EL PERDIDO. CORDÓN CUNETA


Nunca es triste la verdad... lo que no tiene es remedio



Las sendas ordenanzas que encuadran a las dos etapas de la obra no dejan lugar a dudas. Tanto la 2972/10 que incluye a Oriente como la 3113/11 son claras y contundentes sobre tiempos, modos de financiación y demás asuntos concernientes.
Nadie puede llamarse a engaño. Ambas partieron de la máxima representación que tiene nuestro distrito y cuya responsabilidad en la distribución legislativa nos cabe de modo exclusivo por voluntad popular: El Honorable Concejo Deliberante. Desconocemos en Guisasola de qué cocina salió la especie que los fondos sojeros se encargarían de la inversión, sospecho que dicho correlato no hace más que potenciar injustas lluvias de puteadas que caen sobre las espaldas de los funcionarios como granza de la planta.
Si bien nuestro ejecutivo no trabaja para nosotros como dice la publicidad, ya que nos pagamos hasta el aire que respiramos, debemos asumir que en el marco de este inciso nunca nos ha mentido. Los artículos extienden la responsabilidad del pago a los frentistas, propietarios etc, del siguiente modo: Para la primera etapa $ 139 por metro lineal del cordón cuneta, y para la segunda etapa el equivalente a cuatro bolsas de Portlan según cotización local.
Del mismo modo y durante diez días estuvo a disponibilidad el registro de oposición para requerimiento de los vecinos. De tal forma, tanto desde lo legal como de lo ético, no existe nada para discutirle al ejecutivo municipal.

Ahora bien. Si de política se trata, la medida y sus consecuencias encierran varios tópicos a debatir.

1-     El descanso de la carga financiera sobre las espaldas de vecinos que todavía están haciendo frente a la obra general de GLP, sin mencionar aquellos que están afrontando sus obras particulares, es cuando menos un inciso que se debió haber contemplado

2-     La ausencia total de atención por parte de las comunidades a las resoluciones del HCD incide notablemente en el mal humor colectivo. Desde luego que esto no es responsabilidad ni del legislativo ni del ejecutivo, pero no es menos cierto que desde el poder se sabe que esta conducta social es recurrente y linda con la normalidad, ocurriendo que en determinadas oportunidades se especula con dicha ignorancia

3-     La presente experiencia nos marca la imperiosa necesidad de un armado colectivo local que atienda y entienda sobre este tipo de cuestiones. Que sepa analizar prioridades, informar y debatir comunitariamente todos aquellos incisos que impactan a nuestras pequeñas localidades desde lo operativo y desde lo económico. Una suerte de Ombusman local o cuerpo colegiado integrado por 3 o 4 vecinos elegidos democráticamente para que achique, en cierta medida, las franjas analíticas e informativas que venimos experimentando. En lo personal considero que la Comisión Directiva de la Cooperativa Eléctrica, debido a su importancia operativa, debería ser el ente convocante e instrumentar el formato adecuado para la elección democrática del mencionado cuerpo colegiado. Este organismo debe ser totalmente autárquico del ejecutivo gobernante y mantenerse aislado de toda actividad política partidaria. Esto no implica asepsia política de sus integrantes sino todo lo contrario, colocar la política local, esto es los intereses de la comunidad por sobre la segmentación partidaria. Vale decir, ingresar por los fabulosos senderos de la participación democrática directa.

4-     Es evidente que aquel Estado de Bienestar ha quedado en el pasado. Hoy priva un Estado administrador preocupado más en el armado de su propia Burocracia, capaz de invertir en ella casi un 60% de nuestro esfuerzo impositivo. (Recomiendo la lectura del ensayo que en este mismo foro colgamos de Herbert Read detallando este tipo de cuestiones.)

5-     Tal vez lo único que nos quede por hacer es ascender el tenor conceptual y comenzar a debatir nuestro modelo de Estado Municipal, reformularlo quizás, entendiendo que para afrontar los costos que determinados progresos en la calidad de vida ocasionan, es necesario modificar estructuras enquistadas que desde hace mucho tiempo vienen otorgando cuantiosos beneficios a unos pocos y enormes sacrificios a las mayorías. Este estado Hood Robin nos asfixia tratando de convencernos perversamente que nos regala. Allá pues la realidad, cada uno tiene plena libertad para mejorar lo que aquí se expresa, pero lo que no podemos hacer es incumplir con los compromisos asumidos, no haciéndonos cargo de la responsabilidad de una obra que nunca nos preocupamos por discutir desde su génesis. La resolución municipal será muy expeditiva si así las cosas: Los que paguen lo harán por los que no pagan y de ese modo el estado de injusticia se potenciará y el desencuentro entre nosotros será aún mayor. La gente contra la gente; geografía siempre deseada por las derechas gestionalistas.





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