LAS SIETE PIEZAS DEL ROMPECABEZAS MUNDIAL por el SUBCOMANDANTE MARCOS - 3ra y 4ta PIEZA





PIEZA 3: Migración, la pesadilla errante

Hablamos antes de la existencia de nuevos territorios, al final de la III Guerra Mundial, que esperaban ser conquistados (los antiguos países socialistas), y de otros que debían ser reconquistados por el "nuevo orden mundial". Para lograrlo, los centros financieros llevan adelante una triple estrategia criminal y brutal: proliferan las "guerras regionales" y los "conflictos internos", los capitales siguen rutas de acumulación atípica, y se movilizan grandes masas de trabajadores.

El resultado de esta guerra mundial de conquista es una gran rueda de millones de migrantes en todo el mundo. "Extranjeros" en el mundo "sin fronteras" que prometieron los vencedores de la III Guerra Mundial, millones de personas padecen la persecución xenófoba, la precarización laboral, la pérdida de identidad cultural, la represión policíaca, el hambre, la cárcel y la muerte "Del Río Grande americano al espacio Schengen "europeo", se confirma una doble tendencia contradictoria: por un lado las fronteras se cierran oficialmente a las migraciones de trabajo, por otro, ramas enteras de la economía oscilan entre la inestabilidad y la flexibilidad, que son los medios más seguros para atraer la mano de obra extranjera" (Alain Morice. Op.Cit.). Con nombres distintos, bajo una diferenciación jurídica, compartiendo una igualdad miserable, los migrantes o refugiados o desplazados de todo el mundo son "extranjeros" tolerados o rechazados. La pesadilla de la migración, cualquiera que sea la causa que la provoque, sigue rodando y creciendo sobre la superficie planetaria. El número de personas que estarían en el ámbito de competencia del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para Refugiados (ACNUR) ha crecido desproporcionadamente algo más de 2 millones en 1975, a más de 27 millones en 1995.

Destruidas las fronteras nacionales (para las mercancías), el mercado globalizado organiza la economía mundial: la investigación y el diseño de bienes y servicios, así como su circulación y consumo, son pensados en términos intercontinentales. Para cada parte del proceso capitalista, el "nuevo orden mundial" organiza el flujo de fuerza de trabajo, especializada y no, hacia donde lo necesita. Lejos de sujetarse a la "libre concurrencia" tan cacareada por el neoliberalismo, los mercados de empleo están cada vez más determinados por los flujos migratorios. Tratándose de trabajadores especializados, aunque poco en comparación con la migración mundial, este "traspaso de cerebros" representa mucho en términos de poder económico y de conocimientos. Pero, sea de fuerza de trabajo calificada, sea de simple mano de obra, la política migratoria del neoliberalismo está más orientada a desestabilizar el mercado mundial de trabajo que a frenar la inmigración. La IV Guerra Mundial, con su proceso de destrucción / despoblamiento y reconstrucción / reordenamiento, provoca el desplazamiento de millones de personas. Su destino será el seguir errantes, con su pesadilla a cuestas, y ofrecer a los trabajadores con empleo en las distintas naciones una amenaza a su estabilidad laboral, un enemigo para suplir la imagen del patrón, y un pretexto para darle sentido a la sinrazón racista que el neoliberalismo promueve.

PIEZA 4: Mundialización financiera y globalización de la corrupción y el crimen

Los medios masivos de comunicación nos regalan una imagen de los dirigentes de la delincuencia mundial: hombres y mujeres vulgares, vestidos estrafalariamente, viviendo en mansiones ridículas o tras los barrotes de una cárcel. Pero esa imagen oculta más de lo que muestra: ni los verdaderos jefes de las mafias modernas, ni su organización, ni sus influencias reales en los terrenos económicos y políticos son divulgados públicamente. Su usted piensa que el mundo de la delincuencia es sinónimo de ultratumba y oscuridad, está equivocado. Durante el período de la llamada "Guerra Fría", el crimen organizado fue adquiriendo una imagen más respetable y no sólo empezó a funcionar como cualquier empresa moderna, también fue penetrando profundamente en los sistemas políticos y económicos de los Estados nacionales. Con el inicio de la IV Guerra Mundial, la implantación del "nuevo orden mundial", y su consiguiente apertura de mercados, privatizaciones, la desregulación del comercio y las finanzas internacionales, el crimen organizado "globalizó" sus actividades.

"Según la ONU, los ingresos mundiales anuales de las organizaciones criminales transnacionales (OCT) son del orden de 1000 miles de millones de dólares, un monto equivalente al PNB combinado de países de ingreso débil (según la categorización de la banca mundial) y de sus 3 mil millones de habitantes. Esta estimación toma en cuenta tanto el producto del tráfico de droga, las ventas ilícitas de armas, el contrabando de materiales nucleares, etc., y las ganancias de las actividades controladas por las mafias (prostitución, juego, mercado negro de divisas...). En cambio, no mide la importancia de las inversiones continuamente realizadas por las organizaciones criminales dentro de la esfera de control de negocios legítimos, ni tampoco la dominación que ellas ejercen sobre los medios de producción dentro de numerosos sectores de la economía legal" (Michel Chossudovsky, "La Corruption mondialisée" en "Géopolitique du Chaos". Op. Cit.).

Las organizaciones criminales de los 5 continentes han hecho suyo el "espíritu de cooperación mundial" y, asociadas, participan en la conquista y reordenamiento de los nuevos mercados. Pero no sólo en actividades criminales, también participan en negocios legales. El crimen organizado invierte en negocios legítimos no sólo para "blanquear" el dinero sucio, también para hacerse de capital para sus actividades ilegales. Las empresas preferidas para esto son las inmobiliarias de lujo, la industria del ocio, los medios de comunicación, la industria, la agricultura, los servicios públicos y... ¡la banca! ¿Alí Babá y los 40 banqueros? No, algo peor. El dinero sucio del crimen organizado es utilizado por los bancos comerciales para sus actividades: préstamos, inversiones en los mercados financieros, compra de bonos de deuda externa, compra y venta de oro y divisas. "En muchos países, las organizaciones criminales se han convertido en los acreedores del Estados y ejercen, por su acción sobre los mercados, una influencia sobre la política macroeconómica de los gobiernos. Sobre las bolsas de valores, ellas invierten igualmente en los mercados especulativos de productos derivados y de materias primas" (M. Chossudovsky, Op. Cit.).

Por si fuera poco, el crimen organizado cuenta con los llamados paraísos fiscales. En todo el mundo hay, cuando menos, 55 paraísos fiscales (uno de ellos, en las Islas Caimán, tiene el quinto lugar mundial como centro bancario y tiene más bancos y sociedades registradas que habitantes). Las Bahamas, las islas Vírgenes británicas, las Bermudas, San Martin, Vanuatu, las islas Cook, la isla Mauricio, Luxemburgo, Suiza, las islas Anglo-Normandas, Dublín, Mónaco, Gibraltar, Malta, son buenos lugares para que el crimen organizado se relacione con las grandes firmas financieras del mundo. Además de "blanqueo" de dinero sucio, los paraísos fiscales son usados para evadir impuestos, de aquí que sean un punto de contacto entre gobernantes, empresarios y capos del crimen organizado. La alta tecnología, aplicada a las finanzas, permite la circulación rápida del dinero y la desaparición de ganancias ilegales. "Los negocios legales e ilegales están cada vez más imbricados, introducen un cambio fundamental en las estructuras del capitalismo de la posguerra. Las mafias invierten en negocios legales e, inversamente, ellas canalizan recursos financieros hacia la economía criminal, a través del control de bancos o de empresas comerciales implicadas en el blanqueo de dinero sucio o que tiene relaciones con las organizaciones criminales. Los bancos pretenden que las transacciones son efectuadas de buena fe y que sus dirigentes ignoran el origen de los fondos depositados. La consigna de no preguntar nada, el secreto bancario y el anonimato de las transacciones, todo está garantizando los intereses del crimen organizado, protegen a la institución bancaria de investigaciones públicas y de inculpaciones. No solamente los grandes bancos aceptan blanquear dinero, en vista de sus pesadas comisiones, sino que también concesionan créditos a tasas de interés elevadas a las mafias, en detrimento de las inversiones productivas industriales o agrícolas" (M. Chossudovsky, Op. Cit.).

La crisis de la deuda mundial, en los 80´s, provocó que el precio de las materias primas se fuera para abajo. Esto hizo que los países subdesarrollados vieran reducidos drásticamente sus ingresos. Las medidas económicas dictadas por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, supuestamente para "recuperar" la economía de estos países, sólo agudizaron las crisis de los negocios legales. En consecuencia, la economía ilegal se ha desarrollado para llenar el vacío dejado por la caída de los mercados nacionales. De acuerdo con un informe de las Naciones Unidas, "la intrusión de los sindicatos del crimen a sido facilitada por los programas de ajuste estructural que los países endeudados han sido obligados a aceptar para tener acceso a los préstamos del Fondo Monetario Internacional" (United Nations. "La Globalization du crime" New York, 1995).

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