Nos Disparan desde el Campanario Criptopapadas (Lecops invisibles)… por Favio Camargo

 




Antes de que alguien diga – El título de la nota no tiene sentido ¿Qué quiere decir con eso? ¿Hay un doble o un triple mensaje? Lo dejo a su interpretación, como dice el Indio Solari. Quien está escribiendo está nota escapó dos veces del arpa, de las llamas del infierno o del simple olvido, dependiendo de lo que usted crea, gracias al Hospital Penna de Bahía Blanca. Este solo hecho le da la impunidad necesaria para escribir lo que se le antoje. Más, cuando cree que tiene razón.



Sigue leyendo esta nota bajo su propia responsabilidad.

Antes de caer víctima de la maligna inutilidad del radicalismo dorreguense, supo haber en la placita “Rayitos de sol”, hoy Dr. Horacio Marino Ochoa, un monolito de recuerdo a los inmigrantes. Era como una pared de ladrillo visto, con dos barandas con tubitos para poner las banderas que flameaban en fechas especiales. Apuntaban justo al portón verde del vivero que todavía existe. 



Cuando ya todos se habían ido yo me iba a jugar y ponía una banderita de Yugoslavia en el espacio que quedara vacío, hecha de papel y pintada con lápices de colores, cosas de niño. Roja, blanca y azul. Con su estrella roja en el centro. El mástil que tenía al lado, hoy despintado y roñoso como nomenclador de calle, sobrevive. Haber visto la transmisión de la guerra civil por la Televisión Española al Exterior siendo muy pequeño fue algo que me dejó impactado hasta hoy. Tal vez por eso nunca me gustaron las armas, ni siquiera las de juguete, ni esas películas norteamericanas pedorras donde los afganos pueden ser buenos o malos dependiendo de los intereses geopolíticos. Por alguna razón hoy me vino a la cabeza ese monumento.  Ese monumento, como muchas otras cosas, fue hecha durante el gobierno del Dr Testani, el único intendente Peronista en todo lo que lleva de existencia el distrito. Otra de las tantas destrucciones del patrimonio arquitectónico local, sumado a esa voluntad de borrar de la historia ciertos nombres y personas.

Dorrego te enferma de tristeza. Armar y desarmar bicicletas para luego salir a vagar sin rumbo no es una cura, pero es al menos un paliativo que evita que termine colgado en el garaje como una pata de jamón. Los propios “gobernantes” no pueden ignorar lo que pasa al ver las tasas de suicidios entre los niños, los jóvenes y los adultos. Pero dicho de forma poco académica, les importa una mierda. Mientras haya calles para nombrar o renombrar….¡¡¡está todo pillo, don!!! (dicen mis alumnos)


Casi cinco años tardaron los funcionarios en darse cuenta de que la biblioteca está cerrada y que este es uno de los pocos distritos que no tiene una biblioteca pública. Tampoco tiene cines o teatros funcionando con regularidad. Tiene la vida cultural de uno de esos programas de chimentos de la tarde en la TV Pública del payaso Papada Editada. La biblioteca abandonada está a 40 metros de la puerta de la intendencia. ¡¡ METROS!!  Y no saben que pasa…  Está clarito como el arsénico que no caminan el pueblo. Antes de que colapsara merodeaban por ella personajes medio turbios. El “gobierno” municipal dorreguense nunca se quiso hacer cargo. La cultura es un gasto, engrasar de pauta a los majules locales, una inversión. Pero todo cierra si lo vemos en perspectiva.

En notas anteriores le he comentado que todo lo que hace el gobierno nacional actual, en Dorrego ya lleva cuarto de siglo. Una vez al año, por quince días más o menos Dorrego se vuelve más atrasado que de costumbre, de concejales terraplanistas  y funcionarios que creen en la astrología pasamos a agrogarcas locales en carretas disfrazados al estilo de John Wayne, entre otras cosas dignas de un sketch de Capusotto, pero que causan una mezcla de asco, lastima y vergüenza, en lugar de risa.

-          Somo re losotro, Ale. Le diría Tevez a Fafafantino

-          Masivo,  pah. Contestaría Agüero.

Lo que añoran no es al gaucho, ni siquiera a esa caricatura del gaucho vacía que crean los conservadores como símbolo de la identidad nacional en el centenario para contraponerlo al inmigrante de “ideas peligrosas” al que en su debido  momento se le aplicaba la “ley de residencia” o se lo fusilaba en el medio de la nada y se lo enterraba en una fosa común, como pasó con los obreros patagónicos en la década del 20. La añoranza de cierto agrogarcaje local son las condiciones de vida infames a las que se encontraba sometida a la mano de obra rural y urbana hace 100 años donde los jornales a las personas se los pagaban con vales y chapitas. Cuando estaban demasiado viejos como para seguir explotándolos los tiraban en el hospital.

¿Se acuerdan hace unos años del payaso mediático De Angeli?……el mismo municipio le prestó un carretón playo y cortaron la avenida Roca con un escenario improvisado.

-          Miiinga- chillaba – se acomodaba el diente y el público aplaudía como en una obra de teatro.

Las condiciones similares a la esclavitud de la mano de obra rural se terminaron en gran parte con la llegada de la Revolución de 1943, donde, desde su gestión en la Secretaría de Trabajo y Previsión Juan Domingo Perón impulsó y sancionó el Estatuto del Peón. Con la Revolución de 1943 los obreros dejaron de vivir para trabajar y así y todo tener una economía de mera subsistencia para pasar a sujetos de derecho y no casi una cosa, una herramienta parte del inventario de la estancia, como un rastrillo o una vaca. Tener agua caliente adentro de la casa y una radio. Poder elegir la comida y la ropa sin depender de la “gracia” del patrón. Tener consumos culturales como revistas o ir al mismo cine que el “patrón”. Hay una especie de venganza contra todos estos “excesos” de los obreros. Veo esto, me miro al espejo y me alegro profundamente.



Que suerte que mis valores y tradiciones no tienen nada que ver con esta falsa caricatura gauchesca apropiada por la caterva nefasta que maneja este distrito triste y atrasado como una “Forestal” sin quebrachos. Ese pasado idealizado y esas tradiciones pedorras son el justificativo de bloquear cualquier tipo de progreso que vuelva “inmanejable” al pueblo…

Imagínate que venga una fábrica de camisas…. ¿Y si ocupan a 250 personas? Son 500 que votan sin miedo… Si ese obrero manda a su hija a la universidad ya no va a ser “la chica que ayuda en casa” de alguien… “Y La universidad se llenó de hijos de obreros”, dijo alguien por allá en 1949… Obreros… Sindicatos… Conciencia de clase… Lazos de solidaridad… Tal vez sindicatos combativos… ¿Gente que se amotine si tiene que acarrear agua en tachos? ¿Quién es el más poronga en este virreinato de mierda?

 

 

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 *Favio Camargo. Docente, estudiante del Profesorado de Historia en la Universidad Nacional del Sur


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