Último café





Una ojera de Humedad
y A linderos del SUS
EL Amorio de las telarañas,
Ambas Sospechas delatan Que la cripta
se apropió de mis Instancias
Al Momento Que El rumor de la Puerta
anunciara Tu Partida.
Nuestra Compartida taza de café
con señales carmesí
Fue Tu texto despedida.
El vaho del espejo insinuó en cursiva:
desierta llovizna,
prendas ruinosas y olvidables,
nostalgia incipiente.
Pétalos Que armonizan
 y un sol quilate Que nubla
MIENTRAS Las Espinas diamante oscilan
Entre por la cortina americana.
Lágrimas oxidadas, oxidables,
aferradas una recuerdos,
 Condición ecuménica
Que le da Respuesta
a la penitencia eterna.
Los colectivos y los BARèS
Hacen su rutina
y en los hoteles de paso
Las chicas anhelando Siguen
Retiro por la ONU Nunca Que
Llegará a SUS suburbios.
Te Paseas
Entre mis treguas y Errores
fronteras de Barrio de la ONU
albergado por sombras
Que inhabitan
 a propietarios SUS Cuerpos,
hechuras difusas Que utilizaron
tu misma fórmula de escape:
Sin aviso Mediante,
con la ausencia del beso mal oliente,
Con La ignorancia
Las mañanas de precarias,
Sin El Compromiso
de mirarse a los ojos
y la ruina descubrirse,
Saboreando en soledad
El último café acaso:
Amargo, opaco, suicida ...
Demasiado Último
Como para no Detenerse
 En La lectura de su borra.



                                                         Autor: Gustavo Marcelo Sala


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