“En aquel húmedo dormitorio parisino, en 1823, nada hacía
presagiar la grandeza de su logro. Louis solamente sabía que era preciso
encontrar alguna forma para que él y las demás personas ciegas pudieran leer
con facilidad -así como es de sencillo para los videntes hacerlo y también
escribir al igual que ellos- para compartir el vasto conocimiento del mundo y
tomar parte en el engrandecimiento cultural”.
Sólo
seis puntos, y el brillante muchacho encontró la forma de combinarlos de sesenta
y tres maneras. Era algo verdaderamente extraordinario! Louis le comentó, muy
seriamente, que aún quedaban unos pequeños detalles por resolver. Sin dudarlo,
el director felicitó al joven alumno y lo exhortó a continuar sus experimentos.
Tomó
poco tiempo a los demás estudiantes aprender el sistema inventado por Louis y
les evitó el tipo de frustraciones que experimentaron con los puntos del
Capitán Barbier. El doctor Pignier, impresionado por el tremendo entusiasmo de
sus estudiantes y por la increíble velocidad de su progreso, adaptó las reglas
de Barbier a los puntos del nuevo sistema. Dividieron en dos más pequeñas las
grandes “ventanas” del gancho corredizo, de manera que cada ventana permitía
únicamente la colocación de seis puntos dentro de ella. Por primera vez, los
invidentes podían escribir, tomar notas, copiar sus pasajes preferidos, llevar
diarios, escribir historias, todas las cosas que una persona que tiene visión
da por hechas y que hasta ese momento habían permanecido fuera de su alcance. Sin
lugar a dudas, nacía una nueva época para los invidentes.
Ya
en 1847, los nuevos métodos de impresión adaptados al Braille fueron probados
en la escuela. En todas las esferas de la enseñanza, el Braille comenzaba a
desplegar sus cualidades; tales eran los logros que sus usuarios obtenían con
él.
Alrededor
de 1850, Louis sintió que las fuerzas le abandonaban definitivamente. Solicitó
su retiro de la enseñanza. En su lugar, el director le ofreció que permaneciera
en la Institución, y que eventualmente dictara algunas clases de piano. En
diciembre de 1851, Louis estaba muriendo. No cumplía aún los cuarenta y tres
años de edad. Coltat nos cuenta que tuvo una severa hemorragia interna la noche
del 4 de diciembre.
Louis
Braille agonizaba mientras en las calles de París se alzaban barricadas y se
luchaba en los bulevares. Una hemorragia interna mayor le confinó en cama el
poco tiempo de vida que le quedaba. De la misma forma tranquila, metódica y
reflexiva en la que condujo su vida, así mismo puso sus asuntos en orden,
dispuso que su madre recibiera un ingreso mensual proveniente de sus ahorros, y
que sus sobrinos recibieran el resto de su propiedad. Las pertenencias que
guardaba en la Institución, las legó a Coltat, quien las distribuyó entre los
alumnos de Louis, a manera de recordatorios.
Louis
murió el 6 de enero de 1852, dos días después de cumplir cuarenta y tres años.
No solamente le amaron y extrañaron quienes le conocían bien y recibieron los
beneficios de su naturaleza honesta, cariñosa e inteligente, sino también
muchos otros a quienes influenciara este maestro amable y cariñoso. Louis fue
enterrado en Coupvray. Su cuerpo regresó por la misma ruta que tomara treinta y
dos años antes cuando hizo su primer viaje a la Institución en la que
realizaría la obra de su vida.
Pero
el reconocimiento al trabajo de Louis Braille aún estaba por llegar. Durante
las tres décadas siguientes, su nombre alcanzó fama mundial, como el mayor
benefactor de los invidentes, el hombre cuyo trabajo marcaría el sendero por el
cual millones de no videntes entrarían en una nueva vida, pues podrían leer y
escribir, comunicarse, aprender y crear y ocupar su sitio en la sociedad como
seres humanos con educación y cultura.
Fuente:
http://www.portalplanetasedna.com.ar
Encontré en una página en inglés una reseña donde incluye que la enfermedad padecida por Braille, causándole la muerte tan joven, era tuberculosis, flagelo de la época, también que la ceguera se produjo por infección de la herida en un ojo del pequeño Louis, que se generalizó fácilmente al otro ojo. Hoy en día, a pesar de todo lo malo que queremos mejorar, sin duda, se han superado estas situaciones de desamparo en muchas comunidades.
ResponderEliminarGracias por el posteo. sds Julia