GRANDES MUJERES DE LA HISTORIA. INDIRA GANDHI


En 1917 el mundo era conmovido por acontecimientos de resonancia: la primera guerra mundial ensangrentaba a Europa, y la revolución rusa destronaba a la centenaria monarquía de los zares para implantar el sistema soviético.
La India, por entonces colonia inglesa, se hallaba envuelta en graves problemas políticos, económicos, étnicos y religiosos. Muchos patriotas bregaban por independizarla guiados por un hombre profundamente místico y de fina sensibilidad política: Mohandas Karamchand Gandhi, a quien el célebre poeta Rabindranath Tagore llamó Mahatma (alma grande).
Su método de lucha era la no violencia, la protesta pacífica, pero no solo debía enfrentarse con los ingleses sino también con la miseria, las enfermedades y las profundas diferencias religiosas que separaban a hindúes y musulmanes, todo lo cual había convertido a la India en un volcán político y social a punto de entrar en erupción.
En ese convulsionado país nació, el 19 de noviembre de 1917, Indira Priyadarshini Gandhi, hija de Jawaharlal y Ka-mala Nehru, fervientes seguidores del Mahatma Gandhi. Jawaharlal era hijo de Motilal, otro ardiente defensor de la liberación de la India que llegó a ser presidente del Congreso -asamblea no gubernamental que aglutinaba a los principales dirigentes del país- y años más tarde tuvo el raro privilegio de ceder el cargo a su propio hijo, ya convertido en líder.

INFANCIA AGITADA

En casa de los Nehru los problemas del país eran tema permanente de conversación, y como consecuencia de las luchas en que estaba comprometida su familia, Indira tuvo una niñez bastante solitaria: sus padres y sus abuelos fueron encarcelados por los ingleses con tanta frecuencia que, casi permanentemente, debió valerse por sí misma. Cuando aún no caminaba, su abuelo ya la llevaba a las concentraciones y la elevaba en sus brazos por sobre la multitud para que pudiera ver.
A los tres años Indira se entretenía arengando a su muñecas con tormentosos discursos, inocente e infantil actividad que a los doce años reemplazó por su primera misión importante en la actividad pública. Organizó por entonces una brigada integrada por chiquillos que hacían mandados para los miembros del Congreso -imposibilitados de moverse libremente debido a la vigilancia que se ejercía sobre ellos- y prodigaban primeros auxilios a las víctimas de la represión de la policía colonial.
Jawaharlal Nehru no hacia distingos entre la educación que debía darse a un hombre y a una mujer y quiso que su hija concurriera a los mejores colegios y universidades. Indira asistió a escuelas de la India, Suiza e Inglaterra y también frecuentó la universidad de Visva-Bharati en Santiniketan, fundada por Rabindranath Tagore. Pero la permanente actividad de los padres y, en particular, la enfermedad de su madre, la obligaron a interrumpir los estudios.
Nehru trataba de subsanar los inconvenientes en la formación de su hija escribiéndole cartas en las que se refería largamente a la evolución de la humanidad.
Al cumplir Indira dieciocho años su madre falleció y ella debió transformarse no solo en la mujer de la casa sino también en confidente de su padre, papeles que no le impidieron ocuparse de su vida personal. En 1942 se casó con Feroze Gandhi -quien, pese a tener ese apellido, no estaba emparentado con el Mahatma- desafiando la fuerte oposición de casi todo el país, ya que Feroze no era hindú sino parsi, es decir, perteneciente a un grupo étnico y religioso minoritario.
Indira había conocido a Feroze en su infancia y volvieron a en centrarse años después en Inglaterra, donde él estudiaba en la Escuela de Economía de Londres y ella cursaba en Oxford. De regreso al país natal contrajeron matrimonio; pocos meses después del casamiento ambos eran encarcelados por sus actividades políticas.

LA FUNCIÓN PÚBLICA

Posteriormente los acontecimientos se precipitaron: el 15 de agosto de 1947 la India obtuvo la independencia; el 30 de enero de 1948 un fanático asesinó al Mahatma Gandhi y el 25 de enero de 1950 la India se transformó en república. Con Nehru convertido en primer ministro del país, Indira debió multiplicarse para estar junto a su padre y a su esposo, activo periodista y miembro conspicuo del parlamento.
Si bien Indira seguía atentamente la carrera de los hombres de la casa, también cumplía funciones públicas. En 1955 fue designada para integrar el Comité de Trabajo del Congreso. Cuatro años después, lo mismo que su padre Jawaharlal y su abuelo Motilal, llegó a ocupar la Presidencia del Congreso. En ejercicio de su cargo, en ciertas ocasiones enfrentó políticamente a su progenitor.
Paulatinamente la función pública fue obligándola a abandonar su natural timidez. Indira no solo debía moverse en el cerrado mundo de la diplomacia y la política, sino también entre multitudes que acudían a ver a su padre y a ella misma en busca de soluciones para sus problemas. Por otra parte, la India es un país de profundo misticismo. El amor y el respeto que los hindúes sentían y sienten por algunas personalidades como el Mahatma, padre de la independencia, va unido a un sentimiento de carácter casi religioso. No se trata solamente del apasionamiento con que los occidentales siguen a un líder sino de una suma de afectos que " más se parecen a la veneración y que Indira comenzó a suscitar en sus giras por el interior del país.

SIGNO DE ESPERANZA

El cariño popular le fue de gran ayuda cuando en 1960 debió sobrellevar la temprana muerte de su esposo, que se hallaba en el apogeo de su carrera parlamentaria. De ese matrimonio habían nacido dos hijos: Rajiv y Sanjay. La desaparición de Feroze la dejó, según las propias palabras de Indira, "perdida, desolada y con la muerte en el corazón", pero desde ese momento se entregó con más ahínco a la actividad pública; sus hijos ya eran grandes, y su padre y la India necesitaban su trabajo incesante.
Cuando en 1962 los chinos cruzaron la frontera e invadieron parte del territorio indio, Indira, que todavía ni pensaba en ser ministra, se trasladó por iniciativa propia hasta Tezpur, en plena zona del conflicto, para levantar la moral del pueblo. Lentamente su ligara se iba convirtiendo en un signo de esperanza para los indios.
En 1964 muere Jawaharlal Nehru. Se trataba de una pérdida irreparable para la India y para la humanidad. Una pregunta surgía, ineludible: ¿y ahora quién? Lal Bahadur Shastri fue nombrado sucesor de Nehru, pero estuvo corto tiempo al frente del gobierno: falleció el 11 de enero de 1966, poco después de firmar en Tashkent (URSS) un acuerdo que ponía fin a la guerra estallada meses antes entre la India y Pakistán.
Nueve días después de esa muerte Indira fue elegida primera ministra: por primera vez en la historia de la India una mujer desempeñaba un cargo de tanta responsabilidad. Los comentaristas internacionales se refieren a ella como "la mujer más poderosa del mundo". La política pareció invadir por completo su vida privada. Pero pronto supo obtener un equilibrio entre sus compromisos públicos y la intimidad.
En el primer año de sugestión la India debió afrontar una terrible sequía. Durante la última época del dominio británico, una catástrofe similar había dejado un saldo de dos millones de muertos. Indira se ocupó especialmente del problema y, a pesar de las dificultades y privaciones, nadie murió de hambre en 1966. Organizó socorros masivos, respaldó plenamente los esfuerzos de los científicos agrícolas para la aplicación de nuevos métodos de cultivo intenso. El resultado fue la llamada revolución verde, que permitió al país lograr el autoabastecimiento de cereales.
Indira es, indudablemente, la sucesora del Mahatma Gandhi y de Jawaharlal Nehru, en la misma medida que ha conseguido ganar la confianza de vastos sectores populares que la llaman Desh Sevika, es decir, servidora del pueblo.
 
Operación Estrella Azul: En julio de 1982, Jarnail Singh Bhindranwale, líder de la institución religiosa sij Damdami Taksal, con sede en el septentrional estado indio de Punjab, lideró una campaña para la aplicación de la Resolución Anandpur Sahib, con la intención de crear un estado independiente confesional sij en la región. En respuesta a este brote independentista, Indira Gandhi ordenó el 6 de junio de 1984 la Operación Estrella Azul, durante una de las fiestas más sagradas sij: el ejército indio abrió fuego en el Templo Dorado Harmandir Sahib, en Amritsar, matando a los partidarios de Bhindranwale y a un gran número de civiles sijs. Durante el conflicto se impidió el acceso a los medios internacionales, devotos sij y organizaciones de derechos humanos. Este hecho generó un gran descontento entre la minoría sij, desembocando en el asesinato de Indira Gandhi el 31 de octubre de 1984, a manos de sus guardaespaldas.

Fuente: http://www.portalplanetasedna.com.ar/indira_gandhi.htm
 


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