Ensayo: Surgimientos y resurgimientos del Movimiento Nacional y Popular por Antonio Diez






I

Sin irnos demasiado atrás en nuestra historia, luego del derrocamiento de Rosas, unos 35 años después, surge la primera manifestación de un movimiento de masas que aún perdura, bajo distintos rótulos. Su primera reivindicación, puerta de entrada para los cambios que la sociedad requería, fue materializada con el Voto Secreto en 1912, fue la que llevó a la Unión Cívica Radical  al Gobierno en 1916, donde comenzó la disputa por el poder. (Ya sabemos que el poder es fruto de una secular disputa entre "el poder" formal, el que la Constitución describe, y lo que llamamos "el poder fáctico" o sea aquel que no se ve formalmente pero todos sabemos que existe). Cuando el poder popular se constituye en poder formal, comienza la pugna, que no es ni más ni menos que un conflicto de intereses sobre cómo se distribuye "la torta". Torta que está en su mayor porción en manos de los poderes fácticos, que obviamente no la quieren largar por nada. Y entonces comienza a hacer notar su presencia de formas más o menos sutiles según se presente la ocasión. Al margen de "medidas extraordinarias" como golpes de estado por parte de las FFAA, una de las tácticas habituales es la cooptación de dirigentes de ese Movimiento Nacional y Popular. Así, a la conducción de Hipólito Yrigoyen, surgió una tendencia dentro del mismo Radicalismo, el "Antipersonalismo", al cual me referí acá, dándose así el caso de que fueran dos fórmulas Radicales las que se enfrentaran en las elecciones nacionales de 1928. Como parte de la táctica, los poderes fácticos, una vez encontrado el candidato apto para trabajar desde adentro, proceden a desactivar a las restantes fuerzas políticas que puedan restar o dividir el voto opositor, sumándolas a "su" propio candidato, a los efectos de tratar de hacer que los poderes formales, coincidan con los poderes fácticos. El daño ya está hecho, el Movimiento Nacional y Popular, comienza a alejarse de su simbiosis pueblo-gobierno, y pasará mucho tiempo para que esa sinergia se vuelva a producir. Así la UCR lenta e imperceptiblemente a la muerte de su líder, fue sufriendo un fenómeno que se llamó "Alvearización" que no es otro que su paso de Movimiento a Partido Político,  perdiendo así su esencia de cambio, impulsado por una clase media que el mismo movimiento había creado, y que ya iba olvidando sus miserias pasadas. No obstante, ese fenómeno no melló el sentimiento popular, que al no encontrar en la UCR quien la interpretara, nutrió otro fenómeno, que encontró otros carriles, y así en 1945 nutrió un renacimiento del Nacionalismo Popular. El para algunos, aún incomprensible fenómeno, del Peronismo. ¡Y vuelta la burra al pasto! Otra vez a empezar de nuevo. El Peronismo (o Justicialismo) también es un Movimiento, y en cuanto movimiento, tiene las mismas virtudes y defectos de todo movimiento. Los movimientos de por sí son amplios y abarcativos; un amplio paraguas bajo el cual en épocas de mal tiempo se cobijan sectores de la sociedad que suelen tener intereses disímiles, que pasado el chaparrón comienzan a mostrar sus diferencias. Pero los movimientos cambian la historia, aunque para gobernar necesitan algo más apto y ágil. Por eso esas simbiosis entre movimiento y partido que desconcierta a los poco avisados. El Peronismo como continuación histórica de Movimiento Nacional y Popular también ha padecido (y padece) los mismos problemas que el Radicalismo.

II


Para fines del a década del '30 y principios del los '40 el Partido Radical se había subsumido en lo que se llamó la "Concordancia" junto a sus históricos enemigos los Conservadores que a través del "fraude patriótico" en 1937, habían impuesto la fórmula presidencial integrada por el Dr. Roberto M. Ortiz, radical (antipersonalista) y el Dr. Ramón S. Castillo, conservador, sobre la formula integrada por Marcelo T. Alvear-Enrique Mosca. Alvear esperaba pacientemente la decadencia de la concordancia, y tenía esperanzas en que Ortiz sanearía un poco el desembozado y brutal fraude, para llegar a la presidencia, pero, Ortiz por razones de salud debió tomarse largas licencias en su cargo, y finalmente falleció en 1942. Ambos, Alvear y Ortiz fallecerían en 1942. Ni Alvear tuvo su segunda oportunidad, ni Ortiz pudo "sanear" aquel régimen fraudulento y entreguista subordinado totalmente a los intereses Británicos desde el Tratado Roca-Runciman de 1934. La Unión Cívica Radical como movimiento nacional y popular había entregado sus banderas. Unos pocos Radicales refugiados en aquella maravillosa usina de ideas (hoy le llamarían "think tank") que fuera FORJA (Frente Orientador Radical de la Joven Argentina) mantenía las brasitas de aquel fuego sagrado. Jauretche, Scalabrini Ortiz, Manzi, Dellepiane, con la terquedad de aquellos que están convencidos de su pensamiento, formaban cuadros, "avivaban zonzos", y luchaban por un futuro que no sabían cuándo, pero confiaban que llegaría. Dentro de la UCR (partido) también se empezaban a oír voces discordantes con la conducción anquilosada y cooptada. Tímidamente se armaba lo que fuera el MIR (Movimiento de Intransigencia y Renovación) Moises Lebensohn, Crisólogo Larralde, Ricardo Balbín, Arturo Frondizi, Oscar Alende eran nombres que desde la Juventud Radical comenzaban a presagiar nuevos aires.
Pero estas cosas se manejaban dentro del limitado ámbito partidario. Mientras tanto el Pueblo, miraba desde afuera el festín de unos pocos, sin encontrar quien lo interpretara en sus necesidades como lo había hecho el Yrigoyenismo, cuando el Radicalismo era Movimiento y no Partido. La 2ª Guerra mundial transcurría, y "aliadófilos" contra "germanófilos" distraían a la opinión pública de nuestra propia situación interna, tal como unos cuantos años después, el conflicto entre oriente y occidente obraría como elemento de distracción de nuestros y acuciantes conflictos internos. Pero lo real es que el Movimiento Nacional y Popular, a la muerte de Yrigoyen quedó huérfano del aglutinante necesario para disputar el poder, ya fuera el formal, o el real. La cooptación de la dirigencia había dado resultado. Las formulas Presidenciales eran proclamadas por la Cámara de Comercio Argentino-Británica donde residía el poder real, y luego impuestas por el "fraude patriótico". Así ocurrió en 1942, siendo ese el lugar desde donde Robustiano Patrón Costas, Senador Nacional por la Provincia de Salta lanzó su candidatura, como seis años antes lo habían hecho Ortiz y Castillo. Tanta desvergüenza colmó la paciencia de las FFAA, que el 4 de junio de 1943, derrocaron el gobierno de Ramón Castillo, y se abrió una nueva página, de un libro que aún seguimos escribiendo.

III

Los poderes fácticos, (o sus pensadores) siempre cometen el mismo error, y siempre los lleva al mismo punto de partida. No conciben la existencia de los Movimientos Populares, y de ahí llegan a la errónea conclusión de que estos movimientos dependen exclusivamente de personas a las que llaman "caudillos", y que desaparecido el caudillo, el movimiento desaparece. "Muerto el perro, se acabó la rabia", y ahí es cuando le yerran medio a medio. Los caudillos existen, es cierto y se verifica a lo largo de la historia, pero existen como consecuencia de un estado de cosas y no al revés. Son los Movimientos los que generan a sus cabezas. Cuando por una u otra circunstancia la cabeza desaparece, puede que el movimiento tarde un tiempo en encontrar quien lo represente, pero lo encuentra. Y allí aparece de nuevo el fenómeno inexplicable, para el cual el "marketing" no tiene explicación posible. Pese a todo, el movimiento reaparece. Esa construcción que viene de abajo hacia arriba es incomprensible para los que tienen imbuido en su pensamiento el funcionamiento empresarial, donde se construye de arriba hacia abajo de la pirámide. No vale el Golpe de Estado, hecho en función de esa mentalidad, de que la cosa se construyó desde el Poder del Estado, no vale el fraude y la cooptación de dirigentes (como cuando una empresa tienta al Gerente exitoso de su competidora con un mejor sueldo). No valen los bombardeos, las proscripciones, y en una escalada de violencia horrorosa, tampoco vale el genocidio. (Hay un dicho popular que no repetiré acá pero que comienza diciendo: "Es inútil empujar, etc. etc.). Y esto también debe interpretarse en clave de Pensamiento Nacional. Muchas mentes colonizadas por el pensamiento europeizante han pretendido, y siguen pretendiendo interpretar estos fenómenos de masas, traspolando experiencias de otros pueblos, etnias o naciones. Y contribuyen voluntaria o involuntariamente a agregar elementos de confusión al tema. Aquí en América Latina somos así, y esta es nuestra realidad, y cualquier análisis que no comience por admitir la realidad, inevitablemente terminará siendo desechado. El Movimiento Nacional y Popular inexorablemente reaparecerá, como reaparece una mancha de aceite en una pared. Usted la rasquetea, la pinta, y cree que ya está. Pasa un tiempo, y la mancha reaparece, porque los ladrillos que están ocultos bajo el revoque, el enduído y la pintura, tienen ya el aceite incorporado.

Scalabrini Ortiz, el 17 de octubre de 1945, lo describe así:

Fuente: Raúl Scalabrini Ortiz, Tierra sin nada, tierra de profetas, Buenos Aires, Plus Ultra, 1973, pág. 55.

“Corría el mes de octubre de 1945. El sol caía a plomo sobre la Plaza de Mayo, cuando inesperadamente enormes columnas de obreros comenzaron a llegar. Venían con su traje de fajina, porque acudían directamente desde sus fábricas y talleres. (...) Frente a mis ojos desfilaban rostros atezados, brazos membrudos, torsos fornidos, con las greñas al aire y las vestiduras escasas cubiertas de pringues, de resto de brea, de grasas y de aceites. Llegaban cantando y vociferando unidos en una sola fe (…) Un pujante palpitar sacudía la entraña de la ciudad (...) Era el subsuelo de la patria sublevado. Era el cimiento básico de la nación que asomaba, como asoman las épocas pretéritas de la tierra en la conmoción del terremoto (...) Éramos briznas de multitud y el alma de todos nos redimía. Presentía que la historia estaba pasando junto a nosotros y nos acariciaba suavemente como la brisa fresca del río. Lo que yo había soñado e intuido durante muchos años, estaba allí, presente, corpóreo, tenso, multifacetado, pero único en el espíritu conjunto. Eran los hombres que están solos y esperan que iniciaban sus tareas de reivindicación. El espíritu de la tierra estaba presente como nunca creí verlo.”



Desde la otra vereda, Crisólogo Larralde, por entonces un joven abogado Radical de extracción muy humilde, de los fundadores del MIR (Movimiento de Intransigencia y Liberación)  hacía esta lectura de los sucesos del 17 de Octubre:

Asistimos a la condenación de las manifestaciones populares del 17 y 18 de octubre; observamos que diarios, gremios, instituciones y partidos se empeñan en demostrar que los manifestantes no fueron el pueblo ni los obreros auténticos. El ciudadano que escribe este artículo, hijo de una inmigrante que trabajó como sirvienta y de un obrero que perdió hace 8 años su vida mientras conducía un carro, declara que en esa multitud que desfilo encontró gente del pueblo. El autor de este artículo se encontró a sí mismo en los niños de zapatillas rotas y mal vestidos; en muchos casos o en todos los que fueron tildados de descamisados. Él también conoció, con sus 5 hermanos, el hacinamiento de una sola habitación y la promiscuidad de los inquilinatos; supo que es carecer de medias, ropas, botines y -alguna vez- comenzó sus estudios secundarios poniéndose los pantalones largos de su padre, un saco rehecho por su madre, camisa y sombrero usados, provistos por algún generoso vecino.

El 17 de octubre salió el pueblo a la calle y produjo un acto de adhesión al coronel Perón. Creyó que las llamadas conquistas sociales corrían peligro de desaparecer y afirmó su derecho a mantenerlas, vivando al coronel Perón. En este apellido la gente joven ve al realizador de un programa social. El pueblo habló, gritó, desfiló, realizó agresiones, llenó de inscripciones las paredes, dijo lo que le parecía justo.
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El pueblo había encontrado quien lo interpretara. Y como el agua de un torrente que vence a un obstáculo que se le interponía, salió a buscar su cauce natural.

IV

Producidos los acontecimientos del 17 de Octubre de 1945, en que el Movimiento salió a la luz, había que implementar la forma de institucionalizar el asunto, para que aquello dejara de ser una pueblada (sin connotaciones peyorativas, por favor) para encuadrarse en un instrumento electoral apto para enfrentar la coyuntura electoral prevista para el 24 de Febrero de 1946. Porque no solo se trata de interpretar voluntades y sentimientos, sino que también hay que transformarlas en votos, y como dice un amigo, a los votos hay que juntarlos, y además contarlos...


Comenzó así la génesis del Partido Peronista, que en un principio no fue así, si no un frente electoral, adonde el Partido Laborista de Cipriano Reyes, confluyó con parte del Radicalismo, parte del Socialismo, Conservadores Populares y otras fuerzas menores, algunos comunistas incluidos, que brindaron la adecuada cobertura territorial. Por si alguno se horroriza, recordemos que el "Tío" Cámpora venía del conservadorismo, y que en 1973, Perón retornó bajo la Presidencia de Cámpora, y la Vicepresidencia de Vicente Solano Lima, Conservador Popular. Que Perón tuvo su primer Vice Presidente en Hortensio Quijano, Radical, que el padre del "Bebe" Cooke también era radical, que entre sus Ministros hubo Socialistas como Borlenghi y Bramuglia (en Interior y Relaciones Exteriores ¡que tal!). Ministros Radicales y Conservadores de origen también integraron ese gabinete. Hace un tiempo (5 años atras) escribí:

como parte de una serie de posteos sobre la diferencia entre Legislar y Ejecutar sobre el tema. Perón no "inventó" las leyes laborales; muchas de ellas ya existían, pero el Ejecutivo Nacional no las aplicaba, y ahí está la diferencia. Contaba también con algo que había dejado Yrigoyen, la clase media. El Radicalismo Yrigoyenista "creó" por así decirlo a la clase media, de la que se nutren los cuadros de carrera e intermedios de la Administración Pública. No solo la creó sino que le dio conciencia de clase, lo que le trajo no pocos dolores de cabeza a los poderes fácticos que se vieron obligados a armar un entrampado mediático, para desactivarla transformándola en "mediopelo". Es conveniente recordar la nota de Mario Rappaport que está en:



para recordar cuál era el "Proyecto" Yrigoyenista, ya que a veces parece que su gobierno se limitó a la Semana Trágica y la represión de las Huelgas en la Patagonia... Perón ya tenía los cuadros necesarios para gobernar, sin el concurso de los cuales hubiera sido imposible cumplir con las expectativas del Movimiento Nacional que lo había erigido en Conductor de sus expectativas.
Entonces, como en 1928 con Melo-Gallo bajo la experta batuta del Embajador Inglés, se agrupó todo el espectro partidario tradicional, se volvió a repetir la receta, esta vez dirigidos por el Embajador de los EEUU, Spruille Braden. Había terminado la 2ª Guerra Mundial, el León Británico comenzaba su declinación, y el cipayaje vernáculo se apresuró a cambiar de collar para seguir siendo perro. Cualquier parecido con situaciones actuales NO es casualidad. Convendría que algunos recordaran que en las dos ocasiones anteriores fracasaron con esa estrategia...

V

El primer peronismo, a la hora de respaldar su acción de gobierno, se respaldó en el sindicalismo (la columna vertebral...), priorizando su capacidad de movilización por sobre una movilización popular con base más amplia. Así al irse burocratizando el sindicalismo y su dirigencia, resultó que sobre el fin de su ciclo no tenía un movimiento de masas que lo respaldara. Al fallar el puntal principal, el resto del peronismo no atinó a reaccionar y los poderes facticos encontraron la brecha para recuperar el gobierno. Una característica de aquellos tiempos era la poca participación juvenil en el Movimiento Nacional y Popular. Tal vez esa burocratización del movimiento, ya más en función de gobierno, descuidó la formación de cuadros, o por ahí no era el momento aún. Como quiera que sea, el Peronismo en el poder gubernamental, sacó a la luz y consideración pensadores e intelectuales del Movimiento, que habían permanecido fuera de la consideración de los que precisamente debían ser sus destinatarios. Esto traería consecuencias posteriores, ya que a raíz de los cambios que se daban en el mundo, amanecían otras formas de pensar. Los ecos de los movimientos de descolonización, Vietnam, la Revolución Cubana, Mayo del '68 llegaban, si bien atenuados por las agencias internacionales de noticias, no podían ocultar la participación de una nueva generación en ese hervidero. Perón, relevado de las responsabilidades de gobierno, también lo entendía así y consecuentemente filosofaba sobre el tema acentuando su aliento a la participación juvenil. La conducción formal del Movimiento continuaba con su impronta burocrática heredada de la época anterior, y esto trajo una lucha entre la nueva generación que reclamaba su lugar, ya fuera en los sindicatos, o en las organizaciones de base. Ya no era un movimiento instintivo, era un movimiento que leía, que discutía, que aprendía y a la vez enseñaba. Fueron épocas de introspección, al margen de los tejes y manejes electorales a los que obligaba la proscripción del Peronismo. Finalmente, tal como Roque Sáenz Peña en 1912 ante Yrigoyen, el poder fáctico debió capitular ante Perón en 1973, permitiendo así que el Peronismo volviera a ganar las elecciones, tal como en 1946, con una construcción frentista, donde como dije antes, el Frejuli llevó a una fórmula integrada por un Peronista de neta raíz conservadora, Hector J. Cámpora (el "Tío") y un Conservador Popular, Vicente Solano Lima. Estamos acostumbrados a asociar a los Conservadores colectivamente al liberalismo económico, pero, dentro del conservadorismo existieron vertientes nacionalistas, y tampoco hay que olvidar que los grandes instrumentos estatales del control de la Economía (como la Junta nacional de Granos, la de Carnes y otros similares) fueron obra de los Gobiernos conservadores de la década del '30. De este lado venía Cámpora, y unos cuantos Ministros de los primeros Gabinetes del Peronismo.

VI

Luego del triunfo de la "Libertadora", con la aplicación de la violencia contra el pueblo (bombardeo a Plaza de Mayo, previo, pero dentro del mismo contexto, como para ir adelantando como iba a ser la cosa. Tal como la acción de la Triple A en los '70 ). Los fusilamientos del 9 de Junio de 1956,

y la represión en muchos lugares a cargo de los "Comandos Civiles Revolucionarios", y las FFAA y de Seguridad, dieron la pauta de que los poderes facticos nuevamente habían ocupado el poder Gubernamental. Comenzó entonces el período de la "Resistencia" donde se empezó a clarificar quien era cada quien. Dirigentes sindicales como Andrés Framini, Armando Cabo y otros comenzaron a vertebrar una lucha que duró unos 20 años. El Movimiento Nacional y Popular debió entonces aprehender tácticas casi olvidadas de las épocas de Yrigoyen y Além, allá por 1890. Pero siguió en el alma del pueblo. Yo recuerdo claramente que en las casas de mis amigos peronistas, siempre estaban en algún lugar discreto las fotos de Perón y Evita. El Movimiento había encontrado su caudillo, y no lo olvidaba ni lo olvidaría. Parecía que el fuego estaba apagado, pero en cada casa se conservaban algunas brasitas, a veces cuidadosamente cubiertas con ceniza, pero prestas a levantar llama ni bien se le arrimaran unas leñitas secas. También entre las filas de los que no adherían (adheríamos) al Peronismo como expresión del movimiento, pero que estábamos del mismo lado de la grieta, se daba un proceso de decantación. Cuando la Dictadura llamó a elecciones para 1957, y 1958 (Constituyentes y Elecciones Generales) se produjo la escisión de la UCR. Ya había pasado a la historia la conducción Alvearista que luego del fracaso de la Unión Democrática en 1946, había sido desplazada de la conducción del Partido por el MIR. Los relictos del Alvearismo conservaban la minoría, pero ya la conducción había pasado a otras manos. Si vemos la "Declaración de Avellaneda" de 1945 en:

y el Programa de Avellaneda de 1948 vemos que se revela una corriente dentro del Radicalismo que reivindica sus orígenes. Lamentablemente llegaron tarde; ya el pueblo había encontrado su conductor. De 1946 a 1955 se produjo una simbiosis entre Radicalismo y antiperonismo que lo alejó definitivamente de sus orígenes Nacionales y Populares para transformarse en la expresión ideológica y política del medio pelo. Parte del Radicalismo prestó sus hombres a los cuadros de la Revolución Libertadora, y en 1957 la situación llegó a la división entre la UCRP y UCRI. No es el motivo de esta serie ahondar sobre estos avatares, sí, el de desmadejar las idas y vueltas de un Movimiento que por la fuerza de las armas había perdido a su caudillo. Sin embargo, la campaña electoral de 1958 produjo un acercamiento entre el Peronisno y el Radicalismo Intransigente por aquel tan meneado "Pacto" Peron-Frondizi. Este acercamiento se dio a nivel de bases donde comenzamos a compartir (experiencia personal de mis 16/17 años) las humildes actividades del comité reservadas a los que andábamos arrimándonos a la política "espiando por la rendija de la puerta" con dirigentes peronistas de base, a los que empezamos a escuchar con atención. Allí tal vez se empezaron a gestar relaciones y amistades que a lo largo de los años a todos, de un lado y otro, nos hicieron comprender que habíamos sido objeto de una manipulación para mantenernos divididos. Que ese error en que habían caído nuestros padres, no debíamos cometerlo nosotros.

VII

Con el peronismo proscripto, y el Partido Militar funcionado a pleno, se entró en una etapa de "democracia" ficticia, tutelada por el poder fáctico, e instrumentada por las FFAA que obedientemente, sacaban los tanques a las calles, cada vez que a sus mandantes les resultaba necesario. El periodismo no necesitaba crear zozobra. El recuerdo del bombardeo a Plaza de Mayo y los fusilamientos del 9 de Jnio de 1956, pesaba en el "ciudadano de a pié". No obstante, por los resquicios de esa democracia tutelada, la Resistencia Peronista se iba vertebrando. Y por otra parte, la reglamentación del art. 28 del decreto-ley de Educación de la Revolución Libertadora:

desató un clima de discusión en que la juventud, (no ya la universitaria solamente) arrancó una etapa que aún se siente, aunque se hayan olvidado sus orígenes, de participación no solo activa, sino en foros de discusión. También por esos resquicios se comenzaron a colar las obras de Scalabrini Ortiz, Jauretche, Hernández Arregui, Abelardo Ramos, Milicíades Peña, José Maria Rosa, que nos ayudaban a comprender que había una distinta forma de ver las cosas por fuera de la historia y el relato que los poderes nos habían impuesto. El sindicalismo también hacía su introspección. A raíz de un "congreso normalizador" se forman las "62 organizaciones":


Entre otros aparecen por primera vez dos líderes sindicales, aún muy pichones, pero que tendrían gran protagonismo en los 20 años siguientes. Agustín Tosco y José Ignacio Rucci. Con su líder ausente (por ausencia forzosa) el Movimiento Nacional comenzaba a reestructurarse. En 1962/1963, el Partido Militar evidenció una importante fisura, que se trasuntó en la llamada "Guerra de Azules y Colorados" que con mayor o menos intensidad duró desde septiembre de 1962 hasta Abril de 1963, guerra cuidadosamente "borrada" de la historia, de la que fui involuntario protagonista como soldado conscripto:

Ya entonces, el Movimiento Nacional había finalmente encontrado un común denominador. Se debilitaba el Partido Militar, y entonces, el retorno de Perón, comenzó a ser un objetivo cada vez mas cercano, pero que atravesaba diagonalmente a muchos sectores (especialmente los mas jóvenes) que se fueron movilizando en ese sentido, aún los que no veníamos del Peronismo, pero que reivindicando nuestra pertenencia al Movimiento Nacional desde el primigenio Radicalismo de Yrigoyen, reconocíamos en el peronismo su continuación bajo otras circunstancias históricas.

VIII

Era obvio: desde el triunfo de la Revolución Cubana, y luego la derrota de Vietnam en los EEUU, la juventud comenzó a mirar con simpatía a los movimientos armados. Ambas derrotas parecieron mostrar que algunas cosas eran posibles. La fallida experiencia del Che Guevara en Bolivia, por otra parte hizo pensar que no era tan fácil traspolar experiencias de otros pueblos. Había una diferencia de fondo; nosotros atesorábamos la experiencia de un Movimiento Nacional y Popular, que había demostrado acabadamente que no solo por la vía armada se hacían revoluciones. Y eso trajo no pocas discusiones internas, sobre todo en el momento en que se recuperó el poder estatal el 25 de Mayo de 1973. La gente mas comprometida con la Resistencia Peronista depuso las armas, (Montoneros) considerando que el objetivo se había alcanzado. Sin embargo, la fracción mas radicalizada continuó la lucha armada y el ERP marchó a la selva tucumana. La derecha peronista y la burocracia sindical estaban aterradas por aquel avance que parecía imparable de aquello que venía a "subvertir" su cómoda existencia de "gerentes" de otra empresa como dije en la parte III de esta serie. Y se desató la furia y la violencia. No resulta extraño que las principales víctimas de aquellos diez años de 1973 a 1983 fueran menores de 35 años. Los poderes fácticos habían detectado a su enemigo principal, y mandaron proceder en consecuencia. Pero, aquel horror fue retemplando los ánimos. Fueron las Madres de Plaza de Mayo que pacientemente, sobreponiéndose al dolor de la incertidumbre de la suerte corrida por sus hijos, mantuvieron las brasitas... El despropósito de la Guerra de Malvinas, aceleró el derrumbe de la Dictadura, y el Movimiento Nacional renació con mas fuerzas aún. Un Raúl Alfonsín contra viento y marea, levantó el estandarte Yrigoyenista, pese a que sus principales oponentes provenían de su propio partido, pero destapó las brasitas, y les fue arrimando astillas hasta reavivar el fuego. El viejo Caudillo había muerto, y sobraban herederos al abrirse el juicio sucesorio, por lo que entra las peleas de los presuntos herederos, y el raleo producido por la represión en los cuadros medios, no pudo reaccionar. "Participar" se puso de moda, y era "bien visto" afiliarse a algún partido Político. Los poderes fácticos parecían en retirada, y les "sacaron la escalera" a los Golpes Militares. No obstante, consiguieron (por la fuerza) algunos logros con el levantamiento de Semana Santa. Al margen de lo que podamos analizar sobre la actitud de Raúl Alfonsín, hay una imagen que para mi es determinante. El Presidente de la Nación, en el balcón de la Casa Rosada, flanqueado en esa grave circunstancia por Antonio Cafiero, principal dirigente de la fuerza de oposición a su gobierno, marcó la pauta de que la dirigencia política había aprendido de la experiencia vivida. El Movimiento Nacional y Popular se había puesto en marcha, y los poderes fácticos se verían obligados a emplear otro tipo de tácticas si no querían perder el poder.

IX

La recuperación de la Democracia en 1983, trajo como dijimos un renacer de la participación política. Tranquilizado el ambiente "finoli" por el triunfo Radical, que demostró que al Peronismo se le podían ganar elecciones  Era un resurgir del Movimiento Nacional, esta vez en manos Radicales, ya que Raúl Alfonsín, ya superada su etapa de gorilismo acérrimo (los que lo conocimos como Diputado Provincial, allá por 1960/62, recordamos muy bien aquella faceta), había seguramente ganado experiencia, (como cualquier persona medianamente inteligente, va modificando sus pensamientos de acuerdo al contexto en que los tiene aplicar), y recuperaba banderas Yrigoyenistas. El peronismo, muy golpeado durante la Dictadura, había perdido muchos de sus cuadros mas lúcidos y pensantes, en sus cuadros sindicales, políticos, estudiantiles y de base y barrio. Sus cuadros dirigentes eran los mismos de 1976, mientras que en el Radicalismo se había producido una renovación. Comoquiera que fuera, se empezó a mover de nuevo el engranaje de la participación popular, y eso prendió luces de alarma entre los poderes fácticos. Impedidos de usar las desprestigiadas FFAA para sus objetivos, debieron apelar a otros resortes de su poder para hacerse notar y marcar la cancha. El primero y fundamental; desprestigiar la política. Habida cuenta que salvo el breve interregno de Grinspun en el Ministerio de Economía, los resortes fundamentales seguían en manos de los mismos equipos que venían de 1976 y la Escuela de Chicago. (Es interesante ver como los funcionarios de tercera y cuarta línea de los tiempos de Martínez de Hoz, reaparecen tiempo después, ya en democracia, en las primeras líneas de la conducción económica). Lógicamente las políticas económicas que aplicaron eran las mismas, y con las mismas consecuencias, y el poder político era el que recibía las cachetadas. Ergo: los políticos no pueden arreglar nada, aquí hay que saber administrar y nada mas.


Los golpes de mercado, y el trabajo diario de la "prensa independiente", actuaban de consuno, enfriando aquel peligroso entusiasmo del '83/'84. Mientras tanto el Movimiento Nacional andaba huérfano. Muerto su caudillo, los capitanejos se disputaban la herencia. Rescato aquí dentro del Peronismo, la lucidez histórica de Don Antonio Cafiero, que no tuvo mayor suerte en tratar de impulsar la Renovación. Y entró a jugar otra técnica empresarial; buscar al Gerente exitoso de nuestro competidor, estudiarlo bien en sus puntos débiles, darle trascendencia, ayudarlo a crecer, y tentarlo con una oferta "que no podría rechazar". Así como Federico Pinedo (el abuelo) lo "convenció" a Alvear de levantar la abstención del Radicalismo en la década del '30, iniciando así una lenta pero segura destrucción del Radicalismo que aún continúa como ya dijimos, apareció Carlos Menem,  para cumplir el mismo destino para el Peronismo. Ya dijimos que son persistentes en el error. El Movimiento Nacional no es algo que dependa del que lo dirige. No es una empresa comercial o industrial, que al morir su fundador puede extinguirse. El Movimiento es un colectivo que "produce" sus propios conductores, aun a pesar de que haya momentos o tiempos en que parezca haber perdido el rumbo. Las brasitas se mantienen bajo la capa de ceniza, y la foto de Perón y Evita como inspiración siguen estando en muchas casas.

X

Las condiciones a que fueron llevando a la sociedad, tanto el menemismo, bien en su papel de destructor del Movimiento desde adentro, como otrora lo había hecho Alvear, trajeron un resurgimiento de la base, "del subsuelo de la patria" diría Scalabrini. Había que empezar a levantar los heridos que el sistema iba dejando en las banquinas. Aparecieron comedores, roperitos, se comenzaron a vertebrar organizaciones de desocupados, apareció el piquete como respuesta espontánea de un pueblo que buscaba un destino mejor, porque ya sabía que se había podido antes. Obviamente que en esas reuniones y trabajos comunitarios, se hablaba de política, pero en la mayoría de la sociedad se había implantado el desaliento. El trabajo de destrucción de la voluntad popular iba dando resultado. Hasta que el 2001 se pudrió todo. En un hecho inédito en nuestra Historia, en una situación de crisis, ya no aparecieron las FFAA para "poner orden". (Siempre nos enseñaron en Historia Argentina aquel 20 de Junio de 1820, "el dia de los tres Gobernadores", como algo condenable: bueno, tuvimos la "Semana de los Cinco Presidentes"). Como quiera que sea, aún a los tumbos, la civilidad demostró que era capaz de arreglarse. Aún con 39 muertos en la calle... La salida (forzada por algunos hechos de violencia, donde fueron víctimas miembros de esas organizaciones de base que se habían ido constituyendo para paliar la situación) finalmente se dio en 2003.


Convengamos, (parafraseando a Eduardo Sacheri) que por el flaco nadie daba ni dos pesos. En realidad lo poco que sabíamos, era que gobernaba Santa Cruz, que tenía una pinta bastante alejada del estereotipo del "político". Más la conocíamos a ella, a Cristina por su labor en el Congreso Nacional, que a él. Tratando de conservar alguna carta en la manga, los poderes lo "bajaron" a Menem de la segunda vuelta, tratando de que ese 22% de votos de Kirchner no se transformara en un aluvión imparable, y lo pudieran domesticar. Pero de pronto, el pueblo empezó a ver como venía la mano; el tipo resultó más duro que gallo al horno a la hora de resistir las presiones del poder. Y poquito a poco demostró con hechos que no había dejado las convicciones en la puerta de la Casa Rosada. Y a cada intento de presión respondía con la misma firmeza. Y así de a poco el Movimiento Nacional encontró un nuevo conductor, que de yapa venía con un valor agregado. Ya no era uno, eran dos... A la muerte de Néstor, algunos pensaron que otra vez el Movimiento quedaba acéfalo, y fieles a su pensamiento, creyeron que podrían volver a recuperar las porciones de poder que habían perdido. Una vez más pecaron de soberbia, el pueblo había encontrado su rumbo. Todo esto trajo un reavivamiento de los sectores juveniles, que ya sin tanta presión de andar levantando a los heridos que el sistema tiraba en las banquinas, entraron firmemente en la tan condenada "política", movilizando, estudiando, discutiendo, y porqué no, asumiendo responsabilidades en todos los órdenes de la Administración Pública, con la "prepotencia del trabajo". El Movimiento Nacional y Popular, aquel que esbozaran Alem e Yrigoyen, que luego retomara Perón, y ahora, tal como estamos, ha demostrado que independientemente de quienes designe como sus "caudillos", no se puede detener. Ya es hora de que algunos vayan tomando nota.



Fin de la serie.

Comentarios

  1. Muy Bueno el analisis de Antonio,en especial explicando el proceso de Alvearizacion del Radicalismo
    Pone un poco la piel de gallina al escuchar la talla de esos nombres Jauretche, Scalabrini Ortiz, Manzi, Dellepiane Moises Lebensohn, Crisólogo Larralde, Ricardo Balbín, Arturo Frondizi, Oscar Alende, Borlenghi y Bramuglia.Se olvido’ un poco de la influencia de los socialistas de esa época en especial Justo y Castillo que aportaron una muy buena parte de ideas y proyectos luego implementados por Peron.
    Se olvido’ de tres años del Doctor Illia donde las condiciones logradas dentro de su gobierno en un marco de apoyo a la libertad de expresiones, la cultura y la educación vio el verdadero renacer del Peronismo en los jóvenes.Se olvido’ del gobierno de Isabel,y de Lopez Rega incorporados,impulsados a cargos e impregnados de poder immenso por el mismo Peron .Finalmente no es verdad que los Montoneros depusieron las armas al llegar su líder (objetivo cumplido).No obstante son 70 años de Historia es difícil condensar todo en 8 párrafos.PACO MIRO

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  2. ¿Justo y Castillo eran socialistas? No me confunda a Juan B. con Agustin P. De cualquier manera en aquellos tiempos, Juan B. (Justo) se oponía a la industrialización porque "los productos importados abarataban la vida de los trabajadores". El Dr. Illia, (Comando Civil Revolucionario en 1955, como Mariano Grondona) fue Presidente con el Peronismo proscripto, con solo el 22% de los votos, tuvo como Canciller a Miguel Angel Zavala Ortiz, el único ttripulante civil de los aviones que bombardearon al pueblo en Plaza de Mayo el 16 de Junio de 1955. Aún así hizo lo que pudo, aún contra su partido, tal como le sucediera a Raul Alfonsín. Ambos fueron demasiado Presidentes para el mediocre radicalismo. Los Montoneros depusieron las armas,(recuerde el Operativo Dorrego), y ya deshilachados, algunos se sumaron al ERP, ya en los nefastos tiempos de Isabel y Lopez Rega.

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  3. Donde dice Castillo quise decir Palacios ja! furcio freudiano los dos son edificios medievales.No descnonozco lo endeble del gobierno que asumio con proscripciones y restricciones ni apruebo ese hecho digo que el ambiente creo condiciones donde los jovenes descubrieron el peronismo incluso muchachos de clase media para desmayo de algunos padres anti jaja!muchos dirigentes de esta epoca se abrieron a la politica entonces.Coincido que Alfonsin e Illia fueron demasiado para un mediocre partido.Con lo de Montoneros era solo una impresion puedo estar equivocado.Gracias por los datos Antonio

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  4. Castillo era una contradicción de los Conservadores, al menos para los de hoy en dia que son directamente neoliberales. Castillo era un Conservador Nacionalista (con ese) que tozudamente defendió la neutralidad Argentina en la 2ª Guerra Mundial pese a las presiones Británicas, y al Nazionalismo (con zeta) de los fascistas tipo Manuel Fresco de su propio partido. Curiosamente (o no) Jauretche lo valora en alguno de sus escritos, precisamente por eso. Talvez el furcio tuyo venga de que Castillo era el menos "Conservador" de aquellos conservadores, y Palacios el mas conservador de los Socialistas...

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