Entre siglas siniestras
y efemérides anticipadas
Aspiro que algún día, como sociedad
pensante, nos sorprenda la originalidad. Determinados códigos lingüísticos y
retóricos no hacen otra cosa que colocarnos en comarcas prestadas, rutinas y
costumbres ajenas que para colmo de males nada le agregan a nuestro
conocimiento y menos aún a nuestra inteligencia. En la coyuntura siento la gran
desazón que estamos viviendo en medio de un estado de efemérides anticipadas
mientras cuestiones políticas realmente trascendentes nos pasan por encima sin
siquiera advertirlo.
La ampliación de derechos a los jóvenes para
participar de las decisiones colectivas es un evento revolucionario en el marco
de una sociedad que mucho bregó en contra de los poderes conservadores y fácticos
para otorgarle idénticas prerrogativas a la mujer. Lamentablemente todo quedó
empañado mediáticamente por el triste papel que tuvo la oposición al retirarse
del recinto producto de la absurda victimización en la que suelen caer. Es
probable que en la ocasión no tuvieran presente los encendidos y desbocados
discursos tanto del Chacho Jarovslavsy como del mismo Lisandro de La Torre en
dos períodos muy complicados de nuestra historia legislativa.
La aprobación del Per Saltum es otro
elemento jurídico institucional de enorme importancia que es necesario analizar
con suma prudencia. Dicha herramienta siempre estará relacionada con la
conformación ética de la Corte Suprema de Justicia, y a mi modo de entender no
creo que ninguna de las fuerzas políticas que se presentan como alternativa de
poder consideren configurar un cuerpo colegiado independiente tal como en el
presente. Pensemos que los que se exhiben como posibles presidenciables
consintieron durante la segunda década infame una suerte de sociedad política
con aquella Corte deshonrosa de los noventa. Por lo cual considero a la
herramienta como un arma de doble filo. Tengo el vicio incorporado de pensar
qué haría Macri con el mismo instrumental político que tiene el actual
ejecutivo. Digo, por lo de los vetos. La Ley de Medios Audiovisuales es un
inciso muy importante, pero no debemos perder el objetivo de máxima. Me hubiera
gustado que todo siga su curso de acuerdo a los cánones usuales, de todas
formas la cosa terminará en la Corte, sí o sí, apelaciones mediante. Como ya
manifesté mis desconfianzas ideológicas con relación al cuerpo colegiado en
nada cambia mi percepción sobre el dilema.
Según José María Rosa un líder político
popular es la multitud hecha símbolo y hecha acción. Por su voz se expresa el
pueblo, con sus ademanes gesticula el país. Es líder porque sabe interpretar a
los suyos; dice y hace aquello deseado por la comunidad, el conductor es el
primer conducido. Los sectores acomodados de la sociedad se estrellan con esa
realidad debido a que su inteligencia no le permite comprender. Ese continuo
estrellarse contra la realidad, esa lucha de liberales y extranjerizantes
contra algo que se obstina en ser nacionalista y popular, es lo que se llaman
en nuestra Historia: Guerra Civiles..
Mientras en la superficie se siguen volcando
hectolitros de mentiras y fraudes cronológicos desde los medios dominantes,
nuestra líder continúa ejecutando políticas inclusivas y autárquicas de los
poderes transnacionales, persiste en colocar sobre la mesa de debate cuestiones
no ensayadas, asuntos no pensados en donde aparecen automáticamente conflictos
a priori no percibidos desde nuestra llanura intelectual. Por caso la “corta”
ley de ART. Ya no importa la razón, menos aún la lógica y la política, ni la
solvencia argumentativa, ni siquiera la propia verdad, lo único que fascina a
estas clases acomodadas es fisurar a como de lugar el incipiente modelo
industrializador e inclusivo vigente. Las clases dominantes han viajado como
nunca durante el 2012, sin embargo dicen sentirse asfixiadas; hablan de
dictaduras desde medios públicos y privados, insultan y degradan desde las
calles y las redes sociales, el honestismo se ha transformado en ideología
instalando la falsa idea que cualquier denuncia conserva tintes indelebles sin
importar el grado de certeza que guarde la misma. Ese supuesto “deber ser
mediático” tiene mayor entidad de lo que verdaderamente “es” proponiendo la
peor de las corrupciones: la difamación sobre la integridad individual de las
personas. “Moreno no me cae bien, no coincido con sus políticas, ergo, se
robo todo, y si no se robo todo es cómplice de los que robaron todo, y si no se
robaron todo yo quiero pensarlo de ese modo, sino como hago para odiar (o
parodiar)”.
Otra excusa sorprendente y en la que
curiosamente caen los sectores progresistas es la cuestión de la reelección.
Argumento llamativamente banalizado si tenemos en cuenta que el oficialismo no
posee los dos tercios exigidos de la Asamblea Legislativa y es muy probable que
luego de las próximas elecciones se encontrará más alejado aún debido a que es
usual que en los comicios de mediotérmino el electorado diversifique sus
opciones. ¿Por qué razón un “no tema” se instala como tal? ¿Sólo porque un par
de adherentes al oficialismo manifestaron su gusto por la continuidad de la
Presidenta? Desde la praxis política es imposible seguir ese recorrido de modo
que persistir en la cuestión, por parte de la oposición, forma parte de una
estrategia bastante caprichosa y si se me permite deshonesta.
Se suele afirmar que los proyectos
políticos son más importantes que los propios ejecutores, sin negar la
trascendencia que tienen estos. ¿Cuándo hablamos de alternancia, incluimos en
el asunto a los proyectos? Pregunta incómoda cuando de alternancia de habla. Debo
entender entonces que estamos dispuestos a consentir un formato político tipo
San Luis o Neuquen, con la sola objeción de una cláusula punitoria individual
tan hipócrita como inconsistente desde el campo de la política. Por fuera de la
cuestión mi posicionamiento con respecto a un nuevo período presidencial de
Cristina Fernández de Kirchner no se modifica. Considero que existen cuestiones
humanas mucho más importantes, asuntos que tienen que ver con desgastes
personales insoslayables, recomendaciones que uno le debe otorgar al cuerpo y a
la mente en función de su propia salud personal.
De modo que si se puede viajar sin
inconvenientes, no hay peligro reeleccionista, es perfectamente accesible decir
y marchar con absoluto albedrío, hay plena libertad de expresión, nadie ha sido
penalizado por calumnias, injurias o daño moral, no existen indicativos
represivos, el Gobierno obtuvo mayorías absolutas en elecciones claras y
contundentes exhibiendo diferencias abismales con relación a quien obtuvo el
segundo lugar; a pesar de la crisis global se han mantenido los niveles de
empleo y se han cerrado todas las paritarias, las jubilaciones han recibido sus
aumentos de conformidad a la ley vigente al igual que las asignaciones, los
compromisos internacionales serán honrados de acuerdo al plan financiero
lanzado en el 2003. ¿Qué es lo que motiva la marcha? ¿La inseguridad? Les
compete a todos los ejecutivos en ejercicio (observemos Santa Fe), de modo que
sería bastante llamativo responsabilizar solamente al ejecutivo nacional por
algo que guarda complejidades en varios de sus estamentos. ¿La Ley de Medios?
Lo va a resolver la Corte Suprema. Más temprano que tarde se va a tener que
expedir. ¿Las Retenciones? Los sojeros están teniendo ganancias más que
extraordinarias con relación al 2008. En silencio la siguen levantando con
pala, aún sabiendo que con mayorías propias el Gobierno podría intentar
nuevamente legislar a favor de la segmentación. Sin embargo no lo hace.
Lo mortificante para estos grupos resulta
inconfesable públicamente, debido a eso no hay político opositor que asuma sus
consignas por fuera de meras generalizaciones especulativas. No desean extender
los derechos, detestan la AUH y los subsidios maternales; no toleran el 6.5% de
inversión en educación y la multiplicidad mediática equilibrada, aborrecen el
plan de viviendas, malversan y mienten con relación a la ley que grava
impositivamente a los barrios privados en función de proyectos colectivos,
odian pagar impuestos y como consecuencia de ello toda la actividad estatal,
sea económica o de servicios, desean operar libremente sin controles
proponiendo un doble estándar social bastante siniestro, pretenden que
finalicen los juicios por la verdad y que la causa papel prensa prescriba,
entre decenas de incisos reaccionarios.
Como dice el titular de Barcelona, Clarín
no miente, delira; y con él, tras la irracionalidad, deliran todos los
entusiastas que lo observan como el real opositor, como quién verdaderamente
los representa ideológicamente, decenas de miles de auxiliares que el 8 de
noviembre le darán vida al siniestro gusto que aún preserva para sí, a decir de
José María Rosa, la Historia de nuestras guerras civiles.
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