PIEZA 3: Migración, la pesadilla errante
Hablamos
antes de la existencia de nuevos territorios, al final de la III Guerra
Mundial, que esperaban ser conquistados (los antiguos países socialistas), y de
otros que debían ser reconquistados por el "nuevo orden mundial".
Para lograrlo, los centros financieros llevan adelante una triple estrategia
criminal y brutal: proliferan las "guerras regionales" y los
"conflictos internos", los capitales siguen rutas de acumulación
atípica, y se movilizan grandes masas de trabajadores.
El
resultado de esta guerra mundial de conquista es una gran rueda de millones de
migrantes en todo el mundo. "Extranjeros" en el mundo "sin
fronteras" que prometieron los vencedores de la III Guerra Mundial,
millones de personas padecen la persecución xenófoba, la precarización laboral,
la pérdida de identidad cultural, la represión policíaca, el hambre, la cárcel
y la muerte "Del Río Grande americano al espacio Schengen
"europeo", se confirma una doble tendencia contradictoria: por un
lado las fronteras se cierran oficialmente a las migraciones de trabajo, por
otro, ramas enteras de la economía oscilan entre la inestabilidad y la
flexibilidad, que son los medios más seguros para atraer la mano de obra
extranjera" (Alain Morice. Op.Cit.). Con nombres distintos, bajo una
diferenciación jurídica, compartiendo una igualdad miserable, los migrantes o
refugiados o desplazados de todo el mundo son "extranjeros" tolerados
o rechazados. La pesadilla de la migración, cualquiera que sea la causa que la
provoque, sigue rodando y creciendo sobre la superficie planetaria. El número
de personas que estarían en el ámbito de competencia del Alto Comisionado de
las Naciones Unidas para Refugiados (ACNUR) ha crecido desproporcionadamente
algo más de 2 millones en 1975, a más de 27 millones en 1995.
Destruidas
las fronteras nacionales (para las mercancías), el mercado globalizado organiza
la economía mundial: la investigación y el diseño de bienes y servicios, así
como su circulación y consumo, son pensados en términos intercontinentales.
Para cada parte del proceso capitalista, el "nuevo orden mundial"
organiza el flujo de fuerza de trabajo, especializada y no, hacia donde lo
necesita. Lejos de sujetarse a la "libre concurrencia" tan cacareada
por el neoliberalismo, los mercados de empleo están cada vez más determinados
por los flujos migratorios. Tratándose de trabajadores especializados, aunque
poco en comparación con la migración mundial, este "traspaso de
cerebros" representa mucho en términos de poder económico y de
conocimientos. Pero, sea de fuerza de trabajo calificada, sea de simple mano de
obra, la política migratoria del neoliberalismo está más orientada a desestabilizar
el mercado mundial de trabajo que a frenar la inmigración. La IV Guerra
Mundial, con su proceso de destrucción / despoblamiento y reconstrucción /
reordenamiento, provoca el desplazamiento de millones de personas. Su destino
será el seguir errantes, con su pesadilla a cuestas, y ofrecer a los
trabajadores con empleo en las distintas naciones una amenaza a su estabilidad
laboral, un enemigo para suplir la imagen del patrón, y un pretexto para darle
sentido a la sinrazón racista que el neoliberalismo promueve.
PIEZA 4: Mundialización financiera y globalización de la
corrupción y el crimen
Los
medios masivos de comunicación nos regalan una imagen de los dirigentes de la
delincuencia mundial: hombres y mujeres vulgares, vestidos estrafalariamente,
viviendo en mansiones ridículas o tras los barrotes de una cárcel. Pero esa
imagen oculta más de lo que muestra: ni los verdaderos jefes de las mafias
modernas, ni su organización, ni sus influencias reales en los terrenos
económicos y políticos son divulgados públicamente. Su usted piensa que el
mundo de la delincuencia es sinónimo de ultratumba y oscuridad, está
equivocado. Durante el período de la llamada "Guerra Fría", el crimen
organizado fue adquiriendo una imagen más respetable y no sólo empezó a funcionar
como cualquier empresa moderna, también fue penetrando profundamente en los
sistemas políticos y económicos de los Estados nacionales. Con el inicio de la
IV Guerra Mundial, la implantación del "nuevo orden mundial", y su
consiguiente apertura de mercados, privatizaciones, la desregulación del
comercio y las finanzas internacionales, el crimen organizado
"globalizó" sus actividades.
"Según
la ONU, los ingresos mundiales anuales de las organizaciones criminales
transnacionales (OCT) son del orden de 1000 miles de millones de dólares, un
monto equivalente al PNB combinado de países de ingreso débil (según la
categorización de la banca mundial) y de sus 3 mil millones de habitantes. Esta
estimación toma en cuenta tanto el producto del tráfico de droga, las ventas ilícitas
de armas, el contrabando de materiales nucleares, etc., y las ganancias de las
actividades controladas por las mafias (prostitución, juego, mercado negro de
divisas...). En cambio, no mide la importancia de las inversiones continuamente
realizadas por las organizaciones criminales dentro de la esfera de control de
negocios legítimos, ni tampoco la dominación que ellas ejercen sobre los medios
de producción dentro de numerosos sectores de la economía legal" (Michel
Chossudovsky, "La Corruption mondialisée" en "Géopolitique du
Chaos". Op. Cit.).
Las
organizaciones criminales de los 5 continentes han hecho suyo el "espíritu
de cooperación mundial" y, asociadas, participan en la conquista y
reordenamiento de los nuevos mercados. Pero no sólo en actividades criminales,
también participan en negocios legales. El crimen organizado invierte en
negocios legítimos no sólo para "blanquear" el dinero sucio, también
para hacerse de capital para sus actividades ilegales. Las empresas preferidas
para esto son las inmobiliarias de lujo, la industria del ocio, los medios de
comunicación, la industria, la agricultura, los servicios públicos y... ¡la
banca! ¿Alí Babá y los 40 banqueros? No, algo peor. El dinero sucio del crimen
organizado es utilizado por los bancos comerciales para sus actividades:
préstamos, inversiones en los mercados financieros, compra de bonos de deuda
externa, compra y venta de oro y divisas. "En muchos países, las
organizaciones criminales se han convertido en los acreedores del Estados y ejercen,
por su acción sobre los mercados, una influencia sobre la política
macroeconómica de los gobiernos. Sobre las bolsas de valores, ellas invierten
igualmente en los mercados especulativos de productos derivados y de materias
primas" (M. Chossudovsky, Op. Cit.).
Por
si fuera poco, el crimen organizado cuenta con los llamados paraísos fiscales.
En todo el mundo hay, cuando menos, 55 paraísos fiscales (uno de ellos, en las
Islas Caimán, tiene el quinto lugar mundial como centro bancario y tiene más
bancos y sociedades registradas que habitantes). Las Bahamas, las islas
Vírgenes británicas, las Bermudas, San Martin, Vanuatu, las islas Cook, la isla
Mauricio, Luxemburgo, Suiza, las islas Anglo-Normandas, Dublín, Mónaco,
Gibraltar, Malta, son buenos lugares para que el crimen organizado se relacione
con las grandes firmas financieras del mundo. Además de "blanqueo" de
dinero sucio, los paraísos fiscales son usados para evadir impuestos, de aquí
que sean un punto de contacto entre gobernantes, empresarios y capos del crimen
organizado. La alta tecnología, aplicada a las finanzas, permite la circulación
rápida del dinero y la desaparición de ganancias ilegales. "Los negocios
legales e ilegales están cada vez más imbricados, introducen un cambio
fundamental en las estructuras del capitalismo de la posguerra. Las mafias
invierten en negocios legales e, inversamente, ellas canalizan recursos
financieros hacia la economía criminal, a través del control de bancos o de
empresas comerciales implicadas en el blanqueo de dinero sucio o que tiene
relaciones con las organizaciones criminales. Los bancos pretenden que las
transacciones son efectuadas de buena fe y que sus dirigentes ignoran el origen
de los fondos depositados. La consigna de no preguntar nada, el secreto
bancario y el anonimato de las transacciones, todo está garantizando los
intereses del crimen organizado, protegen a la institución bancaria de
investigaciones públicas y de inculpaciones. No solamente los grandes bancos
aceptan blanquear dinero, en vista de sus pesadas comisiones, sino que también
concesionan créditos a tasas de interés elevadas a las mafias, en detrimento de
las inversiones productivas industriales o agrícolas" (M. Chossudovsky,
Op. Cit.).
La
crisis de la deuda mundial, en los 80´s, provocó que el precio de las materias
primas se fuera para abajo. Esto hizo que los países subdesarrollados vieran
reducidos drásticamente sus ingresos. Las medidas económicas dictadas por el
Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, supuestamente para
"recuperar" la economía de estos países, sólo agudizaron las crisis
de los negocios legales. En consecuencia, la economía ilegal se ha desarrollado
para llenar el vacío dejado por la caída de los mercados nacionales. De acuerdo
con un informe de las Naciones Unidas, "la intrusión de los sindicatos del
crimen a sido facilitada por los programas de ajuste estructural que los países
endeudados han sido obligados a aceptar para tener acceso a los préstamos del
Fondo Monetario Internacional" (United Nations. "La Globalization du
crime" New York, 1995).
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