Mateando con la Ciencia. Hoy ceba Pierre Belon


Cualquiera puede observar que los organismos vivos pueden agruparse. Los perros y los lobos se parecen más entre sí que, por ejemplo, unos y otros se asemejan a los conejos. Los gatos, los leones y los tigres también se asemejan. Y lo mismo cabe decir sobre las ovejas y las cabras. Los insectos presentan un parecido que los diferencian de los que no son insectos y así sucesivamente.
Esto pudo haber dado origen a las ideas evolucionistas. Así, algún animal básico semejante al perro, habría dado origen a perros y lobos, por ejemplo. Sin embrago la Biblia describía la creación simultánea y por separado de los animales, y cabe argumentar que Dios pudo haber decidido crear los animales en grupos para sus propios fines.
Resultaría más impresionante que se hallaran semejanzas en organismos más profundamente diferenciados, semejanzas no demasiado obvias a simple vista. Esta tarea la llevó a cabo el naturalista francés Pierre Belon.
Francisco I de Francia se empeñó en una prolongada guerra con Carlos I de España, que también era el Emperador Carlos V. Tan desesperado estaba Francisco, que se alió con el Imperio Otomano y en 1546 envió a Belon en misión diplomática hacia territorios turcos. Esto dio a Belon la oportunidad de estudiar la vida vegetal y animal en el Oriente mediterráneo y compararla con la Francia. Fue el primero en describir, en escritos publicados en 1555, semejanzas básicas (homologías) en los esqueletos de todos los vertebrados, desde los peces hasta los humanos. Detalles tales como el número de huesos de los miembros se mantenían notablemente constantes de un animal a otro, sin que importara la diferencia de su aspecto externo. Estas observaciones no dejaron de estimular el pensamiento evolucionista, si bien habrían de transcurrir tres siglos para que este presente sus frutos.

Fuente: Historia y Cronología de la Ciencia – Isaac Asimov


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