una nueva forma de “subjetivación”, término de
Foucault, una nueva manera para el individuo de concebirse a sí mismo, que le
obliga a sobrepasarse continuamente, como un deportista de alto nivel.
La verdad es que ya estamos
asistiendo a una construcción alternativa y que nace de todos aquellos que se
han visto excluidos de esta sociedad neoliberal. Pierre Dardot y yo mismo
trabajamos en ello, mantenemos un seminario abierto sobre estas nuevas
fórmulas de sociedad que están apareciendo por todo Europa y que llamamos “lo
común”. Es una forma de racionalidad alternativa a la del mercado. “Lo común” es un conjunto de
prácticas que, contrariamente al neoliberalismo, pretenden la “puesta en común”
de las competencias, de los conocimientos, del trabajo y que suponen la
creación de nuevas instituciones.
Fuente: http://www.elcultural.com/
Mariconeadas. La construcción de la paranoia con que los europeístas fracasados buscan justificarse y retardar su propia implosión.
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