LA CONTRACULTURA Y OTRAS CUESTIONES - Nota de Opinión -



A casi dos semanas del incidente acaecido en la estación terminal de Once es muy poco lo que queda por agregar. Ya cuenta solamente aguardar por definiciones judiciales y debatir sobre lo dicho, expresiones extemporáneas, correctas o fuera de lugar, y el rol que cada uno como actor social es capaz de asumir ante tamaña pérdida colectiva.

No tengo dudas que la tragedia se constituyó en una resultante inevitable, antropológica y cultural, basada fundamentalmente en conductas colectivas que como sociedad somos incapaces de corregir. Siempre encontraremos la excusa apropiada y la culpa lejana para deslindar erratas que nos son propias y que a la vez son sensiblemente visibles.

Para aquellos que pintamos grises otoñales y que vivimos más de tres cuartas partes de nuestra existencia en Buenos Aires, que viajamos en el Sarmiento haciendo combinación con la línea A del Subte porteño nada nos puede sorprender. Y esa ausencia de sorpresa habla por si de nosotros como colectivo social. Al riesgo frecuente que impone el hacinamiento y el vértigo urbano se suma nuestra propia extensión de ese riesgo debido a una incomprensible exigencia que pretende bajo el formato del orden desordenar casi naturalmente todo tipo de sana convivencia.

Hace pocos días, en nuestro Coronel Dorrego, un Micro de la Empresa Estrella-El Cóndor, se incrustó en la terminal ante la ausencia de frenos. Un milagro decidió que dicho impacto no tuviera secuelas graves; la escasa cantidad de concurrentes y la hora del evento fueron determinantes para que la tragedia no se hiciera presente. 
¿Quién fue, entonces, en este caso el responsable del incidente del ómnibus?

El chofer del bus....
El mecánico que hizo la última revisión....
El supervisor de ese mecánico....
Fue un simple problema de fierros....
La CNRT....
Los propietarios de la empresa concesionaria del recorrido....
Los subsidios del Gobierno a favor del sistema de transporte de larga distancia ...
Nuestro intendente por tener una terminal sin hierros protectores delante de los pasillos ....
La ubicación y el formato de la terminal....

Ponga un cruz donde quiera, ponga más de una si lo desea. Temo que a ninguna conclusión arribará, y menos aún, nada va a solucionar.

A mi entender es un problema cultural que supera todo intento de indignación. Y ese problema cultural radica en la ausencia de criterios solidarios para el desarrollo de un entramado social. Ninguno de los actores sociales, activo o pasivo, se piensa incluido en un colectivo común en consecuencia, tanto el imaginario como la actitud concreta, transitan solamente por los senderos de la individualidad (Sectorial o corporativa).
Cada quién hace lo que le corresponde de acuerdo a un contrato establecido, a veces escrito, a veces de hecho, sin detenerse a observar si eso que le corresponde alcanza para disminuir el riesgo y de ese modo fortalecer los sistemas para aquella sana convivencia mencionada. Viene a mi memoria el reciente incidente que le costara la vida a una encantadora vecina de El Perdido mientras la formación de Ferroexpreso Pampeano hacía maniobras dentro del ejido urbano.

Y esos actores sociales mencionados son también usuarios, y los son sus familias, y lo son sus amigos y sus conocidos; de modo que poco es lo que podemos esperar de una comunidad, si nosotros mismos, los propios interesados, no nos comportamos de forma proporcional a nuestras posteriores indignaciones.

Hoy es hora de encontrar un Cristo redentor que nos libere de la responsabilidad colectiva de nuestros abusos cotidianos, de nuestra falta de compromiso solidario, de nuestros egoísmos ilegítimos.

De lunes a viernes el Sarmiento posee 4 horas críticas al día. De 7.30 a 9.30 sentido a Once y de 18.00 a 20.00 en sentido Moreno. En el resto de las franjas horarias, es decir durante las 22 horas restantes (por mano) tales problemáticas de hacinamiento y descontrol no se vislumbran. Entonces me pregunto. ¿En dónde se encuentra la realidad del dilema?

¿Es cierto que los privados han demostrado ser tan ineficientes para tales menesteres?¿Era cierto que el Estado no podía administrar los servicios?. Estimo que ambos son sofismas que deberían dejar paso a un debate serio sobre un modelo de transporte metropolitano, sustentable, eficiente y seguro.

Recuerdo el caso Cromagnón. Años y años la mal llamada cultura fierita del rock and roll desarrolló dicha práctica sin que nadie se ruborice. A caballo de la rutina, los jóvenes, sus padres, los empresarios, los organismos de control, los periodistas especializados, los músicos y sus representantes festejaban y convivían con la costumbre y a nadie se le ocurrió que tal cosa era más peligrosa que vistosa. Una buena noche casi 200 muertos nos indicaron que eso era sumamente arriesgado. Los centenares de miles de personas que participaban por acción u omisión mostraron su indignación de modo concreto y doloroso. Era necesario un culpable. El colectivo social no tuvo deseos de pagar sus erratas, era imprescindible que el dedo acusador caiga sobre alguna cabeza para que de ese modo nuestras molleras queden indemnes de culpa y cargo.

Así va la cosa... El individualismo noventista sigue tan vigente como entonces y las cosas que ocurren guardan esa misma e irremediable lógica.

El sistema de privatizaciones de los noventa fue aprobado y avalado electoralmente por una democrática mayoría. Los que advertían sobre las contraindicaciones de dicho ordenamiento no eran escuchados. El “Lapíz Rojo Radical” de Angeloz coincidió con el pragmatismo memenista en un todo de acuerdo. El consenso de Washington había dictado sus sentencias y nuestras fuerzas mayoritarias aceptaron gustosas el convite. El hacernos cargo de nuestras decisiones también debería formar parte de la historia. Estados gestionalistas y pragmáticos, la economía y sus gurúes sujetando a la política, privatizaciones y endeudamiento fueron las fórmulas aceptadas por la ciudadanía a caballo de aquellos que siempre nos hablaron de equidad y justicia social. (No olvidemos que los contratos con TBA fueron prorrogados por la progresista Alianza en 1999. Formación cuya pensadora de cabecera era una tal Beatriz Sarlo)

Por fuera de este correlato histórico insoslayable y por responsabilidad política nuestro actual ejecutivo debe asumir que para profundizar el modelo se hace necesario que está bomba de tiempo diseñada por el neoliberalismo sea desactivada urgentemente. De eso se trata la política, hacerse cargo de la actualidad y también del ignominioso pasado por más que no hayamos tenido responsabilidades directas en determinados asuntos. De lo contrario le estaríamos dando la razón al procesado Jefe de Gobierno Porteño.

Para completar nuestro desaguisado político y conceptual la oposición insiste con aquellas viejas recetas por las cuales estamos pagando el ignominioso costo en vidas humanas y con gravosos bienes materiales de todos los argentinos. Su negativa a la reformulación de la carta orgánica del Banco Central es un tópico determinante que devela su altruista lineamiento a las corporaciones locales y a los poderes del establishment internacional.

El incidente de Once fue una respuesta contracultural inevitable a un sistema (cultura) establecido y aceptado desde hace poco más de cinco décadas y profundizado durante la dictadura y los noventa. Esos cimientos deben ser demolidos de inmediato para poder reconstruir sobre bases sólidas, y como pueblo deberíamos tener la templanza y la paciencia mientras dicha reconstrucción se efectúa. Reitero, nuestras decisiones colectivas son determinantes para de alguna buena vez comprender que nosotros, como entidad colectiva, somos los que bocetamos el esquema social. Al Gobierno le toca la responsabilidad de entender que no basta con apuntalamientos y con parches de ocasión, es menester atacar en todos los frentes. Y ciertamente confío que así se hará.

En líneas generales coincido íntegramente con el  discurso de nuestra Presidenta. Incluso con el tema docente. En paritarias se está discutiendo sobre la base del salario básico de un cargo para maestro de grado (veinte horas semanales), en consecuencia las definiciones de Cristina parten de ese parámetro. Una errata en el tema vacacional no opaca para nada lo que verdaderamente se intentó expresar. Nuestro sistema educativo bonaerense es absolutamente abusivo. Para los que estamos cerca de él notamos que una buena parte de los docentes (y cuando hablo de docentes no me refiero solamente a los que están delante del alumnado) conspiran contra la educación extendiendo los límites de lo permitido en cuanto a licencias, ausencias ocasionales, regímenes jubilatorios etc.. Nunca he visto a los gremios analizar este fenómeno que produce una multiplicación exponencial en el gasto, producto de la necesidad de cubrir a los miles de vivillos que caminan gracilmente y a puntas de pie por sobre el reglamento. Aclaro que no toco de oído. Tal vez un sinceramiento de la actividad por parte de todos los actores partiendo de erratas propias sería lo más recomendable para un diagnóstico certero. El Estado, los gremios y los propios docentes deberán, a mi modesto entender, dictar, de una buena vez y para siempre, la mejor de sus cátedras en la materia. Por ahora nos la deben y cada uno lleva agua para su molino de manera casi discrecional. Mientras tanto la calidad educativa decrece y los conceptos inclusión y permanencia dominan la escena por sobre la excelencia, cuando la ecuación debería ser diametralmente opuesta. Esto es la edificación de un sistema en donde la excelencia sea inclusiva a través del esfuerzo colectivo del sector.

Cientos de debates continúan pendientes en la Patria. La oposición no ayuda demasiado por estar en línea con la agenda de las corporaciones mediáticas dominantes; de ese modo siguen reiterando los mismos errores que dejaron sin alternativa electoral a la sociedad. El denuncismo como formato político, la ausencia de ideas como diseño estratégico, ambas características bosquejando un irreversible y nefasto sendero.

Lo urgente y lo importante se hacen demasiadas concesiones, anegando a nuestra realidad con llamativos intercambios dialécticos dignos del programa de Rial.

Para finalizar me referiré brevemente al tema Malvinas. Cuestión importante, pero no urgente. (Recomiendo consultar el artículo titulado “Que a Nadie se le Ocurra” del 19 de Enero en este mismo espacio para comprender que algo de lo que sucede ya se advertía hace bastante tiempo atrás)
Sorprendentemente notamos que la dicotomía ya no es sobre la situación colonial de nuestras islas. Una mass media intelectual argentina ha demostrado que, como bien dijo Cameron, existen diligentes representantes del colonialismo en nuestra Nación. Efectivamente la carta de este grupo de pensadores a favor de la autodeterminación de los isleños no es otra cosa que avalar el colonialismo británico. En contraposición la visión de Roger Waters sobre el asunto nos permite analizar que una porción mayoritaria de los ingleses, así lo sentencian las encuestas, no sólo aborrece el colonialismo de su Nación, sino que además tampoco aspiran a ningún conflicto de carácter territorial por las islas en cuestión.

Imagino una charla entre Lanata y el ex Pink Floyd..

-         No Jorge .. las Malvinas son legítimamente argentinas. Las hemos usurpado en 1833 y no hay relato que nos devuelva la dignidad...
-         Faltaba más Roger. Estos tipos del gobierno me tienen harto con las Falkland. Es necesario e imprescindible consultar con los Kelpers...
-         Pero sin son Británicos. De segunda, pero Británicos al fin
-         Eso es un tema menor.... Espero que Naciones Unidas respete y haga respetar la decisión de los isleños..

Ridículo por donde se lo mire, pero así es... y por ahora no hay nadie que desee modificar la ecuación dialéctica...



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