El
debate político de la Patria se ha reducido por completo. Y no puede ser de
otra manera cuando uno de los interlocutores se niega rotundamente a entender
sobre cuestiones determinantes. Me refiero puntualmente a realizar una sesuda
comparativa entre el país del 2003 y el país del 2013. En la actualidad opera
con mayor contundencia una misteriosa y casi ridícula puja de rating entre un
show televisivo “pseudopolítico” y un partido de fútbol plagado de suplentes,
que abordar un análisis serio sobre el proceso político vigente y sus posibles
correcciones de cara al futuro. Considero que hay conductas que no tienen
retorno. Comportamientos sembrados de incoherencias y perversiones que en algún
caso nos tranquilizan como oficialistas, ya que están cometiendo los mismos
errores que en el 2011, pero que en lo profundo de nuestras convicciones
políticas en nada enriquecen al conjunto.
Como
mencionara Nicolás Casullo hace una década, “Néstor Kirchner asume en el 2003 la
responsabilidad de una pieza semiarqueológica: los militantes peronistas
"setenteros", ahora cincuentones, quienes viven la biografía del
movimiento del 45 como sentados en una estación abandonada y ventosa muy al sur
del país por donde volver a pasar, aunque todavía no se note, ni se crea, ni se
oiga, aquel verdadero tren de la historia que algún día podrá llenar de humo
purificador a la patria”. Pues desde aquel momento hasta la fecha, desde
aquella invitación al sueño cuál es el balance. Hay cientos de contadores que
se esfuerzan por exhibir lo que debió haber sido sin especificar los cómo, los
modos. Por ejemplo: ¿Puede haber AUH sin la nacionalización de los fondos de
pensión y sin las retenciones que afectan a los productos primarios? ¿Podemos
establecer estrategias industrialistas para agregarle valor a nuestras
exportaciones sin tener el manejo soberano de nuestras fuentes de energía? ¿Cómo
se logra estar cerca del hambre cero sin afectar intereses de los sectores
dominantes?.
John
W. Cooke sentenció por el 64: “para saber cuales son nuestras fallas y
llegar a sus causas hay que tener una visión global de la Argentina, de las
fuerzas que chocan en su seno, de las características que revisten esos
conflictos. Dentro de ese marco histórico, hay que examinar el significado del
peronismo, con qué tendencias sociales es irreductiblemente antagónico, qué
políticas lo condenarán a frustrarse y cuáles sirven al objetivo de realizarnos
como destino nacional. Por no plantearse correctamente todo esto, las
burocracias siempre rectifican los aciertos y reinciden en los errores. La
indigencia teórica arrastra a los desastres estratégicos. Lo primero que
procuramos demostrar en la brevedad de este informe es que la teoría política
no es una ciencia enigmática cuya jerarquía cabalística manejan unos pocos
iniciados, sino un instrumento de las masas para desatar la tremenda potencia
contenida en ellas. No les llega como un conjunto de mandamientos dictados
desde las alturas, sino por un proceso de su propia conciencia hacia la
comprensión del mundo que han de transformar”.
Resulta
muy fácil caer en la celada reduccionista cuando el antagonista es tan básico. No
se puede salir a jugar sin entrenar, y uno entrena con los propios. Por eso
desarrollar pensamiento crítico dentro del oficialismo, dentro de ese
multitudinario pogo popular del 25 me parece esencial en los tiempos que
corren. De ese modo nos evitaremos caer en la indigencia teórica de la que nos
habló Cooke. Ante la existencia de una oposición exigente nos debemos exigir,
pero ante la ausencia de ella, tal como ocurre en el presente, nos debemos
interpelar doblemente, la comodidad intelectual nunca ha sido buena novia.
Gustavo,la sensación del clima político está podrido, consiguieron poner a los iracundos en acción motivados en la miopía chota del la respuesta que afirma sus peores ¿convicciones?
ResponderEliminarMe he agarrado a trompadas con amigos en el club (y yo no empecé),consideraron que mi postura era provocadora.
El resto ni se metió pero vibra que soy portador del mensaje de satán.
Vos en un post anterior explicabas algo de esto referido a lo que significaba tomar posición en un pago chico,y te entendí
perfectamente.
Hay una polarización extrema de gente que no discute historia y bienestar general sino capacidad de compra.
Mi estimado Moscón, hemos llegado al punto, gracias a la mass media dominante y banal, esa que abreva de las canteras del sentido común, que complejizar el debate constituye un riesgo.
ResponderEliminarEl lujo es vulgaridad dijo y me conquistó afirmaba el Indio. Bueno, no existe argumento que los persuada.