Revista Nos Disparan desde el Campanario Año III Nro. 52… GÓTICO AMERICANO de Grant Wood… por Guillermo F. Sala
Año: 1930
Técnica: Óleo sobre tablero de fibra.
Medidas: 74 cm x 62 cm.
Locación: Instituto de Arte de
Chicago. Estados Unidos.
Este retrato sencillo de dos
granjeros es una de las pinturas más conocidas del arte norteamericano del
siglo XX y de los demás siglos se podría mencionar sin equivocarse demasiado.
Alrededor de 1930, frente a los
movimientos y estilos innovadores, vanguardistas, y las nuevas urbanizaciones
industriales, algunos pintores norteamericanos muestran las costumbres, la
tradición, la cultura regional. A Grant Wood y los artistas de su entorno los
motiva dejar glorificada e inmortalizada la Norteamérica rural y de los pequeños
pueblos rurales.
Todo esto lo retratan con un estilo
realista clásico, consecuentemente con esa idea de revalorar lo folclórico
enfrentando a la “modernidad”. Todo este movimiento de revalorización de la
austeridad del interior geográfico estadounidense, aparece en el contexto de la
gran depresión post años ´30. En 1929
Estados Unidos se enfrentaba a un problema económico como país debido al “crac”
de la bolsa de Nueva York, época en la que bancos y empresas cerraron,
aproximadamente 15 millones de personas perdieron su trabajo y las acciones de
distintas empresas solo valían el 20% de su cotización.
Así, la obra representa la realidad
de la sociedad estadounidense en ese entonces, dos personas que afrontan los
problemas con ascetismo y trabajo duro, una afirmación positiva de la vida
rural y una distracción de las problemáticas que el país afrontaba. Este
movimiento tan nacionalista termina siendo muy valorado y decididamente
popular.
Los granjeros en su gesto, y con la
ventana de su casa de forma ojival en apariencia gótica, como la de muchas de
las iglesias catedrales, terminan generando una imagen casi religiosa. La
cultura con impronta de santidad en los Estados mediterráneos americanos.
Grant Wood pretendía retratar la casa
gótica con la que había quedado fascinado, así como mostrar como lucían las
personas que él creía debían vivir ahí.
Un granjero y su hija, fue lo que decidió
pintar y luego haber obtenido el permiso de los dueños de la casa, Wood llamó a
su hermana y su dentista para posar frente a esta y así retratar el gótico
rural americano, lo que le da el nombre la obra.
También puede visualizarse el cuadro
como una forma de plasmar un ideal político vigente en la época. Un periodo de
políticas aislacionistas y también nacionalistas. Algo que parecen encarnar a
la perfección esta anticuada pareja de granjeros, que representan el trabajo
infatigable con el símbolo de la horca que lleva el hombre pero también las
costumbres más puritanas, simbolizadas en las ropas y el gesto de ella.
Wood conoció de primera mano en
Europa para influenciarse del su arte histórico. Y de todo lo que conoció, lo que más le
fascinó fue el arte flamenco y en especial las pinturas de Jan Van Eyck, de
quien admiraba su capacidad para el detalle. Así que a lo largo de su carrera
siempre obras como el Matrimonio
Arnolfini siempre
fueron una inspiración para él, como podemos intuir en este singular retrato
norteamericano.
En realidad los personajes retratados
en la pintura de Wood no eran realmente dos tipos del campo, sino que la mujer
es la hermana del pintor, mientras que él era un dentista. Eran Nan Wood Graham
(1900-1990) y el Dr. Byron McKeeby (1867-1950). El artista los convenció para posar con la promesa de que nadie los
reconocería. Sin embargo ni el propio autor se podía imaginar la repercusión
que iba a alcanzar la obra. Algo que hizo desde el principio, ya que la
presentó a un concurso del Instituto de Arte de Chicago y ganó el certamen. Y
aunque se le pagó una cantidad ridícula de dinero si la comparamos con la
cotización actual del pintor, su fama fue casi espontánea.
*Guillermo F. Sala Arquitecto
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