Realmente ¿El Grupo metio la pata?



Durante el transcurso del día el periodismo opositor (siempre independiente, Nunca Militante) el grupo ha tratado de mostrar nobleza propia y a la vez morigerar su responsabilidad utilizando como argumento la inclusión de cierto maquillaje jurídico con relación a su presentación en contra de periodistas y funcionarios del jueves próximo Pasado. Dentro de los debates mediáticos se trató de Instalar una suerte de teoría de los dos demonios entendiendo que el oligopolio reaccionó intempestivamente a propósito de la intolerancia oficial. Resulta curioso cómo se pueden modificar los conceptos abrupta-mente, sin sonrojarse. El victimario, el inquisidor, el desestabilizador, quién ataca permanentemente la honra de las Personas mediante operaciones, falacias y mentiras en sí se transforma en víctima por obra y gracia Obra de haber hallado un tero entre tantas gallinas. 
¿Alguien puede creer que el grupo se mancó? 
Sostener idea haría pecar de cándido a quien la expusiera como línea argumental. La presente movida le servido para una lavativa general de sus soldados más notorios y a la vez ser considerado como un grupo que atiende a las erratas propias. Profundizar su estatus de víctima tras el sofisma del involuntario error fue el escenario deseado, exhibiendo una faz humanitaria, que tal vez a algún desprevenido le cabe aceptar como correcto de no tener en cuenta quien eligió los actores de la obra.
En su editorial del día de la fecha María O'Donnell se tomó del retroceso del grupo para continuar con sus alegatos sesgados en contra de las políticas estatales ignorando cuál es el modelo de medios vigentes. Sigue desestimando que el poder verdadera continúa descansando en poderosas corporaciones, capaces de frenar una ley emanada de la misma democracia hace tres años. Si La mencionada comunicadora, periodista opositora no alineada con el grupo, cayo en la celada, fácil es imaginarse el discurso monocorde del grupo. Obviamente, en ningún momento de su discurso mencionó las ofensas recurrentes en contra de las personas que desde las usinas oligopólicas vienen sufriendo los periodistas que simpatizan con el modelo. Responsabiliza con exclusividad al ejecutivo por la actual divisoria de aguas, sin atender que tal divisoria necesita de dos costas, dos orillas, dos líneas de pensamiento. 
Parece que el sol del crepúsculo le impide a O'Donnell observar que si hay un lado es porque existe otro lado, aunque ella considere tener la beata capacidad para caminar sobre las aguas de la neutralidad. La reacción fronteriza de O'Donnell fue la respuesta que esperaba el grupo en función de su puesta en escena: “Somos autocríticos, racionales y Democráticos, nosotros recapacitamos, escrutamos a nuestros jefes abiertamente, volvemos sobre nuestros pasos, reconocemos nuestras erratas”. Nada más falso.

Les propongo invertir la situación y que fuera el ejecutivo el propulsor de la Demanda. No tengo dudas que una nueva marcha del odio se hubiera gestado rápidamente acompañando siempre las omnipresentes declamaciones opositoras encabezadas por los empleados legislativos que tiene la corporación dentro  del cuerpo colegiado. Sospecho que el grupo ha logrado su cometido. Intentar mejorar social-mente su escatológica y despótica imagen mostrandose conciliador, provocando un desaguisado dialéctico inodoro, incoloro, insípido, muy sencillo de desactivar. Colgarse un disfraz de minusválido arrepentido de modo continuar desarrollando sus acostumbradas vilezas. No podemos ser ingenuos. Creer que el oligopolio metió la pata es no Comprender la talla y catadura del adversario. En términos pugilísticos viene a mi memoria la pelea Castro-Jackson; subestimar al antagonista suele Incluir riesgos terminales.





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