Alimentos
Enlatados
El problema que plantean los alimentos es
que muchos de ellos no se conservan. Se descomponen con gran rapidez, se agrian
o se enmohecen. A fin de conservar los alimentos durante períodos de tiempo, y
para preservar del hambre de las personas a lo largo del invierno, debió
introducirse la costumbre de secarlos, salarlos, ahumarlos etcétera. Sin
embargo, una dieta que depende de tales alimentos conservados mantiene a las
personas con vida, pero resulta monótona. El caudillo militar francés Napoleón
Bonaparte, que a la sazón comenzaba a cosechar sus primeros triunfos, comprendió
la importancia de una alimentación adecuada para un ejército que había luchado
por toda Europa. Así pues, ofreció un premio de doce mil francos a quien
inventara alguna forma de conservación de alimentos frescos durante un período
prolongado de tiempo. El 1795, el inventor francés Nicolas Françoise Appert
empezó a trabajar para resolver el problema. Sabía que Spallanzani había
demostrado que la carne no se descomponía si se hervía durante el tiempo
suficiente y luego de conservaba cerrada herméticamente. Appert ideó entonces
un sistema para aplicar ese principio a gran escala, calentando carnes y
verduras para luego encerrarlas en recipientes metálicos o de vidrio. Invirtió algunos años más para perfeccionar
el proceso, pero el sistema Appert representó el comienzo de la industria
conservera.
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