Aquí, en esta parte del interior profundo, en estos Campos de Cebada, los buitres no son tema... se labura
Historia
mínima en un pueblo del sudoeste de la Provincia de Buenos Aires. Cuando un
grupo de personas, desde el sector privado, trata de comprender, se pone las
pilchas de la burguesía nacional y se anima a ir contra la corriente de la
opinión publicada.
Esta
historia tiene que ver con la microeconomía. Esa economía que no se publica, la
economía que tiene relación con el laburo de todos los días, la que está a la
vista y al alcance de la mano, esa que es motorizada por emprendedores que
constantemente y más allá de las ideologías se reservan para sí el delirio de
la utopía. El hacer, por sobre la temerosa quietud de los cementerios
contables.
La
cosa es así.
Hace
más o menos tres años nació en mi pueblo una Pyme familiar cuya actividad
principal se canalizó a través del transporte de cereales. Hablo de una pequeña
oficina, una computadora, un par de celulares, una precisa coordinación del
servicio hacia el cliente y contratar como prioridad a los transportistas de la
zona. En condiciones normales, correctamente administrada y en función de la
inversión es un rubro sumamente rentable en tanto y en cuanto no asome en el
horizonte la especulación de los que manejan el embudo de la cadena comercial.
Cualquier política conservadora que detenga la actividad en función de
objetivos devaluatorios o especulativos hace que la empresa no encuentre clientes
dispuestos a transportar carga, de manera que cualquier sintomatología afín
hace que la empresa sufra contracurvas financieras de importancia.
Hasta
el momento, y no tengo fundamentos para creer que vaya a cambiar, la política
empresarial de la Pyme fue reinvertir toda la rentabilidad obtenida en bienes
muebles e inmuebles, extrayendo solamente lo necesario para la vida de las
personas que laboran en el proyecto. De ese modo ha logrado capitalizarse
mediante la compra de una buena batería de bienes de capital adquiridos todos
en la región. Al mismo tiempo y como consecuencia de dicha expansión (se
contrataron más de 100 camiones para la fina los cuales estuvieron casi un mes)
se ha promovido en el pueblo valor agregado local tanto en el rubro propiamente
dicho como en rubros anexos: Mercados, bares, ferreterías, talleres mecánicos,
casa de repuestos, gomerías etc.
Visto
el momento de incertidumbre y teniendo en cuenta que los períodos de meseta se
han agudizado la empresa estimó prudente agregar una actividad secundaria a la
actividad principal de manera optimizar lo más posible el funcionamiento anual
de la Pyme. Debo aclarar que no sólo ese amesetamiento en el rubro se debe a la
ausencia de carga, últimamente este fenómeno se ha potenciado por una presencia
más activa del ferrocarril, en nuestros caso se trata de Ferroexpreso Pampaeno
por orden de Cargill. Los costos reales ponen al transporte automotor de carga
en condiciones de imposible competencia en cuanto a la tarifa se refiere, sobre
todo cuando se transporta cereal desde nuestro Pago Chico, Coronel Dorrego,
hasta Rosario. Los costos vía ferrocarril se reducen aproximadamente en un 60%.
Al ser zona eminentemente de cebada las expectativas de trabajo se reducen
solamente a una porción del año. Bueno es aclarar que los modernos sistemas de
almacenamiento han permitido que hasta hace pocas semanas estuviéramos
prestando servicios, aún con cebada, a dicho puerto santafesino, más allá de
los que aisladamente venimos realizando a Bahía Blanca.
Con
relación al año 2013 la facturación ha caído casi un 35%, cuestión que no sólo
es imputable de manera exclusiva a la coyuntura económica nacional y al
ferrocarril; un cambio de la razón social (retiro de una pata societaria para
independizarse) y la pérdida de clientes debido a esa modificación también han
impactado en la merma detectada.
Desde
hace poco más de un año y medio me he incorporado a la empresa como asesor
contable, manejando todas las variables que tienen relación con las
obligaciones emitidas. Temas impositivos, bancos, y proyecciones en cuanto a
las inversiones son mis tareas cotidianas. Sobre las estrategias empresariales
se encargan los propietarios de la Pyme.
Gustavo,
podemos hacer esto, estamos en condiciones de hacer lo otro, son las frases que
mas escucho y que más me place escuchar desde luego, hablo de actividad, de
ritmo, de avanzar aún ante la adversidad. Siempre le menciono a mi esposa: “con
diez o doce tipos en el pueblo con estas
inquietudes empresariales la plantilla estatal se reduciría notoriamente,
bajaría el gasto público de manera natural y el estado municipal sería mucho
más eficiente de lo que es, pues dejaría de ser la primera industria”. Pero
para eso es necesario que una burguesía local promueva actividades que incluyan
valor agregado. Aquí no existen dineros dolarizados, no existen fugas de
capital, no existen inversiones en distritos vecinos ni lujos innecesarios. Se
apuesta ciento por ciento a El Perdido y al Partido de Coronel Dorrego, se
aprovechan ciertas ventajas estratégicas, no se hace un abuso de ellas.
Mencioné renglones atrás que visto lo
cíclico del trabajo la empresa pensó una actividad secundaria, una actividad
complementaria que no quite demasiado
tiempo cuando los picos de la cosecha fina se hacen sentir, hablo de diciembre
y enero en donde no hay sábados ni domingos, y que no genere una carga administrativa
adicional.
Así pues la idea fue tomando cuerpo, las
inversiones se fueron haciendo de manera pausada. Desde hace seis meses estamos
desarrollando un proyecto forrajero que incluye la producción de alimento
balanceado para animales de corral. Este emprendimiento ya ha generado puestos
de trabajo temporarios en el pueblo por fuera del valor agregado que implicó el
acondicionamiento del galpón alquilado.
Estamos hablando desde la instalación de la trifásica hasta la
adquisición y reacondicionamiento mecánico de máquinas y herramientas para
llevar a cabo con éxito el emprendimiento. No estamos en condiciones de
invertir en maquinaria nueva de modo que todo aquello usado, en buenas condiciones
o susceptible de ser reparado se transforma en bien de capital a partir del
valor agregado que le otorga un vecino, llámese electricista, soldador, tornero
o carpintero: Desde un silo chico, pasando por un carro de silo, balanzas, cosedoras
de bolsas, garrafas, zarandeadora para 2000 kilos, un acoplado, un sinfín,
motores de 12 HP y de 3 HP etc, todo esto por fuera de los insumos propiamente
dichos para elaborar el alimento: Soja, Maíz, Girasol, Cebada, harina de carne,
conchilla, núcleo, sal, promotores químicos, metionina, coccidisotático, etc..
Como se puede observar se mueven varios
rubros al mismo tiempo y el 80% de las operaciones se realizaron dentro del distrito, el 20% restante en Tres
Arroyos y Bahía Blanca simplemente porque aquí no se consigue. Justamente lo
que más sorprende en el Pago es la heterogeneidad de los recursos con los
cuales estamos trabajando a favor del emprendimiento. El mes entrante estamos haciendo nuestra
primera entrega luego de haber pasado por todos los análisis exigidos.
Quiero destacar lo siguiente que me parece
muy importante. Es una Pyme y como tal se maneja. Mucho optimismo, coraje y
escasa colaboración municipal. Y no hablo de guita, porque bueno es reconocer
que existen programas para
microemprendimientos, hablo de tener la seguridad de un compromiso político
estatal para que los productores que le agregan valor local encuentren canales
de comercialización en los distritos vecinos. Uno aspira a que el municipio
potencie las actividades productivas y que dentro de su estrategia incluya como
política de estado el intercambio comercial en la región creando entre todos
los distritos un flujo virtuoso de bienes y servicios.
Los dueños de la empresa y sus familias no
son kirchneristas. Diría que no se bancan mucho a Cristina. De todas formas
saben cuál es mi posición al respecto. Soy demasiado público en la zona y en
oportunidades mis comentarios y notas de opinión son colgados en medios
locales. No hablamos de política, y no fuerzo la situación porque es lo de
menos. Creo sin temor a equivocarme que no importa, porque en la praxis, desde
este pequeño punto del sudoeste de la Provincia de Buenos Aires, se comprendió
a la perfección de qué se trata agregarle valor en origen a las materias primas
y lo beneficioso que tiene este modelo en las comunidades pequeñas. ¿Cuánto puede
demorar para que la actividad primaria y la secundaria troquen sus roles dentro
de la Pyme? Para eso estamos trabajando...
Hace poco un entrañable amigo que trabaja
en el Ministerio de Economía (aclaro que no es funcionario político sino de
carrera, hace más de 20 años que está en la secretaría de agricultura,
ganadería y pesca como profesional, y trabajó con todos los hombres políticos
habidos y por haber que pasaron por ese despacho, tipos que sabían o que no sabían
un carajo del tema), necesitaba un recurso en una oficina de control interno
que estaban por abrir en Bahía Blanca. La tarea era la misma: auditoría
interna, detección de circuitos ineficientes y prolijidad administrativa. Me
aseguraba ingreso a planta permanente y el sueldo era tres veces más por sobre
el que gano en la Pyme. Rechace la oferta. No tengo dudas sobre la existencia
de cuestiones que largamente superan lo meramente económico. Un buen clima de
laburo, ciertas libertades de acción, no volver a “urbanizarme”, la observancia
tangible sobre el impacto que tiene la tarea de uno en la comunidad, el no ser
considerado un recurso ni sentirse como tal, el ver como ante la adversidad la
trinchera se llena de prohombres y de villanos que bailan y se dan la mano
disparando sus armas cargadas de confianzas y optimismos. Sé que mi laburo se
cotiza y mucho en el mercado. Si a las virtudes operativas le agregamos un
natural condimento ético que me ufano de poseer el cóctel resulta bastante
atractivo cuando de números se trata. Pero que va. Dentro de mi sobre/recibo de
sueldo mensual viene algo intangible que lo hace mucho más gordo de lo que
parece: Cierta mueca de felicidad que por suerte no tiene que tributar
ganancias, aunque en mi caso les juro que las pagaría con gusto.
Campos de Cebada - Sting
No creo que Fernanda Vallejos sea la mejor carta para defender las políticas económicas del gobierno, si cuando aparece en la televisión da la impresión cabal de ser un "panfleto ambulante", hablando y hablando sin parar, repitiendo las mismas consignas como militante trotskista, y siendo paseada olímpicamente por Bulat en el debate de 678.
ResponderEliminarVi el debate; no me pareció un "paseo" precisamente, todo lo contrario, pero son apreciaciones subjetivas. Volviendo al tema Gustavo, yo creo que es el camino correcto. Yo siempre digo que no es necesario que se "vuelvan Kirchneristas" nuestros modestos capitalistas de campaña, al igual que los pequeños o medianos productores (los que quedan), sino que usen el razonamiento pragmático. Nada mas (y nada menos)
ResponderEliminarY cuando uno compara esas modestas realizaciones, casi artesanales, no puede menos que pensar que nuestra República está sembrada de miles de esos pequeños lugares que la macro economía ignora, y a veces desprecia. 10 puestos de trabajo estable en El Perdido, 20 puestos de trabajo estable en Oriente, otros tantos en Copetonas, 20 en Orense, 5 en Mayol 10 en Indio Rico son 85 familias que van a eliminar de sus perspectivas la emigración a grandes ciudades. ¿es tan dificil de entender esto y su proyección a los miles de pueblitos desparramados por la geografía Argentina? Lugares que desaparecieron al desparecer los chacareros a los que servían como centros de servicios.
ResponderEliminarIncluso Antonio, si ves en las redes sociales del palo, tampoco nosotros figuramos en la agenda como argumento y ejemplo contracíclico para el debate contemporáneo. No se sospecha siquiera la pelea que le damos a la invisibilización social. Alguna vez escribí que nosotros sabemos lo que pasa acá y allá, ellos solamente lo que pasa allá. Digamos que nuestro conocimiento es más completo sobre el país real. Ayer un amigo camionero, adherente al paro de hoy, me decía muy suelto de cuerpo que en el año 2003 estaba en negro y lo llamaban solamente cuando tenía carga. Dos años después la empresa que lo tenía en esas condiciones adquirió 20 rodados y lo formalizó. Hoy el tipo está arriba de las 22 lucas mensuales con todos los beneficios y su salario no sufre ningún impacto si el camión se para. Incluso coincidió conmigo cuando le mencioné que nada le debe al gremio de Moyano ya que esta misma conducción gremial existía en sus tiempos de penuria noventista. Vale decir fue beneficiado por decisión política de un proyecto inclusivo. Hoy el tipo hace huelga un poco por ganancias y otro poco por cagazo, temor que comparte con el propietario del rodado. Hace dos años el tipo sacó un 0KM y el rancho que tenía lo transformó en una vivienda dignísima, modesta, sencilla, pero totalmente equipada. Realizó su conexión de gas a la red y sus pibes no tienen que hacer 40Km para ir al colegio. Cuando le dije “ discúlpame negro, te estás haciendo un paro a vos mismo”, se dio media vuelta y me dijo, como buen K sos un fanático.
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