Si hubo en Chicago un guitarrista
de manos impecables y sonido majestuoso durante los años 50 y los 60 sin dudas
que ese fue Earl Hooker. Lamentablemente para el género su obra permaneció sin
estrellas durante mucho tiempo hasta que por fin lograra reconocimiento a
través de los cover que desarrollaron las siguientes generaciones. Una temprana
tuberculosis, poco después de cumplir los 41 años, nos privó de su suave y
limpia diapasón, notas que nos quedarán grabadas en los oídos como delicados
sones de campanas.
Muuuy bueno.
ResponderEliminarTengo discos de Earl Hooker y no les he dado bola. Perdóname Señor porque he pecado, juro que no volverá a suceder.
ResponderEliminarMaldita Tuberculosis
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