tag:blogger.com,1999:blog-6598640520170554828.post2141840514455295765..comments2024-03-25T18:34:13.034-07:00Comments on Coronel Dorrego - Buenos Aires: Cambiemos es un puñado escueto de elocuciones que no paran de sacarle siempre gravedad a la historia. (Horacio González – Ensayo) - La Tecl@ EñeNos Disparan desde el Campanariohttp://www.blogger.com/profile/06746859449785154876noreply@blogger.comBlogger1125tag:blogger.com,1999:blog-6598640520170554828.post-32642278314572316782017-04-19T19:34:50.268-07:002017-04-19T19:34:50.268-07:00Una reflexión impresionante por su densidad (no si...Una reflexión impresionante por su densidad (no siempre soy fan de González, aclaro, pero esta vez merece varios oros).Y confieso que me tomé tiempo para releerla varias veces. Cuán necesario habría sido, pienso, discutir en los pocos programas potables de TV que aún subsisten, este material. Pero es por su causticidad, precisamente, que tal discusión no existirá. Porque sería necesario saltearse por un día el recuento sorprendido de barbaridades políticas cotidianas, demorándose en reflexionar de qué está compuesta la locura, precisamente, y si podemos reconocerla en toda su real estatura, de tenerla enfrente.<br />Lo que resalto no es tanto la impudicia del formato discursivo de Cambiemos, sino ese hallazgo de González acerca del matrimonio ineludible entre el negacionismo y Cambiemos. Y en la necesidad - cómo no - de buscar en la cuna de los negacionismos más espectaculares, por caso, el nazi, un génesis, una paternidad mítica, de lo que lindamente se sostiene desde el vacío ambiguo local. Porque las míticas se sospechan a sí mismas, vacías, carentes, sedientas de sustancia.<br />Pero Cambiemos no inventó el ahistoricismo reciente como tampoco lo hizo la Dictadura hace 40 años cuando nos descerrajó, con idéntico sentido ahistórico, menudo kilombo metafísico (siguiendo los dedicados pasos dominicos de tiempos de la Conquista en eso de dotar o sustraer alma al Otro, al Adversario). Ese ahistoricismo ya larvaba hacía mucho, escondido entre postales sepias, tomando la fisonomía informe del inconsciente colectivo argentino, tan gustoso del barro y las miasmas. <br />Las sociedades se sirven (porque la Historia, en un capricho, evidencia que es posible la masividad de patologías laburando juntas) de ocasionales y rutilantes conjuntos de psicópatas que tienen por finalidad hacer por un tiempo limitado (el de su dignificación circunstancial) aquello que éstas precisan y queda fulero blanquear. Ese 3 a 6 % psicopático puro, que anida en toda sociedad, realiza entonces contraprestación dantesca por un espacio de tiempo limitado a la manera de un esfuerzo homeostático, igual de perverso, emprendido por esa sociedad. Tal vez nuestra sorpresa provenga de negarnos a comprender que somos parte de un conjunto social tan violento como para permitirse la supresión de una parte de sí mismo, en aras de limpiezas dudosas. Así que esa ahistoricidad y abstracciones de peligrosísima evolución social, me temo que ya estaban bien campantes, solo esperando quien las interpretara con mejores y más nuevas herramientas. Como un autor...en busca de su actor.<br />Cuando desde sectores progresistas se pide perentoriamente una estrategia de comunicación política más efectiva para atraer a refractarios, deberíamos comprender al memos dos cosas:<br />a) que quien se refracta lo hace a soberana y patológica voluntad;<br />b) que quienes están sumidos en la irracionalidad gozosa, no transitan ni transitarán el mismo carril de quienes los buscamos para intercambio, dado que esas capilaridades discursivas que eligen, son de otra sustancia - irraccional, repito - y por tanto, inalcanzables con herramientas discursivas ordinarias. Y esto es un drama, por supuesto.<br />Gracias por tan buen texto.Está para ser desmenuzado, palabra por palabra. Saludos.claudianoreply@blogger.com