Es raro el modo como se pretende plantear el debate sobre el rol del Estado Municipal. Si bien me parece bueno informar y a la vez saber cómo se distribuye el gasto, este tema nada tiene que ver con la política, con las acciones de gobierno, con el campo de las ideas. De todos modos noto que la mayoría de la población siempre se preocupa o se indigna mucho más sobre lo que ocurre a escala pública y no tanto por lo que ocurre a nivel privado, como si el capital de este sector se diera por generación espontánea y no formara parte de un esfuerzo productivo de carácter colectivo.
No adhiero en absoluto al oficialismo local pero cimentar el debate estructural sobre la base de los sueldos de sus funcionarios me resulta vacuo, sin continente y sin contenido. El Estado puede ser tranquilamente motor de procesos generadores de empleo ya sea a través de su funcionalidad o potenciando la obra pública y eso no nos debe incomodar.
Observo que la subjetividad sobre apreciaciones individuales de algunos gestores oficialistas privilegia al concepto.
Hay personas que hacen honor a su salario como hay otras que no, eso ocurre en toda organización laboral, sea pública o privada.
A escala Nacional Macri "robó" el salario durante los dos años que fue diputado, mientras que Vilma Ibarra trabajó extraordinariamente. Macri es el actual Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires elegido por un 64% del padrón mientras que Vilma quedó afuera de toda representación legislativa. ¿Cómo se analiza el fenómeno entonces? Pues desde la política. Ni desde la falsa indignación, ni desde la ética, ni desde el compromiso ciudadano, ni siquiera desde la cantidad de frases hechas que se suelen imponer en estos infructuosos debates.
Desconozco puntualmente cuales funcionarios son aptos y cuales no. Poco me interesa. Es una cuestión que debe evaluar el Intendente.
Lo que sí considero sumamente inapropiada y vacía es la idea POLÍTICA del actual gobierno municipal y esto no lo va cambiar ningún funcionario que haga bien los deberes y que merezca su salario, ni lo va a empeorar ningún otro que le rinda culto a la vagancia más allá de lo que gane.
Dicho de otro modo: Un mal Gobierno hasta ad-honorem termina resultando caro
A propósito dejo picando una pregunta ¿ Cuál sería una escala salarial acorde... quién es capaz de establecerla ?
A propósito dejo picando una pregunta ¿ Cuál sería una escala salarial acorde... quién es capaz de establecerla ?
Creo que los montos de los sueldos es un síntoma de la podredumbre de la clase política en general, desde CFK hasta Zorzano. Todos sabemos que 8 de cada 10 personas involucradas en los ámbitos políticos nacional, provincial y local son lo suficientemente ricos como para renegar de ese sueldo o de gran parte de el sin mayores inconvenientes. Dorrego no es la excepción a la regla, sino véase dentro del gabinete local o del concejo los apellidos de los integrantes y veremos a la burguesía en su máxima expresión. Ojo, el concepto de burgués no lo tome como un logismo marxista, ya que hoy en día el proletariado o la clase baja es tan o más reaccionaria y derechista que la clase burguesa ( le doy un ejemplo de esta hipótesis: ¿Quiénes son los que apoyan el matrimonio igualitario? Habrá miles de personas de diverso origen que apoyan esa política de igualdad civil pero es un hecho que son la clase media instruida o la clase alta liberal las que apoyan políticas de ampliación de derechos). En Dorrego se ve mucho lumpen que se le hace "agua la cola" por el "dotorcito", posiblemente por un interés pecuniario pero también por estar cooptado e interpretado por la Hegemonía radical, como sostiene Gramsci. Los sueldos de los políticos son indignantes, obscenos y abusivos, pero eso es la punta del iceberg nada más.
ResponderEliminarCoincido con los dos últimos renglones que expresa su mensaje. Pero no es menos cierto que ese marcado despropósito sólo se puede cambiar desde la política, con masiva participación popular y dentro del marco de sistema democrático. Nosotros somos los que aceptamos estas reglas del juego. La mal llamada clase política somos nosotros, el pueblo, burgueses y no burgueses, que apenas accedemos a cargos públicos dejamos de lado todos los preceptos éticos con los que supuestamente arribamos, comenzando a trabajar a favor del gatopardismo. Por ejemplo. La Ley antiterrorista, a priori, me parece un dislate que ningún honor le hace al candombe de nuestro vecino Testani. Es un paso atrás enorme. Sospecho que la burguesía estará muy conforme con la medida más allá que sus críticos mediáticos (Clarín)serían los primeros en solicitarla para detener las protestas populares. No me quiero apresurar y espero ansioso las respuestas de Garré. Pero esto último es un complemento de lo que usted afirma. Por un lado la impunidad de los que detentan el poder y como antagonista el control represivo. La peor de las fórmulas.
ResponderEliminarTal cual Gustavo, más allá de las críticas que se le hacen al Gobierno Nacional por izquierda, por derecha y por centro sobre la ley anti-terrorista y por este famoso "Proyecto X", resultaría una necedad considerar que bajo un gobierno de otro signo estas cosas no pasarían. Lamentablemente los troskos siguen haciéndole el juego a algunos sectores que no dudarían en exterminarlos si tuvieran la oportunidad. Tal vez en un gobierno radical no habría espionaje, porque irían derecho a la represión y a la masacre. Lamentablemente, ejemplos nos sobran. Sin embargo, hablando de esto creo que nos estamos yendo de la cuestión referida a la política local. Usted habló acerca de la necesidad crear un ombudsman local y concuerdo plenamente. Si bien el radicalismo ganó las elecciones ampliamente, solamente el 50 por ciento votó por la continuidad del régimen, por lo que capital humano no faltaría para controlar al gobierno municipal. En última instancia, depende de nosotros como agentes políticos individuales o grupales condicionar o no el rumbo de Dorrego. Veo un pueblo que se va al carajo, lisa y llanamente, con prioridades políticas fundamentales "modernizar" el centro y poner semáforos como si fuéramos Berlín. Pero más me preocupa el carácter chupacirio que está revelando el gobierno municipal a través de su Directora de Cultura, que no tendrá la misma energía inquisidora que nuestro personaje conceptual llamado La Pasionaria de Cristo pero ideológicamente no está muy lejos de ella. Solo nos faltaría que gritemos Viva Cristo Rey y Viva Zorzano para dar realidad a los sueños húmedos de nuestra nunca bien ponderada Sandrita.
ResponderEliminarEn sintonía con lo dicho, a escala local, uno no sabe a ciencia cierta si Zorzano logró adormecer a la población, o en su defecto es Zorzano un emergente taxativo y concreto de un pueblo previamente adormecido. Por acá, en Guisasola, a ese relajo chupamedias se lo llama "bajadadecalzones" y es muy propio de familias que hace rato viven a costa de este Estado Hood Robin. Y no son ni pobres, ni pocas. Recientemente un breve y escaso ensayo histórico sirvió como pista de aterrizaje para un nuevo puesto dentro de la municipalidad. Desde el 23 de Octubre ya tenemos varios (Por lo menos 3) recursos más en al delegación. Sobre la gestión cultural más me preocupa que no haya atisbo de cambio. Que se siga con la misma lógica chata que dice "le damos al pueblo lo que el pueblo pide". Así no se necesita un funcionario preparado ya que cualquiera puede hacer política cultural. Esperemos, para el bien de ellos, que nunca se le ocurra solicitar al pueblo: mayor compromiso político, conductas éticas y altruistas, y algo de inteligencia.
EliminarEn un párrafo del artículo mencionó sobre la recurrente despreocupación popular acerca del comportamiento del ámbito privado. Sospecho que nadie en Coronel Dorrego se atrevería a cuestionar los emprendimientos del procesado ex Juez de la AMIA más allá que ellos se hayan edificado con cimientos oseos de nuestros hermanos. (Eso sí ante cada aniversario, un discurso, nunca hay que olvidarse). O seguimos recibiendo el patrocinio de estafadores juzgados y debidamente declarados culpables pero que siempre presentan billeteras dispuestas para colaborar con un medio o pintar una Iglesia.
EliminarHasta allí llega la ética. No más..