FAUNEN: Básicamente antiperonistas y antikirchneristas. Sobre ideas fuerza y política concreta se sabe poco, más bien nada
Faunen, el carro y el caballo
por Francisco Balázs para Miradas al Sur
El acto
de presentación en sociedad que hace un par de semanas dio por lanzado al
Frente Amplio-UNEN dejó al descubierto las enormes dificultades que enfrenta el
variopinto conglomerado de fuerzas políticas que componen la nueva alianza para
lograr una propuesta política consistente y con representaciones claras. El
acuerdo frentista tuvo la impronta de la urgencia que les impone no continuar
perdiendo espacio y tiempo frente a los ya lanzados precandidatos
presidenciales con vistas a 2015. Tanto Sergio Massa con el Frente Renovador,
como Mauricio Macri con el PRO –aunque ninguno de los dos logró incrementar la
base electoral obtenida en las últimas elecciones de octubre ni recibieron en
sus filas las pronosticadas deserciones y fugas que se producirían desde el
Frente para la Victoria– son dos de los tres claros presidenciales que se
encuentran en franca campaña electoral con la mira puesta en 2015. En cuanto al
tercero, Daniel Scioli (quien tal vez disponga de mayores posibilidades de
llegar a la presidencia) no está claro, a ciencia cierta, si lo será
representando o no al kirchnerismo. Esto obedece a que Scioli no dio explícitas
muestras de querer ser el candidato continuador del proyecto iniciado en 2003,
y tampoco desde el kirchnerismo se dieron muestras de que Scioli será su
sucesor. El Frente para la Victoria no definirá, por ahora, sino bastante más adelante,
quien será el que mejor lo represente y continúe su legado político. O el que
más convenga para un triunfo electoral, lo que, claramente, no significa lo
mismo. Volviendo al Faunen, en lo que a candidaturas se refiere, presentaron a
cinco presidenciables: dos por la Unión Cívica Radical, Ernesto Sanz y Julio
Cobos; uno por el socialismo, Hermes Binner, y Elisa Carrió y Fernando Pino
Solanas, ambos en representación de los retazos de la Coalición Cívica y
Proyecto Sur, respectivamente. Las posiciones de mayor cercanía y confianza se
dan entre los representantes del radicalismo y del socialismo. Para ambos,
tanto Carrió como Solanas son personajes incómodos, incontinentes, proclives a
los escándalos mediáticos y a las extravagancias ideológicas. Desconfían de
ambos, y están a la espera de que, más temprano que tarde, den el portazo, tal
como lo hicieron en cada uno de sus anteriores intentos de construcciones
políticas o, en el mejor de los casos, simplemente electoralistas. En el caso
de Carrió, será solo cuestión de tiempo para que se embarque en otra aventura,
esta vez con el PRO que, sin dudas, es la fuerza de la que se encuentra más
cerca ideológicamente. A Carrió la acompañarán otros dirigentes del radicalismo
que, al menos desde 2009, vienen bregando por acordar con el macrismo. Ahí está
el cordobés Oscar Aguad, por ejemplo: uno de los principales e indisimulados
impulsores de un acuerdo entre la UCR y el PRO. El otro elemento que recae en
favor de la consolidación del bloque radical-socialista, y su primacía respecto
de las otras fuerzas que componen el Faunen, es el llamado peso territorial.
Allí, el radicalismo ofrece su carta más fuerte, hace pata ancha y se anima a
aventurar que eso incidirá en que el Faunen lleve a uno de los suyos, Cobos o
Sanz, como candidato a la presidencia. En este punto, el conteo de porotos es
ampliamente favorable al radicalismo. Mientars el socialismo exhibe su mayor y
casi única fuerza territorial en la provincia de Santa Fe, gobernada por
Antonio Bonfatti, la UCR dispone de casi 600 intendencias en todo el país.
Cuenta a su favor, además, que en las elecciones legislativas de octubre último
se impuso en Mendoza, con Julio Cobos, y tuvo un buen desempeño en provincias
como Córdoba, Catamarca, Jujuy Tucumán y Santa Cruz. A eso hay que agregar que
también en 2013 la UCR ganó la gobernación de Corrientes con Ricardo Colombi.
En la provincia de Buenos Aires, aunque muy debajo de cualquiera de los
candidatos que lleve el Frente Renovador o el kirchnerismo, la UCR dispone de
un electorado fiel que le aportará una cantidad de votos nada despreciable.
Algo parecido sucederá en la Ciudad de Buenos Aires, sin Mauricio Macri en la
competencia electoral. Cotejando estos datos con cualquiera de los de las otras
fuerzas que componen el Faunen, no es difícil suponer que el candidato
presidencial surgirá de la terna entre Cobos, quien mas ha crecido en lso
últimos meses en intención de votos, Sanz y Binner. La conformación de un frente político a partir
de la suma de diferentes fuerzas y agrupaciones debería ser la conclusión de un
trabajo arduo y complejo en donde previamente se hayan tramitado y acordado
posiciones definidas, puntos de acuerdo claros y ejes programáticos y de
gobierno, ya que en definitiva lo que se persigue es, justamente, llegar a
gobernar los destinos del país. Nada de esto quedó claro en la presentación de
Faunen, más allá de los consabidos lugares comunes que surgieron del documento
leído por Luis Brandoni en el acto del teatro Broadway. Falta mucho más para
pretender llegar a la presidencia de la nación que la mera expresión de buenas
intenciones, y la declamación de que el kirchnerismo es el mal que azota al
país y al que hay que derrotar de cualquier manera. Falta explicar el cómo en
cada una de esas buenas intenciones. Explicar cómo se combate el trabajo
informal, cómo se reduce la inflación, cómo se combate la inseguridad, cómo se
“libera” al sector agroexportador, cómo se reduce el peso impositivo, cómo se
logra el aumento de las inversiones. Además, y fundamental, que se explique
cuál es el costo de cada una de esas propuestas y sobre quiénes recaerá para
que esos objetivos puedan cumplirse. Esquivar estas respuestas puede alcanzar para
un triunfo en las elecciones de medio término, como en octubre pasado.
Continuar esquivándolas, deja al Faunen en la antesala de una trampa para sus
eventuales votantes. El otro aspecto que debiera considerarse al momento de la
presentación de un frente o alianza política es sobre quién recaerá el
liderazgo de ese frente o, en su defecto, quiénes serán los portadores capaces
de trasmitir las propuestas superadoras que ostenten en representación de las
diferentes fuerzas políticas que allí se dan lugar. Del quinteto de voces de
los presidenciables de Faunen es imposible rescatar una definición o una
propuesta que salga de la vaguedad del formato televisivo en el que se
desempeñan habitualmente. El carro por delante del caballo sintetiza el apuro y
la debilidad con que nace esta nueva alianza de partidos con tradición
progresista y presente conservador. Hasta ahora, el principal objetivo del
Faunen fue conformar un frente esencialmente antiperonista-antikirchnerista que
le dispute a Mauricio Macri ese electorado sobre el que el líder del PRO venía
jugando en solitario todas sus cartas para convertirse en una codiciable prenda
de negociación en una segunda vuelta. En los meses por venir, hasta llegar al
año próximo, a Faunen le queda por esperar continuos reagrupamientos,
deserciones, renuncias y, también, alguna que otra traición. Como antecedente,
por ahora solo cuentan las incontables e indisimulables contradicciones y las
patéticas y groseras descalificaciones que se prodigaron los cinco candidatos
entre sí durante los últimos años; suficientes como para que esta nueva
aventura frentista no pueda ser tomada en cuenta seriamente. De este tipo de
experiencias se conocen solo resultados traumáticos.
Y ESE ANTIKIRCHNERISMO ACASO DE DEBA A....
por Julián Blejman
Fue más que una inauguración de una planta fabril, porque incluía la
producción de una marca emblema de la industrialización argentina, como
lo fue la firma Siam, fundada en 1911 por el industrial Torcuato Di
Tella y que en su etapa de esplendor supo emplear a más de 10.000
trabajadores, antes de su quiebra en 1996. Allí estuvo Miradas al Sur,
un día antes del primero de mayo, en donde con la presencia de la
presidenta Cristina Kirchner, el gobernador de la Provincia de Buenos
Aire, Daniel Scioli; los ministros de Economía, Axel Kicillof, y de
Trabajo, Carlos Tomada, y el presidente del Grupo Newsan que produce las
heladeras Siam, Rubén Chernajovsky, quedó formalmente reinaugurada la
planta de producción en Avellaneda, tras una inversión de 35 millones de
dólares por parte de este Grupo, que produce y comercializa también las
marcas Noblex, Philco, Sanyo y Atma.
En sus resplandecientes instalaciones, se podía observar el armado y algunas de las heladeras terminadas de los catorce modelos que comenzó a fabricar la empresa, junto a un espacio en donde se exhibían productos icónicos que más que de Siam, lo son ya de la industria nacional, como la heladera con manija de bochín, la motoneta Siambretta, y, a pocos metros, el automóvil Siam Di Tella 1.500.
“Esta fábrica estaba en ruinas, como estaba en ruinas la Argentina en el año 2003, y hoy estamos abriendo y recuperando un lugar nuevamente”, dijo la Presidenta en el inicio de su discurso, rodeada de empleados y militantes que portaban bombos y banderas de Siam, la Unión Obrera Metalúrgica y de diferentes agrupaciones kirchneristas. En este sentido, remarcó que “no fueron etapas de inestabilidad las que llevaron a la desindustrialización de la Argentina, fueron decisiones políticas claras y concretas de convertirnos en un sector productor de bienes primarios sin mucho valor agregado, o únicamente de servicios. Por eso sobraban argentinos”.
En efecto, de acuerdo con datos cruzados del Indec y el Ministerio de Trabajo, desde el 2003 a esta parte se estima que creció en más de medio millón la cantidad de empleos relativos a la industria, lo cual representa alrededor de la tercera parte del total, que en la actualidad totalizan un millón quinientos mil puestos de trabajo industriales. Con todo, diversos especialistas hacen referencia a una “reindustrialización acotada”, ya que la industria continúa siendo fuertemente dependiente de insumos extranjeros para su producción final.
En este sentido, según afirmó en su discurso Chernajovsky, “la compañía se encuentra fabricando heladeras de última generación con un proceso completo e integrado utilizando más del 50% de insumos nacionales”, al tiempo que resaltó la importancia del “trabajo conjunto de Gobierno, gremios y empresarios para crear las condiciones para ser competitivos, lo cual podremos lograr si no anteponemos los intereses de cada parte a los del conjunto”.
Haciendo referencia a estas palabras, la Presidenta afirmó luego que “cuando él llama a la concordia entre capital y trabajo, entre las distintas actividades, esto sólo se puede dar en el marco de un proyecto, como ustedes dicen, nacional, popular y democrático”, mientras que haciendo referencia al rol de los empresarios, afirmó que “muchas veces se dice que entre los trabajadores argentinos no hay tanta productividad, pero ésta no está sólo vinculada al esfuerzo del trabajador, sino fundamentalmente a la inversión en tecnología y desarrollo que hagan nuestros empresarios, porque si vos tenés una planta obsoleta, si no invertís en innovación, en desarrollo o en tecnología, podés tener los mejores obreros del mundo pero no vas a tener mayor productividad. Esto también hay que discutirlo y decirlo con todas las letras”.
Por eso, tanto Kirchner como Chernajovsky coincidieron en resaltar la figura de Di Tella, que según este último “ejemplificaba todo lo que un empresario exitoso debe tener: austeridad, ahorro para la inversión, disposición para innovar, positivo para la incertidumbre y los riesgos y, especialmente, sólidos principios éticos”.
En sus resplandecientes instalaciones, se podía observar el armado y algunas de las heladeras terminadas de los catorce modelos que comenzó a fabricar la empresa, junto a un espacio en donde se exhibían productos icónicos que más que de Siam, lo son ya de la industria nacional, como la heladera con manija de bochín, la motoneta Siambretta, y, a pocos metros, el automóvil Siam Di Tella 1.500.
“Esta fábrica estaba en ruinas, como estaba en ruinas la Argentina en el año 2003, y hoy estamos abriendo y recuperando un lugar nuevamente”, dijo la Presidenta en el inicio de su discurso, rodeada de empleados y militantes que portaban bombos y banderas de Siam, la Unión Obrera Metalúrgica y de diferentes agrupaciones kirchneristas. En este sentido, remarcó que “no fueron etapas de inestabilidad las que llevaron a la desindustrialización de la Argentina, fueron decisiones políticas claras y concretas de convertirnos en un sector productor de bienes primarios sin mucho valor agregado, o únicamente de servicios. Por eso sobraban argentinos”.
En efecto, de acuerdo con datos cruzados del Indec y el Ministerio de Trabajo, desde el 2003 a esta parte se estima que creció en más de medio millón la cantidad de empleos relativos a la industria, lo cual representa alrededor de la tercera parte del total, que en la actualidad totalizan un millón quinientos mil puestos de trabajo industriales. Con todo, diversos especialistas hacen referencia a una “reindustrialización acotada”, ya que la industria continúa siendo fuertemente dependiente de insumos extranjeros para su producción final.
En este sentido, según afirmó en su discurso Chernajovsky, “la compañía se encuentra fabricando heladeras de última generación con un proceso completo e integrado utilizando más del 50% de insumos nacionales”, al tiempo que resaltó la importancia del “trabajo conjunto de Gobierno, gremios y empresarios para crear las condiciones para ser competitivos, lo cual podremos lograr si no anteponemos los intereses de cada parte a los del conjunto”.
Haciendo referencia a estas palabras, la Presidenta afirmó luego que “cuando él llama a la concordia entre capital y trabajo, entre las distintas actividades, esto sólo se puede dar en el marco de un proyecto, como ustedes dicen, nacional, popular y democrático”, mientras que haciendo referencia al rol de los empresarios, afirmó que “muchas veces se dice que entre los trabajadores argentinos no hay tanta productividad, pero ésta no está sólo vinculada al esfuerzo del trabajador, sino fundamentalmente a la inversión en tecnología y desarrollo que hagan nuestros empresarios, porque si vos tenés una planta obsoleta, si no invertís en innovación, en desarrollo o en tecnología, podés tener los mejores obreros del mundo pero no vas a tener mayor productividad. Esto también hay que discutirlo y decirlo con todas las letras”.
Por eso, tanto Kirchner como Chernajovsky coincidieron en resaltar la figura de Di Tella, que según este último “ejemplificaba todo lo que un empresario exitoso debe tener: austeridad, ahorro para la inversión, disposición para innovar, positivo para la incertidumbre y los riesgos y, especialmente, sólidos principios éticos”.
O A ESTO....
por Mario Rapaport
Los gobiernos kirchneristas representaron un cambio con respecto a las
políticas económicas predominantes que condujeron a la crisis de 2001.
Algunas cuestiones resultan esenciales para explicar esos cambios: 1) la
intención de salir del esquema de valorización financiera y predominio
de las ideas neoliberales instalado por la dictadura militar y ampliado
en los años ’90. El desendeudamiento fue un arma importante para ese
fin. 2) La presencia del Estado como protagonista de un nuevo esquema
productivo y de inclusión social. 3) El impulso a la reindustrialización
del país, basado en la ampliación del mercado interno y un aumento en
los niveles de inversión y de consumo. 3) La reducción del desempleo y
de los indicadores de pobreza e indigencia mediante una redistribución
de los ingresos hacia los sectores más necesitados. Para ello fue muy
importante la renacionalización del sistema jubilatorio y la ampliación
de sus beneficiarios. 4) La recuperación de activos estratégicos como
YPF o Aerolíneas Argentinas, privatizados escandalosamente. 5) La
intención de mantener un esquema macroeconómico controlado a través del
manejo de variables como el tipo de cambio administrado y la
implementación de políticas activas en sectores económicos. 6) Una
política de integración regional que puso el acento en la unidad de
acción con los países vecinos y la adopción de medidas comunes frente a
la crisis y la presión de las grandes potencias a fin de mantener
mayores márgenes de autonomía en el escenario internacional. El esquema
funcionó más virtuosamente en las primeras etapas, por el efecto mismo
de la rápida utilización de la capacidad instalada en la industria; el
aumento del precio de las commodities que implicó una significativa
mejora de los términos del intercambio; balanzas comerciales positivas y
superávits en el sector externo y el fiscal y un mayor nivel de
reservas internacionales. Durante varios años las tasas de crecimiento
alcanzaron niveles sin precedentes en nuestra historia económica.
Factores externos e internos contribuyeron a desacelerar este proceso.
Por un lado, la crisis económica que se desencadenó en 2007-2008,
impactando brutalmente en los países centrales, Estados Unidos y Europa
Occidental, poniendo en jaque los esquemas económicos predominantes
hasta entonces y produciendo la quiebra de grandes entidades financieras
y empresas trasnacionales que debieron recurrir al salvataje de sus
Estados. Aunque el país se había desligado en buena medida de los
movimientos de capital que produjeron esa crisis, fue afectado por la
caída de la actividad económica y el comercio mundiales.
Fuente: Miradas al Sur
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