El Fiscal Alberto Nisman fue la mano ejecutora. Los
medios, buena parte de la corporación judicial, sus contactos con ciertos
servicios despazados, la mass media y la oposición política, los autores
intelectuales… Cae de maduro observar como todos los caminos conducen al
suicidio tal como el perito decano de la Corte Suprema de Justicia había
afirmado desde un primer momento. Por más que fuercen a la inteligencia para
que recorra senderos ridículos, no hay puertas ni ventanas abiertas, ni
huellas, ni armas adicionales, ni terceras personas, ni puja, ni signos de
pelea dentro del baño, ni transeúntes sospechosos por los pasillos. Para colmo
la denuncia contiene los mismos rasgos débiles que las acostumbradas
investigaciones a las cuales nos tiene habituados el showman de oligopolio y su
equipo de impresentables. Incluso la puesta en escena posterior parece más una
venganza contra D´elia producto de ciertas deudas pendientes del pasado que un
juicio taxativo acerca de funcionario alguno, suficiente para que una turba
desquiciada con odios acumulados nos tilde de asesinos y se atreva atacar a un hotel cordobés en donde se
sospechaba todavía se encontraba el dirigente social.
Si fue un suicidio por qué no dejó una carta, un escrito implicando al gobierno, se deben
estar preguntando algunos de esos miserables con carnet de periodista que
pululan paneleando por los medios. Acaso la respuesta está en su misma actitud.
Para qué agregarles más vergüenza a sus hijas, a su madre y a sus afectos cercanos
si con la minusválida denuncia mediática alcanzaba. Nadie queda indemne luego
de tamaña torpeza profesional, sus mismos colegas lo hubieran hecho trizas por
haber desprestigiado al poder judicial en un momento tan álgido y complejo. Sin
dudas le ha dado al gobierno justificaciones que no encontraba para profundizar
su tan deseada reforma. Muchos de ellos están desvirtuando su intento con
elegante candidez y comprensión, respetando lo magro de su suerte.
Hace pocos días, desde esta misma tribuna, nos apenábamos
por el fiscal Nisman, un pobre tipo que tarde se percató que había sido operado
por quienes consideraba sus aliados y amigos. Había tirado su honra y su
carrera en el marco de un juego que muy lejos estaba de su vocación juvenil por
la verdad y la justicia. Sospecho que delante de ese espejo recorrió toda su
vida de abogado preguntándose qué carajo hacía en medio de ese lodazal plagado
de serpientes, gestores que suelen pasarse la ley por el tujes con tal de
lograr sus fines políticos. Y fue cuando se sintió instrumento, no de la ley
por la cual había jurado pervivir, sino de los apetitos personales y
corporativos del submundo que lo adulaba, ese dantesco círculo que ayudó a
construir, acaso panglosianamente.
Por supuesto que fue un suicidio inducido, como todos los
suicidios. Los autores intelectuales están a la vista y muy orgullosos de sus
labor, de hecho, el fiscal le es de mayor utilidad aún. Siempre hay un
detónate, una causa que promueve cruzar esa línea de coraje, segmento grueso y
gravoso, salto que implica dejarlo todo, lo amado y lo odiado, lo banal y lo
importante, los sueños y la realidad, lo que se sospecha y lo que es.
Ellos, impertérritos y ufanos, seguirán viviendo y
estrujando con fiereza inusitada el cuerpo del fiscal hasta que de su
esterilidad no queden dudas, momento en el cual, cansado de ser tironeado, abusado
y deseoso de descansar en paz les comunique: “Muchachos, son una manga de perversos
hijos de puta, la responsabilidad de mi destino de mierda la tienen ustedes,
este es el show que deseaban, este su show, pusieron el escenario, las luces,
los actores secundarios y de reparto, me rodearon, me dejé rodear por el
vestuario, la música, y hasta por el libreto; pues allí me tienen, allí lo
tienen, háganse cargo de la mierda que diseñaron…
Aparte de coincidir con lo que decís hay que estar demente para dejar a tu hija de 15 años sola en un aeropuerto y más si sos un fiscal que entre manos tiene una causa pesada como la de la AMIA. Este tipo no estaba bien, en las entrevistas parecía miy pasado de excitación.
ResponderEliminarA ver: el ñato cobraba mas de 50 luquitas mensuales (no lo cuestiono, se le había encomendado un trabajo de altísima responsabilidad y de interés nacional, que no es para cualquier improvisado). Manejaba a su discreción un presupuesto de $2.000.000 mensuales (¡de nuestros impuestos!) para luego de diez años emitir un dictamen ¿acusatorio? que para cualquier estudiante de Derecho en la materia "Practica Procesal" le hubiera significado un aplazo, y porqué no, tener que recursar la materia. Sus antecedentes profesionales para nada concuerdan con el adefesio que presentó (¿o le hicieron presentar?). Cualquier persona con un mínimo de capacidad de análisis de la realidad, podía inferir que Nisman no podría soportar las preguntas de los Diputados del FPV y todo el andamiaje preparado se caería, como terminará cayendo, por falta de sustento. La cosa estaba pensada para que el FPV desacreditara la convocatoria, (elementos había) y no concurriera a la reunión de la Comisión. Pero le cantaron ¡quiero valecuatro!, y la suerte de Nisman (y su vida) quedaron selladas, así como la de los que pergeñaron la opereta.
ResponderEliminarImpecable !
ResponderEliminarAcaba de terminar Cristina. Premonitorio Gustavo.
ResponderEliminarPIENSO QUE LA OPOSICON NO LO DEBE USAR MAS COMO BANDERA POLÍTICA POR RESPETO AL AMOR DESCONSOLADO DE SUS HIJAS
ResponderEliminarLa oposición ha ultrajado cualquier dolor con tal de hacer oposición y llevar agua para el propio molino. Recuerde la muerte del propio Kirchner.
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